Turuta, mande firmes

Habemus jefe. Por fin salió fumata blanca de la chimenea de Génova, 13 Rúe del Percebe, aunque no sé cuál pueda ser el origen del humo, si de una paja seca o de algo liado en un papel de fumar. En este caso tendría explicación que el sorteo para dirigir el PP andaluz y enfrentarse a Susana Díaz haya recaído en Juan Manuel Moreno Bonilla, a la sazón secretario de Estado de Bienestar Social e Igualdad, que de seguro contará con el voto de los dependientes, de los pensionistas que pagan dos veces por las medicinas y de todos aquellos que nos hemos beneficiado de las reformas sanitarias auspiciadas por él, eso sí, para mayor gloria de la marca España.

Dejando aparte la lista de vencedores y victoriosos de esta incruenta peleílla entre conmilitones, sí quiero llamar su atención sobre la inusitada velocidad con la que los populares andaluces se han puesto firmes, prietas las filas, para recibir a su nuevo caudillo tras un ejemplar proceso de democracia interna, pero que muy interna. Tanto como para situarla en el intestino grueso del partido que nos desgobierna, muy cerca de la salida de emergencia, y que nos recuerda a aquella democracia orgánica de la que tanto disfrutamos los que tenemos mucho más futuro por detrás que por delante.

Así, al toque de generala y atención, los líderes andaluces del PP se disponen para la revista ante la puerta falsa, a la espera de que el nuevo comandante les aliste en su estado mayor. Incluso el más damnificado de todos, José Luis Sanz, que ya estaba terminando el curso de ascenso, aunque con demasiados toques de fajina en su cuartel de Tomares. Por la sonrisa sincera que se le ha puesto, parece que Sanz dejará la primera línea de combate y pasará a la sección de zapadores, que en todos los ejércitos hay quien se dedica a cavar zanjas y trincheras.

Aunque esto de las zapas y de las trampas tampoco preocupa demasiado al candidato Moreno, que hizo el campamento en la mismísima OJE, aunque en el PP prefieren llamarla Nuevas Generaciones. Y la pelea en las escuadras juveniles es mucho más vivificadora que en los partidos que las sustentan, y si no que se lo digan a Susana Díaz, que veló sus primeras armas en las Juventudes Socialistas y salió viva y con mando en plaza.

Servir es un honor

Es lo que tiene militar tantos años en la OJE, que te da sentido de la disciplina, que vale quien sirve y servir es un honor. No es de extrañar que el flecha Bonilla haya aceptado sin reservas la orden del día y haya liado el petate y cambiado de destino. Además, en este sistema de democracia orgánica muy interna que tiene el PP, la experiencia de la OJE viene muy bien, sobre todo cuando las cosas se hacen con el ojete.

Una ventaja añadida del nuevo generalísimo es que es licenciado en Protocolo y Organización, saberes muy apropiados para la logística y municionamiento. Además, no nos dejará en ridículo, ya que siempre sabrá cuál es el tenedor del pescado.

Lo que sí me ha emocionado es ver la foto de los suboficiales mayores de las mesnadas provinciales, todos hombres españoles (y perdonen la redundancia) en perfecta formación, tras haber asimilado la principal máxima militar: las órdenes están para ser cumplidas, jamás para ser interpretadas, que interpretarlas es corromperlas. Y esto de corromper, en el PP ni mentarlo.

Tras tantos meses de incertidumbre, ya tenemos al aguerrido PP-A dispuesto para la batalla y con mucho ánimo, que falta le va a hacer, que le queda más mili que a la estatua de Cascorro. Corneta, mande descanso y toque de oración.