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Ballet Flamenco de Andalucía: ¿Perfecta normalidad, o nubes en el horizonte?

El Ballet Flamenco de Andalucía (BFA) durante el espectáculo '25 aniversario' en la inauguración de la XXI edición de la Bienal de Sevilla en el Teatro Lope de Vega.

Alejandro Luque

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El futuro del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA) es, desde hace tiempo, una incógnita nada fácil de despejar. Si en 2019 llamó la atención el modo en que el 25 aniversario de esta institución pasaba casi desapercibido, cuatro años después las alarmas vuelven a sonar ante una situación ambigua. Aunque desde la Consejería de Turismo, Deporte y Cultura de la Junta de Andalucía se insiste en que la marcha del Ballet responde a una perfecta normalidad, en el sector se multiplican las sospechas de que se está dejando languidecer al mascarón de proa de la danza andaluza.

Un primer indicio de esa deriva podría asaltar a cualquier ciudadano al abrir, en la página web oficial, la pestaña Gira: solo aparece una cita, el próximo 18 de febrero en el Palacio de Congresos de Pamplona. Consultado al respecto, el Instituto Andaluz de Flamenco, del cual depende el Ballet, confirma que hay cuatro fechas más cerradas: Chiclana (24 de febrero), La Rinconada (21 de abril), Marbella (29 de abril) y Vallauris, Francia (6 de mayo).

El BFA no estará, en cambio, en una de sus citas habituales, el Festival de Jerez, en esta ocasión por no tener nuevo espectáculo. En palabras de la directora de este certamen, Isamay Benavente, “el Ballet es una de nuestras grandes formaciones y nos encanta tenerlos siempre, pero depende de que tengan o no producción nueva. En cuanto sea así, volverán al Festival”.   

Picasso por Lorca

Lo que no se sabe es cuándo habrá nuevo espectáculo. Aparte de las citadas actuaciones, de momento, no hay más horizonte para el BFA en un 2023 en el que, además, el Ballet tendría que estar preparando ya el estreno de su esperado montaje Sueño de la vida, la segunda parte de su propuesta El maleficio de la mariposa. Dicho proyecto, que iba a empezar a montarse el pasado mes de diciembre y se estrenaría en el próximo ciclo Lorca y Granada, ha quedado cancelado, como confirma su responsable de dramaturgia, Pedro G. Romero. “El proyecto y el guion estaban entregados y la documentación acabada, solo quedaba empezar a trabajar con los bailarines, pero todo se paró. No sé si habrá alguna posibilidad de que se retome, yo solo sé que a día de hoy está descartado”, afirma.

Sin embargo, y a pesar de que Romero ha cobrado la parte correspondiente a su trabajo, el director del IAF, Cristóbal Ortega, niega que haya habido suspensión alguna. “Simplemente se ha decidido por parte de la Junta que se haga un homenaje a Picasso en el cincuentenario de su muerte. Ese proyecto se está trabajando y en breve habrá más información. En cuanto a Sueño de la vida, el proyecto está ahí, forma parte del legado del Ballet, con más sentido si se ha pagado, y es posible que se retome más adelante”.

El anuncio, reflejado por el periódico ABC el noviembre pasado, de que la compañía del jerezano Antonio El Pipa estaba preparando un espectáculo con el mismo motivo picassiano, ha causado no poco revuelo en el sector, por lo que –en caso de confirmarse que esta propuesta vaya al ciclo Lorca y Granada– supondría de agravio hacia la compañía pública. Ortega también quita hierro a este hecho. “Es verdad que hasta ahora Lorca y Granada contaba un año con el Ballet y otro con una compañía privada. Desconozco las razones por las que se ha encargado otro espectáculo, pero creo que hay que ser positivos y normalizar estas situaciones”. 

Una producción menos  

Asimismo, la cancelación del estreno del BFA no solo compromete el futuro artístico de la compañía a corto y medio plazo, sino también el económico. Aunque Cristóbal Ortega explica que “el espectáculo de Lorca y Granada va a la propia financiación del ciclo, no tiene nada que ver con los ingresos del Ballet”, lo cierto es que éste carece de presupuesto para montar grandes espectáculos: los años en los que participaba en Lorca y Granada, lograba la financiación para producir esos montajes, como aseguran fuentes del propio ballet.

Por otro lado, el consejo asesor del Ballet no ha sido convocado desde que el nuevo consejero de Cultura, Arturo Bernal, tomó posesión del cargo el verano pasado. En cuanto a la actual directora, Úrsula López, su contrato termina este mes de febrero, aunque se le ha prorrogado hasta junio. Todavía no se ha convocado el concurso para sustituirla. “Estoy a la espera de las instrucciones de mi superior, el director del Instituto Andaluz de Flamenco”, comenta López. “Espero que Sueño de la vida se pueda realizar algún día, pero de momento no tenemos más instrucciones al respecto. Sí tenemos otros cinco espectáculos en cartera y esperamos poder seguir trabajando con ellos”.

Respecto a su improbable continuidad, López, al frente del BFA desde 2020, asegura que “a mí siempre me apetece pelear por el Ballet, porque en mi opinión es la joya de la corona de la Consejería de Cultura. Solo su trabajo, lo que ha hecho hasta la fecha, ya lo dice todo”.

Relevo seguro

“El relevo del BFA sucede cada cierto tiempo, y en 2023 habrá relevo”, confirma Ortega. “Se convocarán audiciones y habrá nuevo elenco de baile. Y creemos que esto es siempre sano, no pasa nada”. Esta convocatoria, que se realizará “en cuanto tengamos la autorización del órgano competente”, según el director, deberá cumplir una serie de plazos que implican tener parado el Ballet el resto del año. “No habrá tiempo para nada más, pero en 2024 habrá nuevo espectáculo”.

Esta situación se suma a un creciente malestar en el sector por la situación del BFA, que incluye varias denuncias de bailarines por finalización irregular de contratos y protestas por la falta de personal en los elencos de la compañía, que ha obligado a López a adaptar los espectáculos que girarán esta primavera. “Esta situación se debe a que una serie de contratos, por tiempo, debían volverse indefinidos, y nosotros no podíamos hacerlo, tenemos límites”, explica Ortega, quien no cree que las denuncias puedan tener mucho recorrido en los tribunales.  

“Ocurrencias” y “ocurrentes”

Esta defensa de la normalidad no calma al mundo del baile flamenco, convencido en algunos casos de que la institución tiene los días contados. “Nuestra percepción es que Moreno Bonilla se quiere cargar el Ballet”, aseguran fuentes del sector consultadas por elDiario.es Andalucía que prefieren no desvelar sus nombres. “La pena es que no se trata solo de un espectáculo puntual o de una cuestión coyuntural: lo que está en juego es una plantilla de profesionales y, lo que es más grave, un patrimonio coreográfico de gran valor”.

“Hay incluso rumores de que la Junta quiere cargarse el programa de Lorca y Granada, la gente está un poco revuelta con todo esto”, apostilla Pedro G. Romero. “La sensación es que la Junta no sabe lo que hacer, siempre se trabaja sobre ocurrencias que van teniendo nuevos ocurrentes”. 

El Ballet Flamenco de Andalucía nació en 1994 como Compañía Andaluza de Danza de la mano del llorado Mario Maya, y a lo largo de su andadura ha estado dirigido por algunos de los bailarines y coreógrafos más prestigiosos, como María Pagés (1996-1997), José Antonio Ruiz (1997-2003), Cristina Hoyos (2003-2010, con la que la institución pasó a adquirir su actual nombre), Rubén Olmo (2011-2013), Rafaela Carrasco (2013-2016) o Rafael Estévez (2016-2018).          

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