Este banco está ocupado

Este banco, maltrecho y medio destruido, está ocupado. En él reposan los derechos de millones de personas en todo el mundo y, en concreto, los de todas las personas de Teruel cuya condición sexual o percepción de género no es la más generalizada, no es la que se da por hecha, la que se les asignó al nacer. No es la socialmente aceptada y normalizada: es otra, es la suya. Y a ti y a mí no nos ha de importar, sencillamente porque no nos incumbe.

Meterse en la vida del otro es, por desgracia, uno de los mayores defectos del ser humano. En algunos casos supera la condición de defecto, va más allá, convirtiéndose en algo más grave: en una especie de sadismo que solo busca entrometerse en las vidas ajenas para provocar todo el mal posible con cualquier excusa. En este caso, la diferencia. Porque a ciertas personas la diversidad les molesta. Quizá por el aburrimiento que les provoca su propia existencia, quizá por maldad natural. ¿Quién entiende a un sádico?

El banco de la Fuente del Torán fue pintado con la bandera LGBTIQ+ en noviembre de 2024 para mostrar que “Teruel es una ciudad abierta, integradora y moderna”, dijo en su día la alcaldesa Emma Buj. Desde entonces ha sido vandalizado y reparado en varias ocasiones. Ahora el consistorio ha pintado otro en una zona con cámaras para que no vuelva a ser atacado. Pero ese banco maltratado se ha convertido en un símbolo contra la LGTBfobia en la ciudad y, como todo símbolo de una causa justa y respetuosa con las personas, debe ser cuidado al máximo.

Su imagen ya ilustra el cartel del Orgullo en Teruel este año, porque ese banco dejó hace tiempo de ser un mero elemento del mobiliario urbano. Sobre él se asientan historias duras que merecen ser recordadas, luchas diarias por ser aceptado, derechos conquistados a través de generaciones. Y, pese a ser objeto de la ira de los intolerantes, sigue en pie. Así que, ¿por qué no conservar ese mismo?

Cada año, por estas fechas, alguien vuelve a pronunciar en alto: “¿Por qué orgullo?”. Algunos son los sádicos de los que hablaba al principio; otros, simplemente, gente influenciada por ese discurso del malote de la clase que tan en boga está ahora mismo. La condición sexual del otro pertenece a su intimidad y, como la cuestión del género, es algo que afecta a cada uno. Aun así, hay personas que se lo siguen tomando como una ofensa, aunque dudo que puedan razonar medianamente por qué.

¿Orgullo de qué? Orgullo de ser quien eres sin tener que ocultarte, sin ser perseguido o señalado. Orgullo de no dar un paso atrás en la conquista de derechos.

Es el Día del Orgullo en 2025 y todavía hay gente aterrada por contarle a su familia que es gay o lesbiana, por decir en alto, ante las personas a las que más quieren, lo que sienten, cómo son. Sigue habiendo personas que han transicionado a otro género porque así lo sentían y temen no ser aceptadas fuera de su entorno más íntimo. Pensar que alguien se expone a eso por capricho es no entender nada, o sencillamente, tener muy mala leche.

La diversidad es riqueza. Disfrutemos de ella y dejemos a la gente vivir su vida, que bastante tenemos con manejar la propia.