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La provincia de Huesca reduce la brecha digital y brinda nuevas oportunidades en el medio rural: “puede evitar que la gente tenga que emigrar a las grandes ciudades”

Rincón de Arguis

Pablo Alvira Fuertes

Huesca —

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Una buena conexión a internet hoy en día puede ser vital. De la misma talla que un decente acceso a electricidad, infraestructuras o tener agua corriente. La escasez de estos últimos fueron determinantes durante el éxodo rural en los años cincuenta y sesenta. Ahora, la velocidad de la transmisión de datos es clave para decidir dónde vivir, especialmente por el teletrabajo en algunos oficios al que obliga la pandemia de coronavirus. El mundo rural ha visto como muchas personas han cambiado de domicilio desde marzo y se han ido a vivir fuera de la ciudad. Parte de la culpa la tiene la implantación del Plan de Extensión de la Banda Ancha, impulsada por la Diputación Provincial de Huesca. 

El desarrollo de este proyecto ha abierto un amplio abanico de posibilidades a todos los entes del medio rural que hace año y medio eran impensables. Hasta 321 localidades oscenses enmarcadas en las definidas como ‘zonas blancas’ por su poca cobertura a las redes han sido las beneficiarias. Más de 26.000 habitantes tienen posibilidad de contratar banda ancha de hasta 100 Mbps y siempre superiores a 30 Mbps. De esta forma queda reducida la brecha digital y crecen las oportunidades de futuro en los pueblos. Marta Romero y Romain Favrot, aprovecharon la ocasión. Dejaron París para abrir el Hotel Tierra Buxo en Arcusa, en la comarca del Sobrarbe, una de las más despobladas de la provincia de Huesca, no llega a 4 habitantes por kilómetro cuadrado.

El vínculo de esta pareja con la zona va más allá del amor por la naturaleza y tranquilidad. La madre de ella nació en este pueblo pero, como mucha gente, se marchó a vivir a Barcelona. Ahí creció Marta y se formó estudiando turismo. Acabó en la capital francesa de Erasmus donde ha trabajado los últimos 13 años en un hotel. “Veníamos de vacaciones y vimos que el turismo rural estaba en auge así que decidimos abrir este hotel en 2018. Solo tenemos cinco habitaciones peor gracias a internet y a las redes sociales la gente nos encuentra. Este año hemos tenido pocos clientes extranjeros pero el anterior la mitad eran de fuera de España. Tuvimos unos de Arabia Saudí y otros de Australia”, explica.

A pesar de tener tan solo 35 habitantes, Arcusa es una de las localidades más pobladas de la zona. Los atractivos que rodean a este núcleo son bastantes y muy variados ya que se encuentra entre Aínsa y Alquézar y cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y de los Cañones y la Sierra de Guara. “Desde que nos han puesto la fibra óptica la rapidez de conexión es mucho mejor. Es un avance que los clientes puedan acceder al WiFi o a internet en la televisión. Se sorprenden de tener tan buena conexión durante su estancia. Hay quienes vienen de un pueblo más grande que todavía no tiene buena conectividad”, confiesa Marta.

Fibra óptica en Los Monegros

Una buena conectividad también favorece la actividad del sector primario. En Los Monegros, una zona desértica al sur de la provincia de Huesca hay bastante regadío gracias a los ríos Alcanadre, Flumen y Guatizalema. En Castelflorite viven 80 vecinos y varios jóvenes han apostado por quedarse a vivir en el pueblo motivados por las facilidades ofrecidas por la banda ancha. Esta tecnología permite que los agricultores de la zona controlen remotamente el regadío de miles y miles de hectáreas de terreno cultivado. A través de una aplicación gestionan las tomas y los caudales necesarios. Su alcalde, Pedro Loscertales, es apicultor y aparte de conocer el territorio es consciente de la calidad del internet.

“Tengo que hacer tres viajes mensuales a Madrid y con la nueva banda ancha ha supuesto que puedo hacer las reuniones por videoconferencia. La rapidez del sistema ha mejorado muchísimo y tener una conexión en condiciones permite hacer una agricultura más sofisticada. Puedo estar en contacto con mis clientes y darles un buen servicio. También ha abierto la posibilidad de hacer negocios online viables, yo ya tengo varios proyectos pensados”, indica el primer edil. Recuerda una anécdota comenzando el año 2000 en Zaragoza, donde amigos del alcalde de Castelflorite ya disponían de internet a 3 Mbps mientras que en el pueblo “se escuchaba el ruido del rúter por toda la casa y solo teníamos 30 Kbps”. La primera disposición intensa de internet fue de 2 Mbps en 2008.

Trabajar y estudiar desde Arguis

Una compañía oscense compró la empresa de comercio electrónico para la que trabajan Luis y Carmen, dos madrileños que desde hace año y medio residen en Arguis. Llevaban toda la vida en la capital española y cuando surgió la oportunidad de cambiar de aires no se lo pensaron. “La cobertura y conexión a internet fue de las primeras cosas que preguntamos. Antes de marzo teníamos que desplazarnos hasta la ciudad de Huesca pero ahora trabajamos desde casa. Durante el confinamiento nos mandaron teletrabajar porque teníamos internet de calidad si no hubiera sido impensable y un problema grave”, señala Luis. Compara la calidad de la conexión en esta zona de la Sierra de Guara con la de los Picos de Europa, donde vive su madre y apenas es posible ver un vídeo en YouTube.

Luis se licenció en periodismo y su asignatura favorita era la sociología. Comenta que siempre ha estado “con la espinita clavada”. La buena conexión a internet, su afición por el estudio de la sociedad y el hecho de moverse del pueblo fueron suficientes para dar el paso y matricularse por la UNED. “A las tutorías presenciales no podemos ir, pero no hay problema las podemos hacer por videoconferencia. Tenemos suerte de poder tener un servicio educativo y una formación desde este pueblo. Te abre unas tremendas posibilidades en todos los sentidos, puede evitar que la gente tenga que emigrar a las grandes ciudades”, concluye. 

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