El Viña Rock se enfrenta a su año más complicado: retraso en el anuncio del cartel y boicot por parte de bandas y público
Hace semanas que los macrofestivales españoles han anunciado sus carteles para 2026, pero hay uno que sigue en silencio. Lo insólito del caso es que se trata del macrofestival que inaugura la temporada: el Viña Rock. Tanto misterio ha avivado todo tipo de especulaciones durante meses, pero fuentes del festival confirmaron días atrás a elDiario.es que habrá Viña Rock. La lista de los primeros artistas programados se anunciará la próxima semana, a menos de cinco meses de la apertura de puertas. Muy tarde para los tiempos que corren. Tras la pandemia, Viña Rock había anunciado siempre su cartel entre septiembre y octubre.
¿A qué se debe tanto retraso, si la tendencia de los festivales es desvelar los carteles cuanto antes para atraer al público e ingresar dinero con el que pagar los primeros gastos? Decenas de artistas anunciaron el pasado mes de mayo que no volverían al festival de Villarrobledo debido a sus vínculos con el fondo inversor KKR. Fermin Muguruza, Porretas, Non Servium, Boikot, Kaos Urbano, Reincidentes, El Último Ke Zierre, Ska-P, Sons of Aguirre, Reincidentes, Los Chikos del Maíz, Ill Pekeño y Ergo Pro, Tribade, Dakidarría, El Noi del Sucre, La Élite, Gigatrón y El Niño de la Hipoteca, entre otros emitieron comunicados en este sentido.
Andoni Loizaga, responsable de marca y comunicación de Viña Rock y uno de los bookers que contrata bandas, responde con evasivas a las preguntas de este periódico. El retraso en el anuncio de su cartel “depende un poco de las negociaciones” y “de los planes de los artistas” aunque reconoce que “al final, cuando te meten en una polémica” pueda ser más difícil armar el cartel.
El listado de bandas que se sumaron al boicot la primavera pasada superó pronto el centenar. Algunas ni siquiera están en activo. Otras actuaron en la edición de 2025 porque la polémica saltó una semana después de la celebración del festival. Es ahora cuando el boicot está afectando de lleno al Viña Rock. Medio año después, la postura de muchos artistas es la misma y ello ha obligado al festival a remover cielo y tierra para confeccionar un cartel atractivo para su público. Pero a los grupos que ya han anunciado su negativa, cabe añadir muchos otros que en su día no se pronunciaron y que tampoco quieren ver su nombre asociado al Viña.
Soziedad Alkohólika tampoco
Soziedad Alkohólika es uno de los grupos que más veces ha actuado en el festival de Villarrobledo; en 18 de sus 28 ediciones. Solo Boikot han tocado más veces en el Viña: nada menos que veinte. Boikot ya advirtieron en primavera que no querían actuar “para empresas, marcas o entidades que apoyan, financian o blanquean el genocidio del pueblo palestino”.
Consultado por este diario, Juan Aceña, cantante de Soziedad Alkohólika, ha sido igual de tajante: “Contactaron para que toquemos este año y les dijimos que no vamos a tocar ni en ese ni en ningún festival que tenga en mayor o menor medida algún tipo de vínculo con el fondo de inversión KKR”. Son solo dos de los reclamos clásicos de un festival se ve en dificultades para nutrir la programación de punk y rock contestatario. Aunque en el Viña Rock hay oferta de rap, reggae, sonidos mestizos y otros ritmos urbanos, esa es una de sus señas de identidad históricas.
Contactaron para que toquemos este año y les dijimos que no vamos a tocar ni en ese ni en ningún festival que tenga en mayor o menor medida algún tipo de vínculo con el fondo de inversión KKR
Litus Tenesa es miembro de la cooperativa musical y agencia de management catalana Propaganda Pel Fet. Con una treintena de artistas en cartera (entre ellos, Lia Kali, Svetlana, Tribade, Xavi Sarrià, Auxili y Las Ninyas del Corro), reconoce haber recibido llamadas de Viña Rock, pero ninguno de sus grupos quiere ir. “Yo ya les dije (al festival) que si no cambian las cosas, no llevaré grupos. Todos somos adultos y entiendo la situación que se han encontrado, pero tienen que hacer movimientos porque si no, mis grupos no irán. Todos pasan mucho del Viña Rock”, remarca. Para Tenesa, el comunicado del festival justificando su posición frente al boicot “fue aún peor” porque denotaba “un punto de prepotencia” y desvela que a diferencia de otros años, en los que el festival tenía la sartén por el mango y rebajaba las demandas económicas de agencias y bandas, en esta ocasión “están pagando cachés que antes no aceptaban pagar”.
Amenazas nada veladas
“Este año no les hemos ofrecido bandas”, reconocen desde otra agencia de management que prefiere no dar su nombre. Muchos de sus artistas ya se sumaron al boicot en primavera y otros ni siquiera tienen previsto actuar en 2026. “Con el perfil de grupos que tenemos es complicado que alguna quiera estar allí y quizá por eso ni nos han llamado”, intuye. “Yo no tengo ninguna historia contra ellos, pero ahora estamos más centrados en apagar otros fuegos con Wegow y lo que le pase al Viña nos interesa bastante poco”, zanja, aludiendo a la tiquetera que ha dejado impagos ante el peligro de quiebra. Con la vista puesta más allá de 2026, el agente asume como parte del juego que “quien no quiera ir este año al Viña se tirará un tiempo sin ir”.
Este es el principal motivo por el que otras empresas se resisten a revelar su identidad en este reportaje. “Cuando saltó la polémica, todas mis bandas me dijeron que no querían ir. Unas dieron un no rotundo y otras no quieren que su presencia allí les acabe explotando en la cara y también han dicho que no”, explican desde otra agencia que lleva más de una década colaborando con el festival.
Cuando saltó la polémica, todas mis bandas me dijeron que no querían ir. Unas dieron un no rotundo y otras no quieren que su presencia allí les acabe explotando en la cara y también han dicho que no
“El Viña me ha pedido que les pase propuestas, pero yo debo respetar la decisión de mis bandas”, justifican. Tantas negativas han provocado que en el festival estén “bastante enfadados y bastante frustrados” y que en algunas ocasiones hayan escuchado amenazas del tipo “nos acordaremos de nombres de todos los que no quieran tocar ahora” o “el que se sume al boicot, que se olvide de tocar en el Viña en su puta vida” por parte de directivos del festival albaceteño.
Quejas del público
La posible cancelación del festival ha sido un rumor creciente en los últimos meses en el gremio y tema de conversación recurrente en los pasillos de la última edición de la feria de la industria musical BIME celebrada a finales de octubre. Mientras, el nerviosismo del público ha ido endureciendo el tono de los comentarios en las redes del festival. Del comentario “el año pasado, el 14 de octubre ya había avance de cartel con más de 20 artistas. A qué esperáis?” se ha pasado al “aún no entiendo a qué grupo vais a llevar, si la mayoría se niega a tocar en vuestro festival” e incluso a solicitar el reembolso de abonos comprados en preventa tras la última edición, según los comentarios aparecidos en redes sociales. Otros prefieren bromear con hipotéticos cabezas de cartel y sueltan chascarrillos como “primer confirmado para 2026: Mago de Vox” o “a qué hora actuará Carlos Baute? Antes o después de Marta Sánchez?”.
A este tipo de reacciones, acumuladas desde que saltó la noticia de que KKR era el nuevo propietario de Superstruct (el conglomerado que en su día adquirió festivales como Viña Rock, FIB, Sónar y Resurrection Fest) y que bajo su paraguas había empresas (inmobiliarias y de armamento) que se estaban lucrando con la ocupación israelí de Palestina, se refería un alto cargo de Superstruct como “puro acoso y bullying digital”. En la entrevista de El Mundo, un directivo no identificado afirmaba que “señalar a los festivales generó una tensión innecesaria para cumplir con la agenda de ciertos movimientos que saben exactamente cómo señalan, por qué señalan y por qué atacan”.
Nueva competencia
Por si el boicot al Viña Rock fuera poco, la muestra albaceteña ha tenido que lidiar con otro obstáculo. Dos festivales dirigidos a perfiles de público similar y que solían celebrarse en otoño han trasladado sus respectivas ediciones, precisamente este año, al primer fin de semana de mayo. En 2026, el alicantino Rocanrola y el extremeño Extremúsika se celebrarán en mismas fechas del Viña Rock. “La gente huele a sangre y aprovecha”, ilustra con crudeza un agente de bandas. Ambos festivales han anunciado ya sus respectivos carteles.
Rocanrola contará con raperos como Kase O, Nach, Foyone, Falsalarma, Hoke e Hijos de la Ruina, el proyecto que une a Natos y Waor con Recycled J. Por su parte, en Extremúsika tocarán Reincidentes, Kaos Etíliko, Narco, Def Con Dos, Sons of Aguirre, Hamlet y Los De Marras, entre otros. Varios de ellos ya habían firmado comunicados en mayo anunciando que no volverían a actuar en el Viña Rock.
Sobre la coincidencia de tres festivales el mismo fin de semana, Andoni Loizaga opina que “cada festival tendrá sus motivos para decidir cambiarse (de fecha)” y recuerda que otros años Viña Rock y Extremúsika coincidieron el mismo fin de semana, lo cual no impidió que algún artista actuase en ambos citas. Esa coincidencia, no obstante, solo se dio una vez: en 2019.
Después de tres décadas sin apenas sorpresas en el anuncio de la programación, puesto que el público asumía que más o menos actuarían los grupos de siempre, el próximo cartel del Viña Rock ha batido todos los récords de suspense. Todas las fuentes consultadas coinciden en que, por muy complicado que sea armar una programación consistente de punk-rock contestatario e incluso de sonidos mestizos, la oferta de metal y, sobre todo, rap está garantizada porque en esos géneros hay más grupos que no tienen una posición política tan definida.
Lo que Loizaga sí responde con rotundidad es que el Viña Rock se celebrará. “El festival se hace 100%: que la gente esté tranquila”. El martes 9 de diciembre se anuncia el primer lote de artistas y dos días después salen a la venta los abonos a 42,50 euros. “A partir de ahí las dudas que pueda tener la gente ya las expresarán”, concluye. El festival avanza que este año “doblará cada donación realizada por los asistentes en el proceso de compra de su entrada a la causa palestina”, tras lo cual ya ha recibido acusaciones en redes de intentar así blanquear su imagen.
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