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España pierde 4.000 empleos tras la exclusión de la Operación Paso del Estrecho

En la imagen, el puerto de Algeciras (Cádiz) en el marco de la Operación Paso del Estrecho (OPE). .EFE/A.Carrasco Ragel/Archivo

Juan José Téllez

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La exclusión de España de la Operación Paso del Estrecho, decidida unilateralmente por Marruecos, costará no menos de 4.000 empleos este verano en nuestro país, especialmente en los puertos del sur y del levante español. Así lo calcula Miguel Alberto Díaz, de la Federación de Servicios a la Ciudadanía, de Comisiones Obreras. A su juicio, la medida anunciada por el Gobierno de Marruecos el pasado domingo afectará especialmente a los MRE, el acrónimo de Marroquíes Residentes en el Extranjero, tal y como son recibidos con pancartas en sus puertos de origen, ávidos de abrazos y divisas. Difícilmente podrán aventurarse en esa nueva ruta marítima los marroquíes más pobres y a los que residen en España, ya que sólo se permitirán travesías desde los puertos franceses de Sête y de Marsella, así como del italiano de Génova: “Imagina lo que cuesta un viaje de ese tipo a una familia trabajadora con tan sólo dos hijos y un coche. Sólo van a volver a ver a sus familias aquellos que estén en mejores condiciones económicas”.

Díaz, un sindicalista algecireño de 60 años de edad, que se forjó en la lucha contra las mafias de la droga, recuerda los tiempos en que en Algeciras se rechazaba a los inmigrantes marroquíes porque no solían tener donde quedarse y dormían hasta tres días en el interior de sus vehículos en el Paseo Marítimo: “Eso fue hace más de cuarenta años. Luego, la Operación Paso del Estrecho logró que se coordinaran los gobiernos de España y de Marruecos, que los preembarques fueran de menor duración y que los inmigrantes en tránsito estuvieran atendidos. También ciudades como Algeciras y Tarifa vieron aliviados los embotellamientos de tráfico, que llegaron también a ser considerables”.

Del rechazo inicial, la OPE se convirtió en un negocio que mueve casi cuatro millones de viajeros al año. Por ello, CCOO ha pedido al Gobierno marroquí que reconsidere su postura “para no infringir mayor daño a las empresas y trabajadores y a los cientos de miles de usuarios que cada año cruzan el Estrecho”. Y que España y la Unión Europea presionen para ello, reclaman: “Nos encontramos ante un problema de asuntos pendientes de política internacional y no de salud pública”, asegura CCOO, horas después de que el Gobierno español viniera a decir lo contrario.

Así, portavoces de Exteriores rebajaron la tensión diplomática que volvió a retroalimentar esta noticia. A su juicio, el esquema anunciado por Marruecos es similar al del año anterior, el del inicio de la pandemia: “Es una decisión que respetamos y que se produce en un contexto de pandemia en la que hay que extremar la máxima seguridad”, aseguran desde el Palacio de Santa Cruz. Hay algo que ha cambiado: el año pasado, la medida se tomó de común acuerdo y, en este caso, el Gobierno español no ha sido informado previamente al anuncio oficial.

En 2020, Marruecos cerró fronteras terrestres antes de que lo hiciera España y así se mantienen hasta ahora. También ocurre en los puertos, que sólo se han abierto a los tráficos de mercancías y a los embarques extraordinarios de temporeras o de evacuados.

La OPE, según recuerda nuestra diplomacia, ha venido siendo un esquema pionero en el mundo de traslado ordenado masivo (3.340.045 pasajeros en 2019 y 760.215 vehículos entre las entradas y salidas) “realizado durante años con mucho éxito gracias a la estrecha colaboración de Marruecos y España y esperamos repetirlo en próximas ocasiones”.

Esas cifras se obtienen tras incansables rotaciones de los ferries que cruzan el Estrecho desde Tarifa o Algeciras. O desde otros puertos peninsulares, que tienen articulado ya un mecanismo que permite el embarque a un mayor ritmo que el que puede llevarse a cabo en otros puertos europeos: “Apenas una cuarta parte de este contingente es el que podrá embarcar. No hay ferries suficientes y su capacidad es limitada. Por no hablar de las travesías, mucho más prolongadas”.

Una familia de MRE que incluya a los padres y a dos hijos, el viaje de ida y vuelta desde los puertos franceses, les costará 1.300 euros más el consumo a bordo durante no menos de cuarenta horas de travesía. Por tierra, hasta el sur de España, más los embarques correspondientes, dicha suma se reduce a unos 300 euros y apenas tres horas en el trayecto más largo, incluyendo las operaciones de atraque y desatraque: “Por eso, desde el sindicato, hemos demandado igualmente al Gobierno Marroquí que siga apostando por la puesta en marcha de la OPE 2021, con la participación y colaboración de los países de procedencia y destino de cientos de miles de trabajadores y de sus familias, que viniendo de tránsito pasan por millones esta ruta más corta, económica y más segura, como es la que cada año unen nuestros países por el Estrecho de Gibraltar. Aquí sabemos cómo hacerlo. Durante años, administraciones, empresas y trabajadores han logrado aquí acortar las esperas y hemos pasado, casi en tiempo récord, a recobrar condiciones dignas para todas esas familias”.

“Esta medida alarga la situación agónica que viven cientos de empresas y pone en peligro el presente y futuro de miles de puestos de trabajo en puertos como los de Algeciras, Ceuta, Melilla, Almería, Málaga Tarifa o Motril, además de los de la Comunidad Valenciana; entre ellos personal de flota y tierra de las navieras, de apoyo al pasaje, autoridades portuarias, agencias de viajes, transportes por carretera, amarradores, hostelería, gasolineras y así una larga lista de familias que temen por su futuro” afirma Díaz, desde la estricta perspectiva de los otros sectores perjudicados por la limitación de la Operación Paso del Estrecho.

El Campo de Gibraltar

Llueve sobre mojado. En el Campo de Gibraltar, cuyos puertos de Tarifa y Algeciras se encuentran entre los más afectados por esta medida, se habla ya de desindustrialización y no se confía en la transición ecológica. Por no hablar de inversiones sociales que no se producen, de un paro terrible y de una economía sumergida que roza, según cálculos diversos, en torno al 20 por ciento del PIB local. Esto viene a ser otra puntilla importante para esta zona especialmente sensible y con sectores sociales claramente empobrecidos: “Lamentamos la falta de sensibilidad respecto a un sector como el de transporte marítimo de pasajeros que está sufriendo de lleno las consecuencias de falta de actividad, donde están proliferando los ERTEs, que afectan a cientos de trabajadores, y que puede ser letal para el empleo, la continuidad de las empresas y autónomos,” por ello pedimos a Presidente del Gobierno que prorrogue e incremente las ayudas, considerando a este como sector estratégico y de especial protección, más allá del 30 de septiembre.

Pero apuestan por sacar otro as de la manga: “En caso de persistir esta injusta decisión, exigimos a la Unión Europea que revise el régimen de importantes ayudas que remite a la administración marroquí para que disuada esta política de permanente provocación a España, contraria a cualquier criterio de países que se han considerado en la historia una relación más que buena vecindad”, recalca Díaz quien a lo largo de su trayectoria sindical ha venido apostando claramente por la cooperación con el país vecino, en una estrategia de codesarrollo: “Pero queríamos que los trabajadores marroquíes prosperasen, no que sufriesen de esta forma las decisiones de su propio gobierno”.

No sólo del Estrecho viven las navieras pero la Operación Marhaba, que es como se conoce en Marruecos a la OPE, reportaba a una empresa como la canaria Naviera Armas Trasmediterránea cinco millones de billetes a lo largo de 2019. Resultará difícil que recobre dicha cartera de pedidos. Todo lo más, la última esperanza es que la situación varíe tras la Fiesta del Cordero de finales de julio.

El comunicado no da precisiones sobre si estas restricciones durarán todo el verano o si podrán levantarse en el mes de agosto, tras la llamada Fiesta del Carnero, prevista a fines de julio. La noticia supone un duro golpe para navieras y usuarios en España, conocidos en Marruecos como MRE (“marroquíes residentes en el extranjero”) que cada verano atraviesan España, procedentes de distintos países de Europa, y embarcan en ferry. Por ahora, se tendrá que conformar con el contrato marítimo que fija los viajes entre Melilla y Almería, o entre Málaga y Melilla. Hasta ahora, Algeciras, Ceuta, Tarifa, Motril y Almería venían aglutinando en esa misma escala el paso de los 3,2 millones de emigrantes magrebís que, procedentes de toda Europa, atravesaban la Península, donde también se esperaba a veces a estos viajeros como agua de agosto para numerosos comercios, restaurantes y áreas de servicio.

Incluso se llegó a barajar la posibilidad de una línea entre Barcelona y Tánger para atender al cuarto de millón de inmigrantes marroquíes residentes en Cataluña, pero tampoco fue aceptada esta propuesta. El Gobierno español, por su parte, licitó la adjudicación al puerto de Algeciras, a través de la Plataforma de Contratación del Sector Público, con un importe de 1.094.000 euros dos servicios a desarrollar durante dos años: uno relativo al servicio de ordenación de vehículos y pasajeros y otro para prestar apoyo e información a los mismos. Quizá se lo viera venir porque en su punto cuarto puede leerse lo siguiente: “Debido a que el actual cierre de fronteras marítimas y terrestres con España llevadas a cabo por el Reino de Marruecos implica la suspensión de las líneas marítimas que operan en El Estrecho, el contrato se firmará y comenzará a ejecutarse una vez reanudadas dichas líneas marítimas”.  Y así seguirá, por lo que parece.

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