Sonia Méndez, directora de ‘As Neves’: “Las mujeres no tenemos tan fácil hacer una película”
La directora gallega Sonia Méndez (Vigo, 1980) acudirá los días 28 y 29 de junio a presentar su ópera prima, ‘As Neves’, a la muestra de cine NuEra, que tiene lugar en la pequeña localidad de Ara (Huesca). Su experiencia como actriz y productora y un amplio bagaje en el mundo del cortometraje la han llevado de manera natural a afrontar un largo proceso de cinco años que culmina con una cinta que fue muy bien recibida en el reciente Festival de Málaga y cumple cinco semanas en la cartelera. Narra la desaparición de una adolescente en tono de drama psicológico, con actores noveles y rodada íntegramente en gallego.
Después de gustar en el festival de Málaga, ‘As Neves’ se presenta en una cita mucho más pequeña, el NuEra de Ara (Huesca). ¿Qué supone para usted?
Está muy bien apoyar certámenes más pequeños en entornos rurales, estoy muy a favor y me apetece mucho. Son espacios sin tanto acceso y hay que estar ahí. La película sigue en los cines después de cinco semanas y estoy contenta, aguantar tanto tiempo en las salas es muy complicado. A la gente le está gustando y se mueve con el boca oreja. No sabíamos que aguantaría tanto cuando nos comprometimos a ir a Ara, y es un premio añadido.
Son tiempos de multisalas, plataformas de streaming y piratería. ¿Reconforta de alguna manera que el cine llegue hasta el último rincón del país con iniciativas como esta?
En Galicia entendemos bastante de dinamización rural, y me gusta que se atraiga a la gente y se pueda ver ‘As Neves’ en la pantalla de cine. Acudiremos y después compartiremos impresiones con los espectadores para descubrir a qué sitios les ha llevado la película.
¿Está contenta con la recepción que ha tenido la cinta hasta el momento?
La distribución es complicada para películas que no son súper mainstream, perduran en el tiempo porque la gente las va a ver, se comentan y nos mantenemos de esta forma. Además, los espectadores te mandan mensajes y con la recepción que se ha dado también vemos que lleva al cine a gente de todas las edades. Es difícil que los chavales vayan a ver una película a una sala.
No es un ‘true crime’ al uso. ¿De qué fuentes bebe?
Es un drama psicológico y lo importante es el viaje emocional, enfrentarse a los miedos y al proceso de culpa. Importa poco lo que pasa con las chicas, importa más lo que hay dentro de sus cabezas. Bebe del cine de Gus van Sant, por ejemplo, o de las películas de los años 90. Y ‘Twin Peaks’ es siempre una referencia obvia cuando desaparece una chica y no es lo que parece.
¿Es un ‘Twin Peaks’ de la era de Tik Tok?
Lo bonito es que cuando ruedas una película y la editas, llega a las salas y se hace un poco de la gente, con diferentes formas de entenderla. Si se toma como un ‘Twin Peaks’, yo feliz porque soy muy fan de la serie y de David Lynch. Pero que la gente no vaya pensando solo en esa referencia porque no se queda ahí. Puede tener algunas similitudes, pero hay series tan referenciales que todo es ‘Twin Peaks’, pero luego acercas la lupa y hay otras cosas.
¿Hasta qué punto le sirve su amplio bagaje a a la hora de embarcarse en la aventura de construir una película?
Trabajé como actriz desde 1999, luego he sido productora y directora… He tenido que vivir todos los eslabones del proceso y supongo que de alguna manera se refleja en el resultado. No queda otra que ser mujer orquesta en el momento actual. Este bagaje tiene que verse reflejado, la hubiera hecho antes pero no pudo ser. Es muy difícil hacer una película, las mujeres no lo tenemos tan fácil. Esto se está equilibrando gracias a medidas para apoyar que las mujeres llegásemos a la dirección. Es un hecho objetivo: en mis años de estudiante no conocía a ninguna mujer directora.
En un contexto en que cuesta convencer al espectador para que pise una sala de cine, ¿qué atractivos pueden ofrecer películas ‘pequeñas’ como esta?
La experiencia cinematográfica en una sala no tiene nada que ver con la que tienes en tu casa, donde te levantas cada tres minutos y miras el móvil continuamente. El cine como acontecimiento está en la sala, no en tu casa. Competimos de una manera muy desigual las películas pequeñas en el sentido de distribución o presupuesto, las diferencias son muy grandes. Es una batalla de 300 soldados contra diez, y la única manera de lograrlo es que la gente decida ir a verla. Son historias grandes que llegan al corazón de la gente. Es tramposo denominar a estas películas como pequeñas.
¿Cree que los conflictos propios de la adolescencia se están abordando desde un prima menos superficial de un tiempo a esta parte?
He intentado hacer una película lo más honesta posible, sin artificios y sin juzgar a las chicas. No quiero entenderlas, sino estar con ellas. Es un retrato de esta generación, y la gente más adulta conecta con su adolescencia a través de esta película. Son diferentes estratos y no se dirige a un target adolescente. Una película pequeña puede hablar de grandes sentimientos del ser humano.
Advierte del peligro que pueden acarrear las redes sociales, pero en ningún momento quiere dar lecciones a nadie.
No. Con los chavales da la sensación de que les adoctrinamos con el “cuando yo era joven...”. Es el momento que les ha tocado vivir, y a ver si tú lo harías mejor. Intento no hacer juicios de valor.
¿El hecho de contar con actrices desconocidas o noveles ayuda a conceder verosimilitud a la historia que se quiere contar?
No se podría haber configurado un reparto de otra manera. Aportan verosimilitud porque se han hecho un cásting y un trabajo de dirección muy exhaustivos. Son noveles pero han trabajado como actores profesionales. Ese era el camino.
El paisaje, en paralelo al paisanaje, es otro personaje más.
Les influye, está presente a nivel narrativo y tiene que ver con lo que sucede en la historia. Hay un temporal, y en Galicia van muy unidos el paisaje, el clima y el mar.
También la utilización del gallego, la lengua habitual de usted y de las actrices, ayuda en ese sentido. Pero, ¿cierra puertas?
Hoy día no tiene mayor importancia, no es como antes. Vemos series alemanas subtituladas en plataformas y no hay problemas. Se ha doblado al castellano y puede verse así. La dificultad viene por el propio sistema de distribución, al que es muy difícil acceder.
El cine comprometido no se encuentra a menudo en un discurso demasiado evidente, sino que subyace en decisiones formales o de elección de actores. ¿Hay que huir del cliché político?
Cualquier forma artística tiene un posicionamiento político y el espectador decide. No creo que se haga una película con un motivo político, luego se lee de una manera u otra. Hay algunas que son puro entretenimiento y otras más ‘políticas’.
¿Tiene ya nuevos proyectos en mente?
Tengo un guion que está empezando, pero han pasado cinco años para llegar a ‘As Neves’ y apetece disfrutar del resultado. Ver tan pronto cómo empezar a construir otro proceso… A ver qué pasa y si lleva menos tiempo.
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