Javier Lambán reivindica España y el patriotismo constitucional en el Día de Aragón
El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha reivindicado, en su discurso por el Día de Aragón, la historia de España, la Constitución y la calidad democrática. Ha hablado de “patriotismo constitucional, y una idea compartida de país como proyecto común, de convivencia, de ciudadanía y solidaridad, que precisa de una caja única de la seguridad social, pero que debería complementarse con un nuevo contrato social tras saltar el anterior por los aires al comienzo de la crisis en 2008”.
Para Lambán, “ser aragonesista es sentirse concernido por lo que ocurre en España”, se ha mostrado convencido de que no sería posible un proyecto de éxito en Aragón si España es un proyecto fallido. Ha defendido que la recuperación del autogobierno, los avances conseguidos y los instrumentos contemplados en el Estatuto de Autonomía, “permiten a Aragón participar en las grandes decisiones que se deben tomar en el conjunto del país”. Y cree que, “igual que Aragón respiró con aires de gigante en la Edad Media, puede volver a hacerlo otra vez”.
Ha estatuido su discurso sobre la “crisis nacional” que atraviesa el país, “en gran parte por la situación de Catalunya”, si bien entiende que existen otras derivadas además de la territorial, “como la de carácter político y social, y que las tres al mismo tiempo han multiplicado su efecto destructivo”, lo que, ha dicho, “nos ha dejado sumidos en una crisis cuyo calado jamás hubiera imaginado”.
Lambán ha empleado gran parte de su discurso a subrayar el papel que Aragón puede y debe jugar en esta crisis y a rememorar otras épocas en las que se muestra partidario de reflejarse y de recuperar su espíritu. Se ha retrotraído a la época del reinado de Alfonso I el Batallador, “que supuso el engrandecimiento del Reino de Aragón y modificó el papel de los distintos reinos cristianos en la reconquista peninsular”.
El presidente ha defendido la historia reciente de España en el 40 aniversario de la Constitución Española y la etapa de la transición, por ser a su juicio, la de “mayor éxito de la historia de nuestro país, desde la Guerra de Independencia contra los franceses”.
La autonomía, ha apuntado, “le ha sentado especialmente bien a Aragón, ya que superando algunas etapas en que la comunidad estuvo relegada, ha sabido coger impulso y en las últimas décadas le ha permitido colocarse en el foco de atracción de empresas y motor de desarrollo”. Igualmente, cree que el Estatuto de Autonomía “le permite disponer de instrumentos para acercar los servicios públicos a los aragoneses, llegando hoy a ser líder en España en inversión en Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Igualmente, el Estatuto le ofrece herramientas para defender y reclamar sus derechos y la autonomía ha sido la oportunidad para poder emerger y desarrollar sus potencialidades”.
Según Lambán, “fuimos primero aragoneses y por eso fuimos después españoles. Siendo uno de los elementos de este país que se puede arrogar la responsabilidad y el orgullo de ser fundadores de este gran país que es España, ha invitado a algunos a superar su complejo de inferioridad atávico que nos ha hecho sentir inferiores a los países de nuestro entorno”.
Hoy, para el máximo mandatario aragonés, “es momento de reivindicar a España como país seductor que es un gran país que se hizo universal hace 500 años a través de su historia y su cultura”.
Es hora, ha defendido, “de reivindicar la España de Lope de Vega y Quevedo y también de los hermanos Argensola o de Gracián. De las Cortes de Cádiz que dieron al mundo el término liberal; de reivindicar la España de la institución libre de enseñanza, de Machado y Azaña, pero también de Menéndez Pelayo. La España de Ortega y Gasset y Eugenio d´Ors, de Lucas Mallada y Joaquín Costa, de la Residencia de Estudiantes donde convivieron los tres genios del siglo XX: Lorca, Buñuel y Dalí. Y ya, en la época moderna, la España de Camarón de la Isla, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat o José Antonio Labordeta”.
Por añadidura, ha reivindicado la España “regida por una de las constituciones más avanzadas en libertades y derechos, y que convierte a España en uno de los países más descentralizados del mundo”.