VÍDEOS: En busca de la prosperidad sin coste para el medio ambiente

El planeta, además de ser hábitat de los seres vivos, es el principal aliado para su supervivencia. Razón por la que se hace necesario el trabajo por la conservación del medio ambiente y ello depende, en gran parte, del consumo y la gestión de sus recursos naturales.

La ONU alerta de que, de seguir con el nivel de consumo actual, y teniendo el cuenta el ritmo de crecimiento de la población mundial, en 2050 necesitaríamos tres planetas para mantener nuestro actual modo de vida. Un dato ofrecido con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que, un 5 de junio más, intenta concienciar sobre la necesidad de hacer sostenible el planeta. Este año poniendo el foco en la importancia de las acciones individuales para cambiar la situación.

Pensar en clave de futuro es fundamental. Por ejemplo con el agua, un recurso natural fundamental. A pesar de que tres cuartas partes del planeta están recubiertas de agua, un 97 % es salada y de la cantidad restante, que es agua dulce, no toda está disponible para el hombre. Como el ahorro es necesario, jóvenes emprendedores han creado Ness, un dispositivo que permite disminuir el gasto de agua en el hogar evitando el derroche en la espera hasta que adquiere una temperatura adecuada para su uso. Esto en cifras significa 800 litros menos por personas al mes y, por tanto, una factura hasta un 40 % inferior.

La sostenibilidad en el consumo de agua es también el objetivo de dos empresas que han ideado un sistema para recuperar las aguas residuales de la producción del aceite de oliva utilizando microalgas. Su capacidad para degradar compuestos tóxicos permite la reutilización del agua y, por tanto, ahorrar hasta un 90 % del componente en las almazaras.

Los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas natural y su ritmo de consumo suponen también un peligro para el planeta. Son recursos limitados que requieren de un larguísimo proceso de producción en el que el hombre no interviene. Algo que no es proporcional al nivel de explotación que existe.

Las microalgas son aliadas de la producción de biodiésel como alternativa a la energía fósil. Por ejemplo una autóctona de Huelva y desconocida hasta hace poco. Su particular composición hace de ella una materia prima ideal para la generación de biocombustible.

Pero no solo las microalgas sirven de materia prima para generar combustible. También los posos del café se perfilan como alternativa gracias al sistema ideado por un investigador jiennense que acelera su proceso de secado y los convierte en generadores de renovables como la energía térmica y la eléctrica.

La sostenibilidad del planeta para también por el cuidado de seres vivos en peligro de extinción. Como por ejemplo las abejas, principales responsables de la polinización de la flora en el mundo y cuya progresiva desaparición se intenta atajar con sensores electrónicos que permiten controlar la temperatura y la humedad del interior de las colmenas. Un dispositivo que pretende conocer cómo afectan los cambios meteorológicos a su extinción.

Son ejemplos de cómo el emprendimiento y la investigación suponen dos caminos para encontrar la sostenibilidad. Historias que demuestran que el todo es más que la suma de las partes. O lo que es lo mismo, la unión de acciones individuales puede generar una gran fuerza para cuidar de nuestro planeta. Porque como dice la ONU, “la prosperidad no tiene que suponer un coste para la Tierra”.