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El acercamiento a Israel apenas despierta críticas en Marruecos

Marruecos logra en el Sáhara el apoyo de EEUU y de Francia ante el bloqueo en la ONU
Rabat —

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Rabat, 11 dic (EFE).- Los grandes partidos políticos marroquíes, siempre reacios a cualquier normalización con Israel, aplaudieron el sorpresivo anuncio ayer del rey Mohamed VI de un acercamiento entre Marruecos e Israel, que supone un cambio fundamental en la política exterior del país magrebí.

La decisión de restablecer relaciones con al apertura de sendas “oficinas de enlace” en Tel Aviv y Rabat fue también anunciada por el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en su cuenta en Twitter expresó su apoyo a la “marroquinidad” del Sáhara Occidental, en un inédito espaldarazo a la tesis marroquí sobre este territorio en disputa.

Es cierto que la política exterior constituye un dominio exclusivo del monarca, y no caben las críticas a sus decisiones, pero la anunciada ayer supone un pequeño terremoto político.

La marroquinidad del Sáhara y la causa palestina son dos cuestiones que hasta ahora cuentan o contaban con la unanimidad de la clase política marroquí, pero según los observadores el vincular los dos temas en las decisiones de Estados Unidos hace que la balanza se incline hacia la cuestión saharaui, sobre la cual el país magrebí ha basado durante décadas y sigue basando su política exterior.

APLAUSOS CASI UNÁNIMES

El islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) no se ha pronunciado hasta ahora sobre un tema capital como es el palestino, pese a que el secretario general del PJD y jefe de gobierno, Saadedín Otmani, llegó a decir el pasado agosto en un mitin de la Juventud del PJD que “no habrá normalización con un ente sionista (pues) Palestina es una línea roja para Marruecos”.

En su cuenta de Twitter, Otmani se limitó a reproducir el comunicado del Palacio.

Como era de esperar, los otros partidos del Parlamento aplaudieron la medida tomada por el monarca haciendo hincapié sobre “histórico logro” del reconocimiento estadounidense de la “marroquinidad” del Sáhara, antes de subrayar que ese acercamiento marroco-israelí estará al servicio de la paz en Oriente Medio.

El propio monarca apuntó ayer que la nueva postura de Marruecos “no afecta de ningún modo al compromiso permanente y sostenido de Marruecos en favor de la causa palestina”, y después de hablar con Trump mantuvo una conversación telefónica con el presidente palestino, Mahmud Abás, para reafirmar su postura.

El politólogo marroquí Taj Eddin al Housseini, cree que el restablecimiento de relaciones con Israel no significa que Marruecos está renunciando dejando de lado los derechos de los palestinos.

Housseini señaló a Efe que los principios que defiende Marruecos -solución de dos estados y una Palestina con las fronteras de 1967, además de preservar el carácter musulmán de Jerusalén- no se contradicen con el restablecimiento de vínculos con Israel, que según él siempre han existido entre los dos países aunque no de manera oficial.

Marruecos fue de los pocos países árabes que mantuvo desde los años setenta relaciones con Israel, que cristalizaron en la apertura por parte de Israel de una oficina de enlace en Marruecos en 1994, y al año siguiente el país magrebí abrió otra en Tel Aviv.

Sin embargo, en octubre de 2000, Rabat decidió suspender sus relaciones con el Estado judío, tras la segunda Intifada palestina, aunque nunca dejó de recibir a responsables y personalidades israelíes.

Las imágenes de muertos palestinos y detenidos en las cárceles israelíes difundidas por los canales árabes llevan décadas alimentando el sentimiento anti-israelí en Marruecos, hasta el punto de que las marchas propalestinas eran las manifestaciones que más público congregaban en el país, un hecho que ha ido disminuyendo en los últimos años.

El politólogo marroquí señaló un cambio de mentalidades en las que se nota “más razones prácticas y menos ideológicas” en un nuevo contexto marcado por la influencia de las redes sociales, la nueva tecnología y las consideraciones relacionadas con los intereses vitales de cada nación.

VOCES MARGINALES CONTRA EL ACUERDO

De hecho, las únicas voces que manifestaron hasta ahora su oposición a la nueva postura son los islamistas del movimiento semitolerado Justicia y Caridad (Adl wal Ihsan) y partidos minoritarios de la extrema izquierda como la Federación de la Izquierda Democrática y Vía Democrática que condenaron “la normalización de relaciones con Israel y rechazaron la vinculación entre la cuestión del Sáhara y la causa palestina.

“El Sáhara marroquí es la causa de un pueblo que busca acabar lo que empezó con la independencia y recuperar su integridad territorial, mientras que Palestina es la causa de un pueblo expulsado de su tierra, que se enfrenta a diario a la tiranía, la ocupación y el racismo”, indicó la Federación, que concluyó su post con el hashtag “#normalización es traición”.

Sin embargo, ninguno de estos grupos se ha atrevido a ir más lejos y llamar a manifestarse contra el acercamiento a Israel.

Las redes sociales recogen hoy comentarios para todos los gustos, entre los que claman por la supuesta “traición” de Marruecos a los palestinos y los que defienden que el Sáhara pasa por encima de todo otro interés.

Fatima Zohra Bouaziz

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