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Sánchez descarta adelantar las generales en su mitin con Susana Díaz: “Tengo un proyecto de años, no de meses”

Sánchez avisa a PP y Cs de que subirá el salario mínimo "con o sin su apoyo"

Daniel Cela

Éste es el tercer día de campaña electoral y, sin duda, el mitin más accidentado de Susana Díaz hasta la fecha, con aglomeraciones, mareos, gritos de protesta y desalojos entre el público, con intervención de la Guardia Civil incluida.

Entre un viaje oficial a Guatemala y otro a Marruecos y Cuba, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pasó el domingo fugazmente por Chiclana de la Frontera (Cádiz), para acompañar a Díaz en su primer mitin de campaña juntos. Quienes hace año y medio eran rivales por liderar el PSOE, hoy posan juntos en un municipio muy sanchista, y en la provincia más crítica interna con Díaz (el 42% de los socialistas votó al madrileño en las primarias).

Ya fuera por reclamo de él o de ella, el recinto de Bodegas Vélez donde han organizado el mitin se ha quedado estrechísimo. Es un domingo de perros, lluvioso y con viento, pero los socialistas se han dado a la calle para ver a sus líderes juntos. La organización colocó 600 sillas, pero tuvo que cerrar la entrada a los simpatizantes cuando ya habían pasado más de mil personas. Entre 400 y 500 se quedaron en la calle, y el partido tuvo que alargar cables e instalar altavoces y pantallas en el patio para que pudieran seguir el mitin bajo una intensa lluvia.

El presidente del Gobierno arrancó su intervención haciendo suyo el discurso del agravio a Andalucía que tan interiorizado tiene Susana Díaz. “Algunos se preguntan por qué gana siempre el PSOE en Andalucía. Yo me preguntaría más bien por qué pierden siempre los otros. Y es porque no se puede despreciar a Andalucía para después aspirar a gobernarla”, dijo. Sánchez animó a los suyos a ir “paso a paso, partido a partido”. “El tren de las victorias socialistas tiene su primera parada en Andalucía y la segunda, en las municipales y autonómicas de mayo” de 2019, advirtió. No mencionó para nada las generales, al contrario: aseguró que a su Gobierno le faltan promesas “por cumplir”. “Queremos ganar una década para las generaciones futuras. Éste no es un proyecto de meses, sino de años”, sentenció.

Con esta frase el presidente lanza un mensaje a Unidos Podemos, su socio preferente en el Congreso, después de que Pablo Iglesias le haya pedido que convoque elecciones generales si no logra sacar adelante los presupuestos. Sánchez tiene intención de continuar la legislatura prorrogando las cuentas del anterior Gobierno de Mariano Rajoy, introduciendo modificaciones a través de Reales Decretos (lo cual deja fuera muchas de las promesas que ha incluido Díaz en su campaña y que necesitan de los millones para Andalucía que contenía el proyecto de Presupuestos). El líder del PSOE ha advertido a los líderes nacionales del PP y Cs -que hoy también estaban en Cádiz de campaña con sus candidatos- de que subirá el salario mínimo a 900 euros “con o sin su apoyo”.

Reencuentro Sánchez-Díaz

El 12 de marzo de 2015, Pedro Sánchez y Susana Díaz coincidieron en su primer mitin de campaña juntos, en el municipio almeriense de Vícar. La presidenta de la Junta afrontaba sus primeras elecciones andaluzas, pero todos -incluido Sánchez- sabían de su aspiración por liderar el PSOE federal y lanzarse a la arena política nacional. Díaz se estaba construyendo un perfil de mujer de Estado. Sánchez fue su telonero y, ante 3.000 asistentes, le señaló el camino contrario: “Tú a San Telmo y yo a Moncloa”. Tres años y medio después, aquí están los dos otra vez en un mitin electoral, con el presagio cumplido del presidente contra todo pronóstico (“primarias del Peloponeso” mediante).

Un fuerte olor a moscatel impregnaba el ambiente del primer mitin de Susana Díaz en Cádiz, que salía de la hilera de barriles dispuestos en los laterales de la bodega. Tomó la palabra el regidor de Chiclana, el muy sanchista José María Román “Chefi”, que adaptó el leit motiv de campaña de la candidata socialista a la visita del presidente del Gobierno: “Pedro, tú no tienes acento andaluz, pero gobiernas en andaluz”, dijo, para agradecerle el plan de empleo extraordinario que ha prometido en los Presupuestos Generales de 2019 (aunque finalmente no vayan a materializarse por falta de apoyos parlamentarios). En primera fila escuchaba la ex consejera de Hacienda de Díaz y hoy ministra de Sánchez, María Jesús Montero, que se estrena en esta campaña.

Román también aplaudió “la firmeza” de Sánchez en el conflicto por el contrato de Arabia Saudí con Navantia. “Cuando se tiene firmeza, los contratos de las corbetas, p’alante. Se necesita trabajo en la bahía de Cádiz”, dijo, pero provocó más aplausos aún cuando defendió -por primera vez en campaña- a los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, hoy en el banquillo por el caso ERE. “Son personas honestas y comprometidas con esta tierra”, gritó.

Cádiz, decisiva

Cádiz es una de las provincias andaluzas más disputadas en las elecciones del 2 de diciembre. Este domingo de mañana fría y lluviosa coinciden en la provincia gaditana tres candidatos -Susana Díaz, Juanma Moreno (PP) y Juan Marín (Ciudadanos)- con sus respectivos líderes nacionales: Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera. En poco más de 100 kilómetros cuadrados se concentra la tríada política que aspira a gobernar el país, una imagen nítida de lo que están siendo estas elecciones andaluzas. En Cádiz están en juego 15 escaños: el PSOE aspira a mantener los seis que tiene, el PP cuenta con cuatro, Podemos e IU suman cuatro y Cs uno.

También intervino el ex alcalde de Chiclana, Manuel Jiménez Barrios “Chiqui”, vicepresidente de la Junta e interlocutor preferente con el portavoz y hoy candidato de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, con el que ha firmado tres años de estabilidad política. El cabeza de lista por Cádiz admitió que tiene afecto a Marín y acusó a su líder nacional, Albert Rivera, de “obligarlo a dar tantas cabriolas en el aire que se va a terminar estrellando”. El PSOE andaluz culpabiliza a Rivera de la “radicalización” de Cs y de la ruptura del pacto político de este mandato.

Susana Díaz tuvo que interrumpir su discurso varias veces, la primera de ellas en una situación muy violenta en la que una señora, en primera fila, la cortó con gritos de protesta y con una pancarta donde podía leerse “Susana corrupta. Yo voto nulo”. La señora fue desalojada por los agentes de seguridad y se produjo un tumulto en el exterior. A Díaz le costó recobrar el hilo y, minutos después, tuvo que volver a detenerse por el desmayo de una persona entre el público que fue atendida por los sanitarios, y por la ministra de Hacienda (médica de profesión). Dentro de la bodega había demasiada gente, mucho calor y un fuerte olor a vino.

Díaz se ha presentado como “la candidata de la igualdad” frente al “tándem de perdedores”, en referencia a Rivera y Pablo Casado. El cierre del acto lo ha protagonizado el presidente del Gobierno, que ha pedido el voto para Díaz y animado a los socialistas “para que nadie se quede en casa”. “Todas las encuestas dan al PSOE ganador en Andalucía. No sabemos quién será el segundo, pero lo más importante es que nadie se quede en casa, para que Andalucía siga avanzando de la mano de Susana Díaz”, ha dicho.

El presidente ha mencionado la exhumación de Franco del Valle de los Caídos y la reforma constitucional para acabar con los aforamientos. Esta medida era una exigencia de Cs al Gobierno de Díaz, que ella rechazó y que sirvió de argumento para la ruptura de su acuerdo político.

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