ENTREVISTA
José Ignacio García, portavoz de Adelante Andalucía
El candidato de Adelante Andalucía: “Trump ya es más leal a su programa que cualquier gobierno de izquierdas en años”
El portavoz y candidato de Adelante Andalucía en las próximas autonómicas, José Ignacio García, asegura que en 2026 se producirá una carambola en la que tres formaciones de izquierdas distintas sumarán para cambiar al Gobierno de Moreno
José Ignacio García, portavoz y candidato a las autonómicas de Adelante Andalucía, pasea por el centro de Sevilla. Jaime Martínez
José Ignacio García (Jerez de la Frontera, Cádiz; 1987) acaba de ser elegido candidato de Adelante Andalucía a la presidencia de la Junta. Este profesor de Secundaria pausó las clases en su instituto para coger el acta de diputado en el Parlamento, donde es el portavoz de una coalición andalucista, anticapitalista y de izquierdas que ocupa dos escaños y está en el grupo mixto.
Cada dos semanas se mide en un duelo dialéctico con el presidente Juan Manuel Moreno, a quien ahora aspira a quitarle el puesto en las próximas elecciones autonómicas. García recoge el cartel electoral que en 2022 llevaba el rostro de Teresa Rodríguez, a quien le une una continuidad tanto de discurso como de estrategia política, cuyo objetivo es consolidar su proyecto y lograr que su marca arraigue en todos los rincones de Andalucía.
¿Se ha pensado mucho si quería ser candidato a la presidencia de la Junta?
No es una cuestión de apetencia personal, es un proyecto colectivo y la consecuencia lógica del trabajo de los últimos años era que yo cogiera esta tarea. Estoy abrumado, ilusionado, orgulloso. La gente confía en mí y valora que Adelante Andalucía representa una cosa diferente en el panorama político andaluz y que viene a cubrir una orfandad de determinadas políticas.
¿Qué orfadad? ¿Qué falta en la política andaluza?
Hace falta valentía para enfrentarse a la derecha y a la extrema derecha, para plantear las cosas claras con mucha contundencia, pero a la vez de forma alegre, fresca, amable e incluso divertida, con un proyecto alternativo que conecte con mucha gente.
¿En el Parlamento andaluz hay espacio para tres formaciones de izquierdas?
Bueno, yo sé que la única vez en la historia que ha habido un cambio de gobierno en Andalucía fue en 2018, cuando sumaron tres formaciones de derechas. Creo que en 2026 hay posibilidades de que haya un cambio de gobierno con tres izquierdas distintas, porque conectamos con sectores diferentes de la sociedad. Hay millones de personas que votaron por un Gobierno de PSOE y Sumar pensando que eran una alternativa, y hoy se han dado cuenta de que el único valor de ese gobierno es que no gobierna la derecha. No han sido capaces de cambiar la vida de la gente ni de aplicar políticas diferentes, que básicamente son las de su programa electoral, y yo no quiero que esa gente se vaya hoy a la abstención. Esa gente puede votarnos.
En 2026 hay posibilidades de un cambio de gobierno con tres izquierdas distintas, como lo hubo en 2018 con tres derechas
¿Usted ve viable que la fragmentación del voto de izquierdas en tres partidos provoque la misma carambola que hizo presidente a Moreno?
Yo creo que sí. Pasó en 2018 en el campo de las derechas y puede pasar en 2026 con las izquierdas. Cada uno está haciendo su parte y creo que eso es bueno. Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo, con una oposición contundente contra las derechas y, a la vez, llevamos una ley de gafas gratuitas, una ley de comedores escolares, un proyecto sobre la menopausia, la salud mental, la vivienda... En 2022 nos daban por muertos y, contra todo pronóstico, logramos entrar en el Parlamento. Hoy nuestro reto es consolidarnos.
José Ignacio García: "Desde la izquierda, es más fácil combatir a Diaz Ayuso que a Juanma Moreno" Jaime Martínez
¿Cuánto cree que influyó el cisma entre Podemos, IU, Sumar... para que Adelante Andalucía lograra dos diputados?
No lo sé, no lo sé. No voy a entrar a atacar, creo que la gente está muy harta de las peleítas de la izquierda. Nosotros hemos cogido otro camino y somos muy predecibles. Somos una fuerza independiente del PSOE, pero con un claro posicionamiento programático en la izquierda, en el feminismo, en el ecologismo y además somos andalucistas. La gente nos conoce y conoce a los otros, y si entro a valorar lo que hicieron será meter palos en candela, y la gente de izquierdas espera otra cosa de nosotros.
No sé si, viendo los programas electorales de PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía, la gente percibe grandes diferencias en los grandes debates sobre políticas publicas que más afectan a la ciudadanía. ¿Cuáles son esas diferencias significativas?
Mira, te pongo un ejemplo en materia de vivienda, que justamente es en lo que PP y PSOE más se parecen. Yo no estoy de acuerdo con una política de bonos de alquiler joven, porque es dinero público que se le da a los inquilinos para que automáticamente se lo entreguen a los caseros, independientemente de si el casero tiene una casa o tiene 100 pisos. Eso es una forma de subvencionar el rentismo. Esa política la ha hecho el Gobierno de PSOE y Sumar. Creo que habría que hacer otra cosa.
¿Por ejemplo?
Pues regular el precio del alquiler para que baje por ley y coger los 640.000 pisos vacíos que hay en manos de bancos y fondos de inversión en Andalucía y decirles a los propietarios que o ponen automáticamente en alquiler accesible esos pisos o los expropiamos. Esa es la diferencia fundamental.
Creo que esa diferencia también separa algo al PSOE de Sumar...
Sí, pero Sumar está en el Gobierno haciendo eso y firmando esas políticas.
Esto nos lleva a otro debate recurrente en la izquierda: no es lo mismo hacer política de gobierno que política de oposición.
Yo es que no estaría nunca en un sitio donde no me dejaran hacer mi política.
Entonces es probable que nunca gobierne en coalición con otra formación que tenga prioridades distintas a la suya.
Por supuesto que sí. Hemos gobernado una capital de provincia, en Cádiz, cosa que no puede decir Sumar.
Adelante Andalucía era la fuerza mayoritaria en Cádiz.
Claro, éramos la fuerza mayoritaria. Nosotros no vamos a entrar en un gobierno estando supeditados al PSOE, lo hemos dicho siempre. Porque creo que al final lo que trasladamos a la gente es que la izquierda nunca cumple su programa y, sin embargo, Trump coge y a los 15 días es más leal a su programa que lo que ha sido cualquier gobierno de izquierdas en años. Y yo quiero una izquierda que sea tan leal al programa de las izquierdas como lo son la derecha y la extrema derecha al suyo. Es que Moreno Bonilla el otro día es capaz de cambiar un Consejo de Gobierno para dar unos premios de la tauromaquia. Es que han creado seis universidades privadas en tres años. Es que son capaces de dar una millonada de dinero público, incluso puede ser que hasta saltándose la ley, a las empresas privadas de sanidad. ¡Es que ellos están cumpliendo su programa! No nos han engañado. Su programa es un destrozo para Andalucía, pero no nos han engañado. Sin embargo, la izquierda no cumple su programa. Ellos gobiernan y cumplen. Y al final lo que le trasladamos a la ciudadanía es que la izquierda nunca cumple. La izquierda nunca transforma. La izquierda se queda en tres tonterías. Y por tanto, la frustración queda y luego aparecen los monstruos.
Quiero una izquierda que sea tan leal al programa de las izquierdas como lo son la derecha y la extrema derecha al suyo
El otro día, Elisabeth Duval abandonó la dirección de Sumar decepcionada, dijo, con “las limitaciones de la política institucional y partidista”. Esto es recurrente en políticos de izquierdas que vienen del activismo. ¿Usted ha sentido esa frustración?
Para tener frustración hay que tener primero muchísima esperanza e ingenuidad, y hay que tener muchas expectativas sobre una institución para luego frustrarte. Yo no tenía tan altas expectativas con las instituciones, así que no estoy frustrado. Así de simple. Creo que las instituciones son, poniéndonos técnicos y teóricos, fruto de procesos históricos en los que siempre ha habido clases sociales que han ido ganando y otras que han salido perdiendo; y territorios del Estado que han ido ganando y otros que han ido perdiendo. Cuando yo entro en las instituciones, no soy lo suficientemente ingenuo como para pensar que van a cambiar porque se lo voy a pedir por favor. Las instituciones necesitan una revolución para construir otro tipo de instituciones que representen a la mayoría social. Mientras tanto, no tengo ninguna frustración.
José Ignacio García, candidato de Adelante: "En 2026 hay posibilidades de cambio de gobierno con tres izquierdas distintas, porque conectamos con sectores diferentes" Jaime Martínez
De los portavoces del resto de formaciones en el Parlamento, ¿con quién mantiene un mejor diálogo?
Con la que tengo mejor entendimiento y diálogo es con la portavoz del PSOE.
El Parlamento ha aprobado iniciativas importantes de Adelante Andalucía, como la ley de gratuidad de gafas que se debate en breve en el Congreso...
Este martes, de hecho.
Una ley de un grupo de dos diputados respaldada por la mayoría absoluta del PP. ¿Qué lectura hace usted de este apoyo, que además se ha repetido con otras iniciativas?
Hombre, en realidad, de las cientos de iniciativas que hemos presentado, el PP solo nos ha apoyado una. Y no creo que sea por una habilidad parlamentaria mía, sino porque cuando uno plantea cuestiones tan de sentido común en la calle, es muy difícil oponerse a ellas. Los gobiernos tienen dificultades ante esa presión y te deslegitima más no aprobarla que aprobarla. A eso se suma que era una ley estatal y, por tanto, el PP puede hacer una reivindicación al Gobierno de Pedro Sánchez para que le pague. Si las gafas entran como un producto más del Sistema Nacional de Salud, tendrán que derivar dinero a los 17 sistemas autonómicos. El PP no pierde nada. Nosotros no somos ingenuos y hemos usado la vía más pragmática para la gente.
Usted es profesor. Le he escuchado una reflexión en el Parlamento sobre la dificultad que tiene la izquierda para reclutar a trabajadores para la primera línea política, sobre todo en el ámbito municipal. ¿Por qué cree que ocurre?
Tenemos mucha, muchísima gente que quiere entrar en el partido y echar una mano, de hecho, estamos creciendo bastante en militancia y en implantación territorial. Pero mucha gente no quiere ser portavoz ni quiere dar la cara, ni quiere hablar en los medios de comunicación, ni quiere presentarse a un cargo público. ¿Por qué? Porque presentarse a un cargo público de una fuerza política como la nuestra es incómodo en cierto modo y te puede llevar a tener dificultades para encontrar trabajo.
¿A qué se refiere?
La izquierda, una izquierda como la nuestra, que se rebela, que no se calla las cosas... Mira, yo vengo hoy de ir a un conflicto laboral contra una multinacional de la limpieza del Hospital Virgen del Rocío, que tiene a 600 trabajadoras, a las que les están exprimiendo, y a una de ellas la han despedido. Otros compañeros están con la Mareas Blancas, otros con el Sindicato de Inquilinos... Nosotros tenemos las mismas dificultades que están teniendo los movimientos sociales, y es que nadie quiere dar la cara porque saben que puedes tener represalias en el trabajo o no encontrar trabajo o tener problemas en tu pueblo. Y no es una cuestión de que te vaya a señalar a otro partido, es que te señala la patronal del turismo o la patronal de los invernaderos, si eres de Almería o Huelva, o las grandes empresas que llevan las contratas de la Junta. Y esto hace que en todos los partidos de izquierda, los líderes sean funcionarios. Lo digo yo, que soy funcionario.
Díaz Ayuso es más fácil de combatir desde la izquierda que Juanma Moreno
¿Le preocupa tener un problema de representatividad ante su base social?
Es que es un problema político, porque nosotros tenemos que representar a la clase trabajadora. Y la mayoría social no son funcionarios. Entonces, esto es un problema democrático que en otros partidos no pasa, porque son mucho más cómodos para el poder, o le hacen el trabajo a las patronales o tienen capacidad para después colocarte en consejos de administración, y así la gente no vuelve a su trabajo nunca. Nosotros somos un partido que se queja, se moja, está en los conflictos laborales, se enfrenta al poder y encima tenemos limitación de mandatos y después te tienes que volver a tu trabajo.
¿Cómo describiría a la derecha andaluza?
La derecha andaluza es una derecha que ha entendido el folclore andaluz, que no es la cultura andaluza. El folclore sólo es una parte de la cultura y la derecha lo utiliza como manto para tapar su verdadera intención, que es venderlo todo. Ellos entienden que todo, absolutamente todo es vendible, todo se puede trocear y tiene un precio, desde la sanidad, la educación, el suelo público. Entienden a los andaluces en función de lo que puedan pagar. Eso es una derecha profundamente peligrosa, porque con una cara amable es capaz de ser incluso más peligrosa que la derecha madrileña, que es más fácil de combatir para la izquierda. Isabel Díaz Ayuso es más fácil de combatir para la izquierda que Moreno Bonilla, pero Moreno es más peligroso que Ayuso.
¿Usted no cree que el presidente Moreno es un dirigente moderado?
No, yo creo que es un dirigente muy inteligente y que sabe que el pueblo andaluz nunca aceptaría a una dirigente como Isabel Díaz Ayuso. Pero tiene exactamente el mismo proyecto o peor que ella. Su discurso público no es el mismo, pero la práctica política sí.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, crea universidades privadas a tutiplén. A veces se nos olvida que el primer consejero de Educación de Moreno Bonilla era un señor que había creado una empresa, MEDAC, que se ha hecho con gran parte del negocio de la FP privada en Andalucía a costa de no crear plazas de la FP pública. Y que esa empresa la venden a un fondo de inversión estadounidense, que es el mismo que crea una de las universidades privadas a la cual el PP de Moreno le da los permisos para abrir en Málaga. ¡Esto es un auténtico chiringuito para vender la educación! Y todo lo crea el primer consejero de Educación. Es que es de un descaro inaudito. Y se nos olvida que han sido capaces de utilizar normativa de la pandemia ya derogada para dar dinero a tutiplén a las empresas privadas de la sanidad. Hombre no, no me trago la moderación del discurso.
En la política nacional tenemos ahora a varios andaluces en primera línea: María Jesús Montero, Antonio Maíllo, el propio Moreno tiene un peso significativo en el PP de Feijóo. ¿Usted cree que Andalucía está en el debate nacional?
No, porque todos los andaluces para estar en la política estatal renuncian a Andalucía. Todos. ¿Alguien se imagina que los premios al talento catalán o al talento vasco se entreguen en Madrid? Moreno Bonilla se ha ido esta semana a la capital a entregar los premios al talento andaluz, y aquí nos trae los Grammys, para repartir dinero entre los pisos turísticos. ¿Por qué? Porque España es el eje Madrid-Barcelona, y el resto somos periferia. Tenemos dirigentes andaluces que no ejercen como tales. Pero a mí, la verdad, donde haya nacido un dirigente me da un poco igual. Lo que me importa es que Andalucía estuviera en el centro del debate político y mediático andaluz. Tú pones la Sexta a las 13:30 de la tarde y está el pleno ordinario de la Asamblea de Madrid peleándose sobre el Canal de Isabel II y la M30. Y luego te encuentras aquí el reverso de la moneda, que en el último Pleno del Parlamento de Andalucía la mitad de las proposiciones no de ley son sobre Cataluña, y en todos los plenos hablamos de Catalulña. Si ni siquiera aquí nos tomamos en serio...
José Ignacio García, candidato de Adelante Andalucía: "El Gobierno andaluz nos hace creer que nuestros problemas son individuales y se arreglan de puertas para dentro" Jaime Martínez
Hay asuntos de ámbito nacional que impulsan formaciones independentistas de izquierdas en Cataluña, como la amnistía o la quita de la deuda pública, que en Andalucía provocan mucha fricción. ¿A ustedes les genera alguna contradicción estos temas?
El tema de la quita de la deuda es paradigmático de lo que está pasando. El PP sólo y exclusivamente se opone porque lo propone el PSOE. Ya está. Parece como el ejemplo máximo de la peleíta entre partidos. Nosotros, estando a favor de la quita de la deuda, tampoco creemos que sea la solución a los problemas de Andalucía. Los problemas son mucho más profundos y pasa, en primer lugar, por la reforma del sistema de financiación autonómica, que es claramente perjudicial. Y eso no lo van a hacer. En segundo lugar, algo que tendrían incluso más fácil de cumplir con la disposición adicional segunda del Estatuto de Autonomía, que dice que si somos el 18% de la población tenemos que recibir el 18% de las inversiones de los Presupuestos Generales del Estado, nunca lo cumplen y cuando lo ponen no lo ejecutan.
¿Cómo van agrandar la base social de Adelante Andalucía sin perjudicar a otras formaciones de izquierdas?
Hay una base de electores de izquierdas que no vota y hay, incluso, algunos despistados que votaron a Moreno Bonilla, porque tenían mucho miedo de que el PP gobernara con Vox. Y yo aspiro a convencer a toda esa gente.
El Gobierno andaluz nos hace creer que nuestros problemas son individuales y se arreglan de puertas para dentro
En unas elecciones generales donde no se presentase Adelante Andalucía, ¿usted a quién votaría?
Ja, ja, ja. No lo sé. Si te lo digo, a lo mejor perjudico al partido que elija.
¿No se quiere mojar?
No.
El otro día, en el Congreso, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, dijo que él se siente profundamente pacifista, pero que el clima prebélico que percibe le hacía entender que había que prepararse. ¿Usted ve necesario un rearme militar de Europa?
A mí no me gustó el discurso de Rufián. Yo creo que hay un sector de la izquierda que dice soy pacifista hasta que llega una guerra. Me preocupa que la UE, la OTAN, los gobiernos y muchos medios de comunicación se hayan instalado en las últimas semanas en una política del miedo. Creo que hay una manipulación enorme para que entre con vaselina y sin ninguna contestación que tenemos que gastarnos 800.000 millones de dinero público en armas. Armas que le vamos a comprar a empresas de Estados Unidos e Israel, y en menor medida a Francia y Alemania.
¿Usted conoce a alguien que haya muerto esperando su ayuda a la dependencia?
Sí.
¿Conoce a gente que haya esperado más de un año para operarse?
Sí. Yo. Más de un año para operarme la rodilla.
¿Conoce a gente que no haya podido matricular a su hijo en un colegio público porque han eliminado unidades?
Sí, en varias ciudades de Andalucía.
Y estas situaciones, que se denuncian mucho en el Parlamento andaluz, ¿no indicarían una mayor conflictividad social?
Es que el conflicto ya está en las calles.
¿Usted percibe conflictividad social en Andalucía?
[Pausa] El conflicto está. Pero cuando a nosotros nos llega alguien con un problema laboral o que no le atienden en su centro de salud o que no pueden pagar el comedor escolar de su hijo... yo le digo a la familia: ahora mismo el problema lo tenéis vosotros. El Gobierno andaluz no tiene ese problema. Lo que hay que conseguir es que en los sitios donde hay mucha gente teniendo un problema, darle luz, ponerlos en común y hacer que el problema sea del Gobierno y no de la gente que lo está sufriendo. El conflicto ya está, lo que hay que conseguir es que ese conflicto sea un problema para el gobierno.
¿Lo que dice es que la gente no se moviliza por sus propios problemas?
Es que nos hacen creer constantemente que los problemas son individuales y que se arreglan de puertas para dentro de casa. Como mucho, poniendo una queja individual por internet o quejándote en Instagram. Pero el Gobierno andaluz, el PP, nos hace creer que estamos solos y que cuando te echan de tu curro estás solo, que cuando no te atienden en tu centro de salud estás solo y que cuando tú no puedes pagar la hipoteca es tu problema porque no te has esforzado bastante, cuando se trata de un problema que tienen millones de andaluces. Y, por tanto, la solución debe ser colectiva, no individual. Hacer política para nosotros se reduce a esto: hacer que los conflictos que la gente percibe como individuales se pongan en común y entendamos que las soluciones también son comunes.
La Fiscalía del TSJA acaba de anunciar una querella contrata usted por denunciar el “racismo institucional y violencia policial” por la muerte de Mamouth Bakhoum, el vendedor ambulante senegalés que acabó ahogado en el río Guadalquivir el pasado 29 de diciembre tras ser perseguido por varios agentes de la Policía Local de Sevilla.
Este proceso es un ejemplo más de a donde estamos llegando. Hay una deriva autoritaria que limita las libertades cada día más. A mi me imputan por exigir una investigación y por decir que la muerte de Mamouth fue fruto del racismo institucional y la violencia y la represión. Algo que es innegable. Parece que la persona que está más cerca de ir a un juzgado por esta muerte soy yo por pedir que se investigue. Pero esto es un ejemplo más. Los seis de Zaragoza están en prision sin pruebas, los seis de Suiza, las denuncias contra el SAT, la condena al portavoz de la Marea Blanca de Cádiz o lo que le está pasando a los trabajadores de Acerinox. Vivimos un tiempo en el que se reprime la protesta. Y todo esto con el gobierno más progresista de la historia, que sigue sin derogar la Ley Mordaza.
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