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La Junta desoye a la Justicia y envía a la ex directora del Instituto Andaluz de Flamenco a otro puesto

La entonces directora del Instituto Andaluz de Flamenco, Mª Ángeles Carrasco.

Alejandro Luque

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Tres años después de su destitución al frente del Instituto Andaluz de Flamenco (IAF), y aun con sentencia firma de por medio, Mari Ángeles Carrasco sigue su contencioso con la Junta de Andalucía, que ha ordenado su incorporación al Ballet Flamenco de Andalucía desoyendo el dictamen de la justicia. “Es algo que genera mucha impotencia”, denuncia la afectada. “Esperaba poder archivar este caso y recuperar mi vida, pero parece que vuelvo a la casilla de salida”.

Cabe recordar que Carrasco cesó en marzo de 2019 al frente de la citada institución con la llegada al Gobierno andaluz del Partido Popular (PP) y de Fernando Francés como responsable de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. La gestora gaditana solicitó entonces la incorporación del puesto como coordinadora del IAF que le correspondía, petición que le fue denegada. Interpuso entonces una demanda por vulneración de derechos fundamentales, al entender que su despido se debía a motivos ideológicos. En enero de 2020, la justicia le dio la razón, declaró nulo el despido y condenó a la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales a admitir la incorporación de Carrasco de manera inmediata.

La Agencia interpuso entonces el oportuno recurso, si bien no quedaba exenta de incorporar a Carrasco. Sin embargo, a Carrasco le fue asignado un puesto de técnico en el Ballet Flamenco de Andalucía (BFA), que no se correspondía con su puesto anterior. Carrasco demandó de nuevo, esta vez por incumplimiento de sentencia. La ex directora volvió a ganar la segunda demanda, con una sentencia que ordena “la inmediata readmisión a un determinado puesto de trabajo y en unas determinadas condiciones económicas y ninguna de dichas circunstancias pueden eludirse en este trámite bajo ningún tipo de argumentación”.

Motivos ideológicos

Así, desde el mes de abril de 2020 Carrasco venía cobrando un salario de unos 2.500 euros al mes, sin que se le permitiera ir a trabajar cada día a su antiguo despacho del número 8 de la calle Santa Teresa. El 28 de enero pasado, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), ratificaba el despido nulo de Carrasco “por motivos ideológicos”.

La kafkiana situación pareció llegar a su fin cuando el día 22 de febrero el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le notificaba que la sentencia era firme y podía desempeñar de inmediato a su puesto. Contra la sentencia del TSJA del pasado 28 de enero cabía recurso de casación al Tribunal Supremo pero la Junta no lo presentó.   

Sin embargo, su sorpresa fue que el pasado viernes, 4 de marzo, el puesto al que era enviada era de nuevo en el Ballet Flamenco de Andalucía. Carrasco deberá presentar ahora demanda por incumplimiento de sentencia. Según sus abogados, “la voluntad de la Junta de apartarse del cumplimiento del fallo de la sentencia que declaró el despido nulo es patente, obviando el claro mandato del artículo 55.6.ET, en relación con el 283.1 de la Ley Procesal: la readmisión ha de producirse en las mismas condiciones que regían antes de producirse el despido, en cuanto afecta a cometido, funciones y salarios”.

“Vuelvo a la casilla de salida, cansada y confusa, preguntándome cuánto va a durar esto”, explica la afectada. “No solo lamento esta situación por mí, también por todos mi compañeros y compañeras que nuevamente me han recibido con su mejor cara, me han hecho un hueco, el que alguien ha decidido, pero que no es el mío. Y no lo digo yo, lo reconoce así la sentencia. Me han preparado equipos informáticos, mesa, teléfono y en el ballet tienen que incorporar de nuevo un nuevo escalón en su día a día, a una persona que todos se preguntan cuánto tiempo estará esta vez en ese puesto. Les doy las gracias y les pido disculpas. El BFA es un sitio al que tengo mucho cariño, he trabajado mucho para mantenerlo vivo, y nunca querría conflictos con la que considero también mi casa”.

Nueva demanda

Según Carrasco, “este lío nada tiene que ver con ellos, ni con el IAF ni con su dirección actual, que lo ha hecho todo muy fácil. Mi compromiso con lo público está demostrado. Mi ideología también. Pero siempre la he dejado al margen de la gestión. No tiene nada que ver y no entiendo por qué se mezclan. No sé quién es el responsable último de esta decisión, pero sería la única persona con la que podría estar dolida o enfadada”. 

En lo que respecta a los flamencos, Carrasco agradece también el apoyo que le han prestado en un proceso “duro y solitario, porque al final eres una persona sola enfrentándote a la Administración. Más allá del reconocimiento a mi actividad, lo que me han trasladado es la sensación de injusticia por no poder trabajar en mi puesto legítimo”.

“Volveré a demandar para que se cumpla una sentencia firme, aunque pienso que es la propia Junta, como garante en esta comunidad a la que pertenezco, de los derechos y libertades del Estado, quien debería aplicar la ley en sentido estricto”, concluye la gestora. “Lo haré por dignidad, la mía, la de mis compañeros y compañeras, y la de que se tengan que enfrentar alguna vez a esta dura situación que he tenido que vivir yo”.

Consultada por este diario, la Junta de Andalucía alega que “lo que está haciendo la Agencia es cumplir la sentencia e incorporarla al programa de la agencia a la que estaba ella adscrita, que es el Instituto Andaluz de Flamenco y, dentro de este, la manda al programa estrella, que es el Ballet Flamenco de Andalucía”.

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