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Mujeres y laboristas podrían ser claves en Escocia

A una semana del referéndum, el sí a la independencia está en ascenso.

Ivan Serrano

A pocos días del referéndum escocés, parece haber saltado la sorpresa en los sondeos publicados en distintos medios de comunicación. Según el último estudio publicado por YouGov para el Sunday Times, el a la independencia podría convertirse en la opción ganadora en la consulta del próximo 18 de septiembre. En el sondeo más reciente de Survation para el Daily Record, el escenario que se dibuja es favorable al no por seis puntos de diferencia.

Más allá de las variaciones entre las diferentes encuestas, se ha producido un cambio sustancial respecto al escenario que parecía dibujarse tras el primero de los dos debates entre Alex Salmond y Alistair Darling a principios de agosto, que marcaba unas diferencias favorables al no aparentemente insalvables. Pero si en el primero de los debates el representante de Better Together se impuso claramente a Salmond, el líder del SNP (Partido Nacionalista Escocés) obtuvo un éxito rotundo en el segundo.

A partir de ese momento, y en un periodo muy breve, el escenario que se abre ahora es mucho más incierto. Más allá del titular sobre el liderando las encuestas o los efectos de la campaña sobre el electorado, ahora mismo nos encontramos en una situación de empate técnico que en cualquier caso habrá que ir observando con atención durante los próximos días.

En estos momentos parece que la campaña del Better Together podría haber tomado una deriva excesivamente negativa, alejándose del tono que define su propio lema, más aún teniendo en cuenta cómo uno de los aspectos clave del proyecto unionista es reconocer el derecho de la sociedad escocesa a escoger libremente su estatus político.

De hecho, el énfasis en los riesgos y las consecuencias negativas de la independencia habrían dejado en segundo término la propuesta en positivo con la que los partidos unionistas pretendían desactivar el voto a la independencia: los planes para profundizar significativamente el autogobierno escocés en caso de que la opción de permanecer en el Reino Unido saliese ganadora del referéndum. En este sentido se espera que los grandes partidos británicos intenten superar sus diferencias sobre los contenidos de un proyecto mínimamente acordado de mejora del autogobierno escocés, y es de esperar que se haga más énfasis en este aspecto de cara a la recta final de la campaña.

En el lado de la campaña en favor de la independencia, pueden citarse dos factores que han estado muy presentes en la campaña: las mujeres y los votantes laboristas, dos grupos claves entre los indecisos que podrían ser relevantes para una posible victoria del . Según apuntan todos los sondeos, el apoyo a la independencia es sensiblemente inferior entre las mujeres, que también muestran mayores niveles de indecisión. Aunque como diagnosis general debe tomarse con cautela, puesto que por ejemplo se ha detectado que esta diferencia no es relevante entre aquellas ciudadanas con estudios superiores o de mayor edad, el voto femenino se ha convertido en uno de los ejes prioritarios de actuación en Yes Scotland. De hecho, los sondeos recientes indican que el apoyo a la independencia ha aumentado de manera similar entre mujeres y hombres, cerrándose levemente el diferencial que existía hasta ahora.

Respecto al votante laborista, en este grupo se concentra la mayor proporción de votantes favorables a la independencia fuera del SNP, así como un cambio de posicionamiento más claro.

Debe tenerse en cuenta que el SNP y el Labour son competidores electorales y los dos partidos potenciales de gobierno a nivel escocés, por lo que de nuevo unos apoyos relevantes, aún cuando no mayoritarios, podrían ser claves para decantar una mayoría en el referéndum favorable a la independencia. El énfasis en aspectos de bienestar y viabilidad que viene realizando Yes Scotland con una campaña de tono positivo parecen pues acertados teniendo en cuenta el perfil de los grupos a los que se dirige, incluyendo al propio votante del SNP, tal y como se observa en las diferencias de intención de voto según el electorado de los diferentes partidos.

Estos cambios marginales pueden resultar claves para definir el resultado del referéndum, tal vez con un matiz añadido: la participación, puesto que ésta parece que será más alta entre los grupos de mayor edad, donde se concentra una clara mayoría contraria a la independencia. La movilización de los diferentes grupos de edad será, pues, un factor añadido y que añade un punto más de incerteza al resultado final, ya que las previsiones se sitúan actualmente alrededor del 80%.

Por último, si tomamos una perspectiva más amplia y añadimos cierta perspectiva comparada, hay también otros factores que deben tenerse en cuenta al interpretar las encuestas que aparecen estos días. Por un lado, la literatura sobre comportamiento electoral en referendos, aún cuando dispone de poca evidencia en referendos de secesión, apunta a la existencia de un sesgo hacia el statu quo que favorecería al no.

Por otro lado, la evolución de la identificación nacional de los escoceses parece haber reforzado las identidades duales tras la Scotland Act de 1998, aunque el hecho de que las actitudes hacia la independencia no se basen tan solo en aspectos identitarios sino también en otras consideraciones racionales, instrumentales o de bienestar no dejan de ofrecer un panorama con incertezas.

Así pues, a pocos días del referéndum el resultado es más incierto que nunca. De ganar el a la independencia, la opción estratégica de David Cameron y el unionismo en general de forzar una pregunta clara que sólo incluyera la independencia, descartando una posible alternativa de mayor autogobierno como se especuló por parte del gobierno escocés inicialmente, se rebelaría como un fracaso que sin duda pasaría factura al gobierno tory de cara a las elecciones generales previstas en 2015.

En caso de ganar el no, los interrogantes giran alrededor de dos ejes, por un lado, las perspectivas de desarrollar el autogobierno escocés bajo el impulso de los partidos de ámbito británico, y los efectos que pudiera tener en la posible reedición de un gobierno del SNP, que según las encuestas sería un escenario plausible.

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