Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
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Desapariciones e impunidad, materias pendientes en la fiesta nacional mexicana
Banderas ondeando, música en las calles y alegría por todas partes para celebrar el 16 de septiembre en México, día en que se conmemora el comienzo de la lucha por la independencia en 1810. Esta lucha, encabezada por Miguel Hidalgo, un sacerdote católico, y el General Ignacio Allende, culminó en 1821, cuando México se proclamó un país libre. Hoy, muchos años después, México tiene asignaturas pendientes en materia de derechos humanos que hace que muchas personas no tengan mucho que celebrar.
Marisa Vélez
Responsable del trabajo sobre México de Amnistía Internacional en España —
La víspera de la fiesta nacional las autoridades pronuncian un discurso en recuerdo del “Grito de Dolores” o “Grito de la independencia” que dio el sacerdote Miguel Hidalgo en el pueblo de Dolores, ensalza los ideales de Libertad, Independencia, Igualdad y Justicia. Al finalizar el acto oficial, comienza la fiesta, “una noche mexicana”, con pozole, antojitos, mariachis y fuegos artificiales. Se rompen piñatas y la parranda termina a altas horas de la madrugada. El día siguiente, el 16 de septiembre, el Presidente de la República preside un desfile militar y por la tarde se suceden las verbenas populares.
La alegría que invade el país contrasta con la desesperación que viven muchas familias mexicanas, cuyos familiares han sido víctimas de secuestro, tortura y homicidios, y que siguen sin obtener justiciadesesperación que viven muchas familias mexicanas. Violaciones de derechos humanos que continúan siendo generalizadas como detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, un largo etcétera, que en el 98% de los casos quedan impunes, por las graves deficiencias del sistema de justicia penal mexicano y la falta de voluntad política de los sucesivos gobiernos.
Entre 2006 y 2012 se registraron en México más de 26.000 personas desaparecidas y no está claro cuántas continúan en esta situación actualmente. En algunos casos hay incluso funcionarios públicos implicados. Y en otros, son los particulares o las bandas delictivas los responsables. A pesar del número escalofriante, las autoridades han fracasado de manera sistemática en investigar y aclarar la gran mayoría de los casos. Este fracaso ha contribuido a crear un clima de impunidad y tolerancia hacia estos graves crímenes.
Amnistía Internacional sigue trabajando junto a las familias para que se haga justicia. Entre las múltiples denuncias que hacemos está el caso de Miriam López, ciudadana mexicana que fue torturada en febrero de 2011 para que confesara su participación en un delito de narcotráfico y que fue liberada posteriormente sin cargos. El suyo es solo un ejemplo de los miles de casos denunciados en México, donde la tortura es generalizada.
A pesar de la gravedad de la situación, el valor y la determinación de las familias de las personas torturadas o desaparecidas ha empezado por fin a generar cambios. Con el apoyo de organizaciones locales de derechos humanos, los familiares de las víctimas, que a menudo se enfrentan a aislamiento, dificultades económicas, trauma emocional, amenazas y hostigamiento han conseguido que algunas autoridades les presten atención.
Los gobiernos de los estados de Nuevo León y Coahuila fueron los primeros en reunirse con familias y organizaciones para debatir cómo derrumbar el muro de impunidad, complicidad y desatención que ha propiciado estas escalofriantes cifras de desapariciones.
Desde que asumió el poder en diciembre de 2012, el gobierno federal de Enrique Peña Nieto también ha dado algunos pasos positivos para reconocer la magnitud de las desapariciones que tuvieron lugar durante el gobierno anterior y para poner en marcha varias medidas destinadas a mejorar la búsqueda de las víctimas e investigar a los responsables.
Por ejemplo, el 26 de agosto pasado la Procuraduría General de la República informó sobre un programa de recompensas para las personas que proporcionen información sobre el paradero de personas desaparecidas. Estas recompensas podrían aportar información útil en algunos casos, pero no resolverán el problema de las investigaciones deficientes realizadas por las propias autoridades. Esto es una garantía de impunidad y sigue siendo el obstáculo más fuerte para establecer la verdad y para localizar a las víctimas.
Pero queda mucho camino por recorrer. Sólo en la ciudad norteña de Nuevo Laredo han desaparecido este año cuatro personas en un lapso de seis días, del 29 de julio al 3 de agosto, tras ser detenidas por la Marina en distintos puestos de control de toda la ciudad. El gobierno no ha hecho nada para localizar a las víctimas.
Este día de la independencia es una buena oportunidad para recordar que las lacras de las desapariciones y la impunidad siguen presentes en la sociedad mexicana. Acabar con ellas sería un gran homenaje a los héroes de la independencia y a aquellos que hoy en día luchan por defender los derechos humanos en un contexto tan hostil.
Sobre este blog
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.