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Infoca: un paso por delante de las “lluvias de fuego” del siglo XXI

Incendio de Tabernas (Almería). Foto: Infoca

A. A.

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En el centro de operaciones reina la calma. Un gran mapa nos da la clave: ningún punto de Andalucía arde en llamas en esos momentos. Estamos en el centro de operaciones regional (COR) del Infoca, el cuartel general desde el que se decide, segundo a segundo, cómo luchar contra el fuego en los montes de Andalucía.

El fuego ejerce sobre nosotros una mezcla de temor y fascinación. El cambio climático y la despoblación han traído en el siglo XXI la devastación de los fuegos de sexta generación: incendios “de ciencia ficción”, que generan unos cambios atmosféricos de tal envergadura que provocan una lluvia de fuego.

“El desplome de los pirocumulonimbos por condensación arrastra desde las capas altas hasta el suelo millones de partículas incandescentes, capaces de generar miles de nuevos focos a mucha distancia del foco principal. Es como si lloviera fuego sobre el monte reseco”, describe Alejandro García Hernández, subdirector del Infoca, uno de los responsables que tiene la última palabra en la lucha contra los incendios y una Biblia sobre el fuego, que no sólo lleva un casi un cuarto de siglo luchando contra el fuego sobre el terreno y los despachos, sino que los ha estudiado a fondo en el único máster de gestión de incendios de España, del que fue alumno y ahora es profesor.

El fuego, un problema global 

En apenas tres o cuatro décadas, el fuego se ha convertido en un problema de primera magnitud para todo el planeta. Ya no vale con detectar un fuego y salir con el camión y las mangueras a sofocarlo con agua. Eso es cosa de los años 80. Ahora, hace falta ir un paso por delante. Analizar decenas de variables. Y tomar decisiones. Si imaginamos el Infoca como un titán que lucha contra el fuego, el centro de operaciones regional (COR) es su cerebro: el lugar al que llegan miles de datos, se analizan y se toman decisiones.

Hay que ir un paso por delante. Y eso requiere el análisis de una ingente cantidad de información meteorológica, geográfica o legal, así como la movilización de todo tipo de vehículos y personal especializado, por si ocurre algo en las zonas de máximo riesgo. Una especie de ataque preventivo o estado de alerta constante, que permite minimizar de todos los incendios que saltan en la época de máxima precaución, entre mayo y octubre.

“Se trata de actuar de manera proactiva, no reactiva. Ir siempre un paso por delante de los incendios forestales. Preferimos desactivar medios que no nos terminen haciendo falta (mandarlos de vuelta a la base) a tenerlos que activar demasiado tarde”. Contra el fuego, cada minuto cuenta. La generalización de los móviles ha llevado a que más de la mitad de las detecciones de incendios (o conatos) las realicen los ciudadanos con sus llamadas al 112.

Dos nuevas unidades para luchar contra el fuego

Para la campaña de 2019, el Infoca ha mejorado sus recursos humanos de extinción con la incorporación de dos nuevas unidades. Hasta ahora había tan sólo dos técnicos que se encargaban de “observar, analizar y ordenar las ventanas de oportunidad, es decir, los lugares y momentos donde el fuego se debilita para poder atacarlo con mayores garantías. Pero dos personas no eran suficientes”. La nueva Unidad de Análisis del Infoca la componen ocho técnicos y un coordinador, nueve ingenieros de montes acreditados en el análisis de incendios.

El coordinador tiene a su cargo a cuatro analistas en Andalucía Occidental y a otros cuatro en Andalucía Oriental. El nuevo equipo es capaz de analizar con mayor eficacia el potencial de los incendios y proporcionar “una información muy importante para la toma de decisiones y la protección de personas e infraestructuras, como carreteras, urbanizaciones o campings, que se encuentran en el recorrido potencial del fuego”.

Aunque los analistas hablan el mismo idioma que el fuego, “no todo incendio es acometible por los medios de extinción. A veces toca esperar. Cuando el incendio supera el umbral de capacidad de extinción, lo único que puedes hacer es sofocar la cola del fuego, retirar a los bomberos de la zona de mayor riesgo y estudiar la zona y el momento donde el fuego se va a debilitar, para esperarlo y atacarlo allí”.

Al grupo de análisis en el cerebro del Infoca, hay que añadir la otra novedad: el Grupo Regional de Mando (Gremaf), compuesto por dos equipos: uno en Sevilla (Andalucía Occidental) y otro en Granada (Andalucía Oriental), que cuentan con sus propios helicópteros, capaces de desplazarse rápidamente a cualquier punto de la comunidad. Una brigada de élite cuya misión es analizar el incendio sobre el terreno y llevar a cabo labores de planificación de las operaciones, el control de medios o la logística. Decisiones y acciones claves que aumentan las probabilidades de éxito. El equipo, compuesto por dos técnicos de extinción, un analista y la tripulación del helicóptero, es “los ojos y las manos” de los analistas de los centros de operaciones.

Despoblación rural y cambio climático

Se trata, en fin, de estar preparados para unos incendios cuya virulencia potencial se incrementa año tras año, por el efecto combinado de la despoblación rural, que aumenta el combustible en los campos, y el cambio climático, que deshidrata la vegetación con veranos más secos y largos. “La extinción de incendios es la respuesta, no la solución al problema. No se le puede pedir a los operativos que solucionen los problemas que ha generado la sociedad y que ha empeorado el cambio climático”, apunta el subdirector del Infoca.

La prevención es un trabajo conjunto de la administración, la sociedad y el individuo. Y lanza una idea interesante: el consumo de cercanía apaga fuegos. “Cada vez que consumimos queso de cabra payoya, estamos realizando prevención de incendios. Cada vez que consumimos productos de madera de nuestros bosques, estamos sacando biomasa de nuestros bosques y convirtiendo nuestros hogares en depósitos de CO2 que ayudan a frenar el efecto invernadero y el cambio climático”, concluye. La lucha contra el fuego es cosa de todos.

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