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Denuncian el robo de votos a ancianos en una residencia religiosa de Teruel

Una de las monjas del asilo presidiendo una mesa en las últimas elecciones generales.

Elisa Alegre Saura

El nieto de un anciano internado en una residencia de Teruel denuncia que en el centro hicieron firmar a su abuelo para que votara por correo en las dos últimas elecciones, sin que el anciano, enfermo de leucemia y que acaba de fallecer, fuera consciente de ello. El caso se ha hecho viral a través de un artículo que firma el joven en un blog, y que se ha utilizado para denunciar los hechos ante la Fiscalía de Teruel, que ha abierto diligencias de investigación.

“Fue raro cuando (mi abuelo) nos dijo que había venido un médico diciendo que si no firmaban un papel, se acabarían las medicinas. Además le habían pedido el DNI”, relata Daniel Alamán. Así comienza el relato de cómo descubrieron que “habían robado el voto” a su abuelo, internado en los últimos años de su vida, y hasta su muerte el pasado 7 de enero, en el asilo Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Teruel.

Según explica Alamán, esto ocurrió en las últimas elecciones autonómicas, cuando su padre comprobó en la mesa electoral que el abuelo había votado por correo sin que el anciano fuera consciente de ello. Tras conocerlo, la familia decidió pedir el DNI del abuelo a la dirección del centro, “pensando que así no habría manera de volver a votar en su nombre”, continúa el joven.

En las siguientes elecciones, las generales del 20 de diciembre, la historia se repitió, siempre según el relato de Alamán. El abuelo les explicó que “alguien le había hecho firmar por las transfusiones”. En esta ocasión, continúa el joven, acudió él mismo acompañado de su primo a la mesa electoral y también comprobaron que había votado. Esta vez se pensó seriamente en denunciar, pero de nuevo hubo familiares que no quisieron seguir adelante, pues “el abuelo estaba en las últimas”, añade.

Tras la muerte del anciano, Daniel publicó un artículo en un blog en el que contaba la historia: “No quería tragarme todo lo que había pasado”. “Guardé silencio hasta que murió el abuelo, porque la familia temía que hubiera repercusiones contra él. Una vez muerto, tenía vía libre, aunque ya no se podía denunciar en el juzgado porque hacía falta el testimonio del abuelo”, añade.

Alamán justifica también que no comunicaran ninguna queja a la dirección de la residencia cuando se produjeron los hechos: “Eso hubiera supuesto abrir la boca y hay miedo, no sé muy bien a qué”.

A raíz de la publicación, otras personas le han contado, apunta, que sus familiares habían vivido lo mismo, y que “no hay manera de pillar a los culpables porque nadie se atreve a denunciar”.

Uno de los lectores del blog lleva el caso a la Fiscalía

Pero la denuncia ha sido remitida ahora a la Fiscalía de Teruel por uno de los lectores del artículo del blog, Gonzalo Ruiz, por si hay un “delito electoral por usurpación de identidad”, aclara el denunciante. La Fiscalía ha abierto diligencias para saber si existe delito.

Sobre toda esta polémica, la dirección de la residencia ha dicho a eldiario.es que “se van a tomar las medidas legales pertinentes”, pero no han querido concretar en qué consisten.

El joven insiste en que el artículo no es un ataque al clero o a las residencias privadas, porque “tanto los trabajadores, como las monjas y los voluntarios de la residencia han sido siempre muy eficientes”. Recalca que su artículo es “una queja hacia la salud de nuestro sistema democrático”, denunciando que no es democracia “ir a robar un puñado de votos insignificantes a abuelos, algunos como el mío enfermos terminales, que lo único que desean es llevar su agonía en paz”.

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