¿Y tú de quién eres?

Como en casa con la familia no se está en ninguna parte, o eso, al menos, es lo que debe pensar el casi centenar de familiares de altos y ex altos cargos del Tribunal de Cuentas. Yo me imagino pasear por los pasillos de la citada institución preguntando, como la señora con rodete de la canción de los No me pises que llevo chanclas, aquello de “¿y tú de quién eres?”.

Bien mirado, está bien, ¿no? Porque si se les quedan cuentas sin terminar en la oficina, pueden terminarlas más relajados mientras comparten una paella familiar o en la cena de Nochebuena. Bueno, y lo que se ahorrarán en transporte si van juntos al trabajo. Mira, tiene hasta ventajas ecológicas. Algunos se han mosqueado con el tema sin pensar en las evidentes ventajas del mismo.

Ay, si don Luis García Berlanga levantara la cabeza se moriría de envidia por ver superado el surrealismo de aquellos maravillosos guiones suyos como el de Calabuch, por ejemplo.

En un país en el que un ministro del medievo se empecina en defender a unos embriones a la vez que reducen casi un 15% el gasto para la protección de los niños ya nacidos, de los cuales, 2,3 millones viven bajo el umbral de pobreza, ¿qué más da si todos los que trabajan en el Tribunal de Cuentas son primos? Además, coño, que como ha declarado el señor presidente del mismo, don Ramón Álvarez de Miranda, lo que pasa es que los familiares se enteran antes de las oposiciones y es normal que esto ocurra. Le ha faltado remedar al iluminado de Justicia y salir al paso diciendo que “los asuntos de familia se tratan en la familia”.

Pero no hay que olvidarse de que el Tribunal de marras es el órgano fiscalizador de las cuentas y de la gestión económica del Estado y del sector público. Y que, como tal, debe velar por el buen funcionamiento de las administraciones públicas y evitar el fraude. ¿Quién puede confiar en un organismo que apesta nepotismo? O que se equivoca en las cuentas... Porque ya le dedicamos en esta casa unas líneas a las cuentas mal hechas del Tribunal de Cuentas, en concreto, en el informe sobre las universidades españolas del mismo. Informe que, con sus errores de cálculo y afirmaciones basadas en el desconocimiento profundo del funcionamiento de las mismas, usan para dar indicaciones pedagógicas a seguir en la Universidad española. Sí, eso, efectivamente, las decisiones sobre el profesorado a contratar (o mejor dicho, a despedir) se tomarían tomando como base un informe hecho desde la ignorancia, con casi todas las medias mal hechas y argumentando sobre leyes que no existen. Bueno, desde la ignorancia o bajo el dictado del PP para poder llevar su política de recortes. Lo que me falta saber es cuáles son los vértices del siguiente grafo que elaboraron el citado informe. ¿El primo de quién? ¿Es obra de un sobrino? A mí me pega que es cosa de un cuñado...

En fin, nada nuevo bajo el sol, me temo. Nada que no se pueda leer con aquella partitura de Nino Rota como banda sonora. Estamos rodeados de tanta mierda que esto se quedará en un pedo.