Burkina Faso penaliza la homosexualidad, ¿a quién le sorprende?

Bueno, ya sabes que soy negra, y que tengo una relación bastante complicada con este país desde que escribo, y como muchas personas negras siempre he pensando en irme. Como toda afrodescendiente he pensado en volverme al continente africano, especialmente en los últimos tiempos. Es una conversación no poco recurrente entre personas africanas y afrodescendientes pero, como le dije a un amigo camerunés, para mí no es tan fácil. ¿Su respuesta? Las tonterías que tenemos la diáspora.

Su respuesta tenía lógica desde su perspectiva: es más fácil entrar a cualquier país africano con un pasaporte europeo que a un país europeo con un pasaporte africano. Además tengo una carrera, mi economía se rige en euros y no en el FCA que emite Francia para cobrarse una deuda por dejar de ser formalmente su colonia. Y podría seguir la lista de hechos sin que, objetivamente, mi recelo a volver al continente no estuviese infundado por los sesgos racistas de Europa en relación al continente. Sin embargo, él estaba obviando algo crucial, dada su condición: él es heterosexual y yo no.

Entonces llegamos a esa ley recientemente aprobada que me apena por cómo sigue la estela de la conyuntura global antiderechos, por cómo se asume un marco ideológico profundamente colonial en nombre de la liberación anticolonial africana una vez más. Pero la verdad es que sorprenderme no me sorprende: a poco que conozcas lo que se cuece en el continente africano era casi previsible, y más en los tiempos que nos ha tocado vivir.

Tampoco me sorprende que de repente tenga más repercusión, si me lo permites, la existencia de Burkina Faso, cuando algunas de las que se escandalizan por esta ley no sabrían decir en que zona de África se ubica.

Hay una particularidad en el caso de Burkina, y es el proceso que se lleva desarrollando desde 2022, que busca la autonomía del país y la descolonización del continente, sintetizándolo mucho. También en abril hubo movilizaciones globales en apoyo el 30 de abril a Ibrahim Traoré, a quienes algunos llaman el nuevo Thomas Sankara. Pero creo que debería hacer al igual que Sankara en su momento, y en un proceso revolucionario debería ampliar los derechos y no tan sólo replicar los que hay y desarrollar lo económico.

Es difícil hablar de con quien quieres construir un proyecto de vida mientras tienes tienes el plato vacío, no puedes gestionar tus propios recursos y el mismo programa de cooperación que ha venido a enseñarte sobre derechos humanos justifica la explotación minera de su gobierno extranjero

Al fin y al cabo, es difícil hablar de con quien quieres construir un proyecto de vida mientras tienes tienes el plato vacío, no puedes gestionar tus propios recursos y el mismo programa de cooperación que ha venido a enseñarte sobre derechos humanos justifica la explotación minera de su gobierno extranjero. ¿Cómo no vas a asociar ciertos derechos a una cuestión extranjera?

Y aquí está el meollo del asunto, la aprobación de esta ley tiene sentido, como te decía antes, porque este proyecto entiende los derechos LGBTIQ+ como una imposición occidental. Algo que practica la gente blanca, como dirían algunos panafricanista, para no reconorse abiertamente como lo que son. Aunque tienen medio punto de verdad, son incapaces de asumir que la cisexualidad y la heterosexualidad tampoco son propias del continente.

Deliberadamente tanto lo queer aquí, en las Europas y sátelites, y como lo africano, se ciegan a hablar de que las relaciones sociales en el continente africano han sido muy diferentes y que fue la colonización la que impuso tanto la practica como el relato hasta el punto de identificar la familia africana con hombre y mujer, o peor, mujeres.

Entonces, desde una perspectiva occidental, ¿estamos hablando de una relación lésbica o de una transición?, ¿o de ambas? ¿O de ninguna, porque no son palabras de allí ni obedecen a esa realidad?

Tampoco hay que obviar que, al igual que con el machismo, la colonización en África no sólo impuso un modelo social concreto sino que reforzó las más dañinas creencias, como explican en la ONG 'Somos parte del mundo'.

Si bien parece que esta ley va a ser utilizada desde Occidente para justificar cualquier agresión libertadora mientras imponen esos mismos valores en Europa y cía, es importante seguir señalando como en estos momentos, como en Ghana y cada parte del mundo, donde las personas y activistas LGTBI vamos a ser por las instituciones más tolerablemente perseguidas, no habrá libertad para nadie mientras una sola persona siga siendo sometida.