Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Idilio Escénico: una compañía de teatro sin barreras

Monitores y usuarios de Residencia San Sebastián, de Fundación SAMU.

“El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana; y al hacerse humana, habla, grita, llora y se desespera”. Ya lo dijo el gran Federico García Lorca. El teatro humaniza y saca lo mejor de cada uno. Así lo cree Alba Garrido Gata, que, justo al incorporarse al equipo de la Residencia San Sebastián, gestionada por Fundación SAMU y especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y/o trastorno de conducta, no dudó en aceptar un reto: crear una compañía de teatro entre los residentes de este centro de Cantillana (Sevilla). Se llamaría Idilio Escénico.

Hoy es un día especial. No es un ensayo cualquiera. Los actores tienen público. Y están nerviosos. Se nota en sus risas. Aunque en el momento en el que suena la música, todos se meten en su papel. “¿Empiezo ya?”, pregunta Manuel Silva, el primer actor en aparecer en escena con un libro en la mano. “Cuando empiece la música”, le indica Alba Garrido, maestra de profesión y con formación en danza y expresión corporal.

En este ensayo participan ocho actores, pero el grupo lo forman diez. “Hay dos actrices que no han podido venir porque no tienen un buen día”, explica la directora de la compañía. “Uno de los retos que tenía era montar una obra en la que, si faltaba alguien, no nos viéramos obligados a suspender, una obra que se pudiera representar con cinco, siete o diez personas sin que se viera afectada en su contenido”.

Camisetas negras, camisetas blancas

Durante la representación, Antonio, Isidoro, Chiquito, Salvador, Fernando, José Antonio y Manuel se despojan, a través de la interpretación, de sus “defectos” y todos los aspectos negativos de su persona. “Agresivo”, grita Chiquito. “Mentiroso”, continúa Isidoro. “Cobarde”, se lamenta Fernando. “Sacamos todo lo malo que tenemos dentro”, explica Antonio Romero en un descanso del ensayo. “Las camisetas negras representan todo lo malo que hay en nosotros, y las camisetas buenas, nuestro buen comportamiento”.

“Idilio Escénico nace de un taller de expresión corporal de Fundación SAMU, sin más pretensiones. Pero, poco a poco, este taller fue dejando su huella y la gente empezó a reclamarnos. Querían vernos y asistir a nuestra ópera prima, Sinergia, que representa la transformación de personas tremendamente impulsivas, dejando a un lado sus defectos y tomando las riendas de sus vidas con sus virtudes”, explica la directora de la compañía, Alba Garrido.

Idilio Escénico debutó a finales de 2017 con motivo del Día de la Discapacidad. Su estreno fue un gran éxito y, desde entonces, la compañía no ha parado de representar su obra en diferentes sitios como en La Rinconada (Sevilla) o en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, entre otros lugares.

“Todo lo que se ve es verdad”

“La evolución de los chicos a lo largo de estos dos años ha sido muy grande y sorprendente. No actúan: son ellos mismos, así de expresivos son, no exageran, todo lo que se ve es verdad”, indica Garrido. “Creo que ahora es cuando están disfrutando de verdad de la obra porque los pasos ya les salen solos. No tienen que pensar, tienen los movimientos interiorizados”.

Para todos los actores de esta compañía, ésta es la primera vez que hacen teatro, excepto Fernando. “Yo sí había hecho antes teatro, cuando estuve en Proyecto Hombre. Me ayuda a perder la vergüenza y la timidez”, asegura.

“Os habéis colocado al revés. Isidoro, tú vas en el otro lado”, dirige Alba Garrido, que da las últimas instrucciones antes de comenzar de nuevo el ensayo. “A veces, cuando cambia el escenario, se despistan un poco porque pierden sus referencias, pero es normal. Por lo general, se adaptan muy bien a todos los escenarios, pequeños y grandes”, afirma la directora de la compañía. “Están muy ilusionados con esta actividad y no siempre todos pueden ir a las representaciones. En la furgoneta sólo caben siete y dos monitores, y si todos tienen un día bueno, me resulta muy difícil decidir quién va y quién se queda en la residencia”.

Visibilización, autoestima y desarrollo personal

Entre los objetivos de esta actividad destacan el fomento de la autoestima de sus protagonistas y el incremento de la visibilidad de las personas con discapacidad intelectual. “A través del teatro, ellos avanzan en su desarrollo personal, ganan en confianza en sí mismos y son más responsables. Desde el primer día se les hace ver que tienen una responsabilidad con el grupo y que deben asistir a los ensayos aunque tengan días malos, y aportar su granito de arena. Sienten que el grupo depende de ellos en gran medida”, apunta Alba Garrido.

La directora tenía en mente crear una nueva obra, pero tras reunirse con los chicos y hablar con ellos, estos le comunicaron que les gustaría seguir profundizando en la pieza que ya tenían e ir incorporando partes nuevas en lugar de crear una nueva obra desde cero. “Ellos ahora se sienten cómodos y eso es lo importante”, indica Garrido. “Me gusta que sean ellos mismos los que aporten ideas y sean plenos partícipes de este proyecto”.

“Mi mayor satisfacción en las sesiones es recibir su confianza. Se muestran trasparentes ante mí, con sus virtudes y defectos, y exponen sus sentimientos al grupo sin prejuicios y gran generosidad. Para mí, ese es el mayor tesoro que poseo, y lo intento cuidar con gran responsabilidad”, explica la directora del proyecto.

La pasada primavera estuvieron en la Universidad de Sevilla compartiendo un taller con los alumnos del Grado de Educación Primaria; y celebraron el Día Mundial del Teatro compartiendo escenario con los alumnos anteriormente mencionados y usuarios de la asociación Paz y Bien. Alba Garrido explica que esperan continuar en esta línea avanzando a su nuevo reto: convertir la actividad en inclusiva.

Etiquetas
stats