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Encierro en la Universidad de Zaragoza para protestar por la eliminación de los exámenes de septiembre y la reducción del horario de tardes

Pancarta de protesta en el edificio de interfacultades

ElDiarioAragón

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Un grupo de 25 estudiantes han pasado la noche encerrados en el edificio de interfacultades de la Universidad de Zaragoza como protesta ante las propuestas de eliminación de los exámenes de septiembre y por la reducción de los horarios de tardes en el campus público aragonés y para “denunciar las medidas que continúan el proceso de precarización y elitización que lleva sufriendo la universidad pública durante las últimas décadas”, exponen en su manifiesto.

El pasado mes de marzo se publicó el Plan urgente de medidas en materia de energía, en el que se establecían diversas medidas para reducir en 3 millones el gasto energético de la Universidad de Zaragoza, que se había visto disparado a razón de la subida del precio de la energía. Más recientemente, el rectorado transmitió al alumnado su intención de trasladar la convocatoria de exámenes de septiembre a julio.

“Nos vemos obligadas a encerrarnos ante la intención del rectorado de seguir poniendo trabas a la entrada de las hijas de la clase obrera en la universidad, acabando con los septiembres y recortando el horario de tardes. La primera medida reduciría el tiempo de preparación de las estudiantes para la convocatoria de exámenes, complicando que la superasen y haciendo más probable que tengan que recurrir a unas segundas (o posteriores) matrículas con unos precios inasumibles. La segunda, no sólo impediría el acceso durante la tarde a servicios como las bibliotecas o las cafeterías, sino que privaría del acceso a la universidad a todas aquellas estudiantes que, al trabajar por la mañana, recurren al horario de tardes y, asimismo, supondría el despido de numerosas empleadas del PAS. Podrían incluso desaparecer miles de plazas estudiantiles, provocando subidas en las notas de corte de los distintos grados y, en consecuencia, dificultando aún más el acceso a ellos. En una situación de plazas más limitadas, componentes de la ideología neoliberal como la competencia florecerían en mayor medida entre las estudiantes, adentrándolas en una batalla constante por ser ”mejores“ que sus compañeras”, exponen.

Este grupo de estudiantes considera que “el acceso a la educación universitaria sigue siendo obstaculizado y negado a las estudiantes de capas populares en un sistema educativo que responde a los intereses de las empresas y no a nuestras necesidades”.

Además, critican las dos leyes que componen la nueva reforma educativa relativas a los estudios universitarios. “La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), a pesar de reconocer el derecho de las estudiantes a acceder a becas, no blinda una partida presupuestaria para que se pueda garantizar una cobertura suficiente. De igual manera, permite la implantación de la mención dual, mediante la cual las estudiantes se convertirán en mano de obra barata para las empresas con la excusa de su formación. La Ley de Convivencia Universitaria (LCU) pasará a sustituir el reglamento franquista de 1954 que regulaba anteriormente esta cuestión y, entre otras cosas, reconocerá el derecho a huelga. Sin embargo, considera como falta grave la realización de piquetes y escraches, lo que entendemos que busca mermar la capacidad de respuesta del estudiantado”.

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