Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
Pum, pum, ¿quién es? Pedro Sánchez con Albert
Podemos va a necesitar un argumento mejor que el “Ciudadanos es de derechas” para rechazar considerar siquiera la propuesta del PSOE. Ya lo siento, porque a mí me valdría. Soy tan naïf, “perdedora y con olor a naftalina” que me defino de izquierdas pese a la insistencia de Podemos desde 2014 en que la izquierda ha muerto. ¿Quién va a creer ahora en esta nueva La Muralla si hasta a mí se me atraganta: “Pum, pum, ¿quién es? Pedro Sánchez con Albert. ¡Cierra la muralla!”.
Se han pasado con la matraca de que no hay más diferencia que “abajo-arriba”, “nuevo-viejo” y ayer mismo Pablo Iglesias insistía a Pepa Bueno en que “lo importante no son las etiquetas, sino los hechos”. Pues:
“Programa para un gobierno progresista y reformista. Propuesta PSOE 8 febrero 2016”. Cincuenta y tres páginas, en que destacan la ausencia de la derogación del art. 135 de la Constitución y la vaguedad sobre la mejora la Ley electoral, pero hay propuestas concretas como ralentizar la devolución de la deuda, recuperar derechos laborales vía Estatuto de los Trabajadores y convenios, abolir las leyes Wert y Mordaza, prohibir el fracking, cerrar las nucleares con 40 años, IVA cultural del 21 al 10%, ley de muerte digna, crear un ingreso mínimo vital, gravar la riqueza, patrimonio y sucesiones, contratar 5000 empleados contra el fraude fiscal, recuperar la sanidad universal, la ley de costas, la prohibición de urbanizar los bosques incendiados...
Es fácil proponer si sabes que de antemano el otro se niega a pactar. Pero si me ofrecieran un contrato ¡de larga duración, semanal! a elegir entre “comercial del PSOE para vender a los electores la oferta de pacto” y “comercial de PODEMOS para vender su rechazo”, me tentaría el primero. Por fácil. Sobre todo si Ciudadanos renuncia a sus retrógrados contrato único y exclusión de los sin papeles de la sanidad pública.
Ahora bien, si por mi casposa esencia ideológica, asesora a Podemos frente a un PSOE más de centroUCD que de orilla izquierda, les recomendaría negociar, incluir puntos y ceder otros, ver si Sánchez y su Ejecutiva son capaces de precisar lo de Cataluña y antes de 2017 o ahí encallan. Y, en última instancia, si lo que se teme es que ningún pacto sea efectivo por el bloqueo del PP en el Senado, reconocerlo y apostar abiertamente ante el electorado por volver a las urnas y arrasar.
Izquierda Unida, ¿cabe en un taxi?
Alberto Garzón, el líder más valorado y el más perjudicado por la Ley electoral, asume hoy como siempre ser de izquierdas y no por eso reniega de negociar. En la rueda de prensa posterior al encuentro de ayer con el PSOE señaló buenas perspectivas (reformas electoral, laboral y del 135) y profundas divergencias (proceso constituyente y banca pública). El problema aquí radica en que para ser de izquierdas primero hay que ser. ¿Sigue IU viva? El CIS marca que en una repetición electoral, el millón de electores volvería a votarles. Pero, por más que Garzón ayer se rodeara de su equipo negociador, se echa en falta plantel en una formación que cumple 30 años.
Hay quien lo atribuye a un bochorno -por los consejeros de las cajas de ahorro- similar al que, por lo visto, se sufre en el sector del cine por el fraude en las subvenciones y que ha restado a los Goya espíritu reivindicativo justo el año de “Techo y comida” y “B”. No obstante, el actor Antonio de la Torre clamó por los refugiados. ¿Acaso no hay en IU a quienes la vergüenza no paralice? ¿Van a esperar sentados, como Rajoy, la repetición de elecciones? Parece el mejor camino para la derrota final, porque para que Alberto Garzón acabe de ministro, se abren puertas más directas que la papeleta de IU. No creo ser la única que me lo planteo.