A falta de ocho meses -como máximo- para la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones en Andalucía, el PP de Juan Manuel Moreno retiene su mayoría absoluta y observa de lejos a su principal perseguidor, un PSOE que retrocede posiciones desde que asumió el liderazgo María Jesús Montero, hace cinco meses.
El segundo barómetro trimestral de 2025 de la Fundación de Estudios Andaluces (Centra), publicado este jueves, congela la imagen actual del Parlamento andaluz, resultado de las urnas en 2022, con un bloque robusto de las fuerzas conservadoras (56,4%) que aleja la hipótesis del cambio de ciclo político ansiado por la izquierda.
Según el llamado CIS andaluz, el Partido Popular obtendría el 41,7% de los votos y entre 55 y 57 escaños, frente a los 58 que logró en las autonómicas de junio de 2022. El PSOE andaluz, algo vigorizado desde que Montero sustituyó a Juan Espadas al frente, se queda con el 19,8% de los votos y entre 24 y 26 escaños, por debajo de los 30 actuales, su cota electoral más baja en la historia.
La tercera fuerza en la Cámara sigue siendo Vox, con el 14,7% del escrutinio y una horquilla de 16 a 18 diputados, por encima de los 14 que ahora tiene. Y muy por debajo de estos tres partidos se sitúan las dos formaciones a la izquierda del PSOE -antaño aliadas- que son las que mejoran significativamente su resultado actual, en detrimento del desplome socialista:
Por Andalucía, la coalición de Izquierda Unida, Movimiento Sumar e Iniciativa del Pueblo Andaluz (Podemos aún no ha confirmado si seguirá dentro), alcanza el 10% de los votos y de cinco escaños pasaría a una horquilla de 8 a 9. Adelante Andalucía, que carece de grupo parlamentario propio por falta de apoyos, se aferra a la Cámara con el 6,2% del escrutino, que le permitiría pasar de dos diputados a una horquilla de dos a tres.
Respecto al último sondeo del Centra, publicado en abril, las dos fuerzas del bipartidismo retroceden, mientras avanza la ultraderecha y las izquierdas alternativas que se benefician del desgaste agudo en el PSOE.
El PP de Moreno pierde 1,4 puntos y se queda, en la cota más baja de la horquilla, con los 55 escaños justos para la mayoría absoluta. Los socialistas se dejan 4,3 puntos -su peor resultado histórico-, mientras Por Andalucía recoge los frutos de su alianza de partidos (avanza 2,3 puntos) y Adelante Andalucía da un respingo de 1,6 puntos y alcanza su mejor cota hasta la fecha.
La intención de voto que dibuja el sondeo es la línea de salida para los próximos comicios que tocan en la primavera de 2026, si Moreno mantiene su compromiso de no adelantarlos. De momento, la hoja de ruta en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta, pasa por aprobar los Presupuestos Autonómicos para 2026 en diciembre y la Ley andaluza de Vivienda -un asunto que será mollar en la próxima campaña- antes de que termine el año.
Los partidos se miran en el espejo de su último resultado en las urnas, que dieron 58 diputados al PP de Moreno, 30 al PSOE, 14 a Vox, cinco a Por Andalucía y dos a Adelante Andalucía. El barómetro del Centra, denostado por la oposición por depender de la Consejería de Presidencia, otorga una ventaja de 21,9 puntos a los populares sobre los socialistas [la mayor en la serie histórica].
Los hombres del presidente andaluz concluyen que “no ha habido efecto Montero”, es decir, un repunte en las expectativas de voto desde que la vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y número dos del PSOE federal se hizo con las riendas del partido.
Los socialistas andaluces han recuperado el pulso desde que les comanda Montero, pero se reconocen a los pies de una cordillera importante. En la horquilla más alta, el bloque de la derecha suma 75 escaños de los 109 del Parlamento [56,4%], frente al 36% que reúnen PSOE, Por Andalucía y Adelante (más la incógnita de si un cuarto partido de izquierdas, Podemos, concurrre en solitario): 38 escaños. Moreno concentra más diputados que todo el arco de los partidos progresistas juntos.
La mayoría absoluta está en 55 y algunos dirigentes del PSOE admiten que su expectativa no alcanza a ganar a Moreno, sino hacerle perder esa mayoría, obligándole a volver a pactar su investidura con la ultraderecha, como ya hizo en su primer mandato. El presidente y líder del PP andaluz es el candidato preferido para los encuestados (49,4%), seguido de Montero (21,5%); el líder federal de IU, Antonio Maíllo (9,2%), que no es candidato en esta comunidad; la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto (6,7%); el portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García (5%); y el portavoz Vox, Manuel Gavira (4,7%).
Entre las preocupaciones de los andaluces, según la encuesta, la sanidad se mantienen en el segundo puesto, por detrás del paro, pero ha escalado posiciones respecto al último sonceo. El desempleo, que históricamente ha encabezado la lista de problemas en esta comunidad, sigue liderando este ránking de preocupaciones, pero ahora es señalado por el 19,3% de los encuestados, cuando hace tres meses lo era para el 43,3%.
La sanidad, en cambio, ha pasado de indentificarse como el segundo problema de los andaluces para el 19,9% a serlo para el 16,1%, apenas a tres puntos del paro. La oposición de izquierdas está percutiendo en el malestar ciudadano por el colapso sanitario, las listas de espera para ser atendido por un médico, o la sombra de los contratos a dedo con la sanidad privada, ahora bajo investigación de dos juzgados y de la Fiscalía Anticorrupción por supuestos delitos de malversación y prevaricación.
El sondeo, a partir de 3.600 entrevistas telefónicas, se realizó entre el 13 de junio y el 1 de julio, un periodo marcado por el terremoto político que sacudió al PSOE y al Gobierno de Pedro Sánchez, con la entrada en prisión del exsecretario de Organización del partido, Santos Cerdán, acusado de gestionar mordidas por la adjudicación de obras públicas, y los polémicos audios que reveló el informe de la Guardia Civil en los que se oye al exministro de Fomento, José Luis Ábalos, hablar con su mano derecha, Koldo García, de mujeres como si fueran ganado.
El CIS andaluz no pregunta por la gestión del Gobierno andaluz de Moreno, pero sí señala como primer problema de España la corrupción, la desconfianza con los partidos y la desafección con la política. Es una preocupación para el 36% de los encuestados, aunque en Andalucía este asunto sólo es especialmente significativo para el 8,1%.