Tercer pleno del curso con goles a dos pases
Con los goles por el camino corto —una segunda jugada en la primera parte y un córner bien resuelto con el partido en el último sexto— sigue el Tenerife ganando los parciales que deberían llevarle en nueve meses de regreso a Segunda División. Este domingo en Pasarón, haciendo virtud de método de Cervera, más propenso a la vía rápida que el fútbol de elaboración para el que está menos dotado.
Y así este 0-2 infligido a un Pontevedra al que se le fue muriendo la voluntad de hacer sangre al Tenerife en lo que descuidaba los detalles. Antes permitiendo el remate a bocajarro de Jesús de Miguel para el 0-1; luego un arrastre global mal defendiendo un saque de esquina servido por Nacho Gil que liberó a Landázuri para hacer el 0-2 con un remate —seco y con su pierna mala— imposible para Marqueta.
Entre lo que hacía los goles y solo concedía dos remates con peligro —en el primer acto, en un fuera de juego no señalado, que desbarató bajo palos David y muriendo el partido, un cabezazo envenenado de Álex Compa bien respondido por Dani Martín—, el grupo de Cervera ofreció el mismo peso como grupo que le permite salir airoso sin lucir especialmente, tapando algún mal cálculo de Zoilo en las disputas en carrera o entregado un rato al fútbol contemplativo en lo que esperaba, como seguro de que llegaría sí o sí, la ocasión del gol que acalló las dudas sobre una respuesta insuficiente al tercer capítulo del curso.
Fiel a su aversión a los cambios fuera de guion, repitió el técnico el once del estreno en el Heliodoro (otra vez Zoilo en la siniestra y Alassan tirado al flanco derecho), casi el mismo que convino tras la pretemporada de no ser por la lesión de Marc Mateu tras el estreno en Guadalajara y del mismo Alassan antes.
Y con esto le dio, otra vez, para manejar el partido a su gusto, por más que el Pontevedra trató de comprometer a los centrales con Brais como un segundo delantero improvisado y por más que se vio más cerca que nunca de encajar un golpe cuando Dani Selma superó en un mano a mano al portero. Anduvo fiable David para tapar el remate del excanterano blanquiazul en la línea de gol y aunque todo venía de un fuera de juego no señalado que podría haberse corregido con el mini VAR, puede que recordara al Tenerife que bromas, las justas.
Cumplida la media hora llegó el estoque —ya casi esperado por habitual— de este De Miguel para resolver estas jugadas a dos pases de las que el Tenerife saca petróleo. Un balón a pie cambiado prolongado al segundo palo a Alassan y un toque de vuelta al área chica del extremo, donde aguardaba De Miguel con la muleta para ganar la espalda a Miki Bosch y el verduguillo para apuntillar a Marqueta.
En ventaja y medio noqueado el contrario, el Tenerife le quitó una marcha al partido, cerró el primer acto y se fue a la caseta con media tarea completada. Le quedaba administrar la ventaja sin sustos y de regreso de la pausa cumplió con el oficio que viene mostrando, hoy sin que casi le jugaran a la espalda de los medios, tanto porque el Pontevedra no tiene el dinamismo de los volantes del Mérida, como porque Aitor Sanz y Juanjo barrieron balones o rivales sin contemplaciones. A una pelota dividida de la que salían superados o a la que llegaban tarde nació una falta oportuna en zona de nadie.
Y hasta cuando pudo parecer que le podía la molicie, el Tenerife caminó entre la indefinición del Pontevedra, la solvencia de sus centrales al corte y el dominio del juego aéreo en los dominios de Dani. Cumplió con notable —le sobra presencia y futbolistas intimidatorios en este nivel— para evitarse un remate limpio de los locales que solo permitió cuando el resultado no tenía remedio y esperó, paciente, a que apareciera Landázuri en del desgobierno del Pontevedra defendiendo de aquella manera un córner prolongado —quién si no— por De Miguel.
Por el camino, también, más dosis del argumentario previsible que maneja Cervera. No cabe esperar del técnico giros de guion para provocar sorpresas innecesarias. Los cambios llegaron cuando cabía esperar. En la primera ventana, Noel López (otra vez espeso) por Alassan y César (reaparecido) por Gallego para jugar con doble lateral derecho. Y luego, una presencia más larga de Javi Pérez que llevó a César a su sitio natural y a David como lateral izquierdo y las entradas —intrascendentes— de Dani Fernández y Calavera.
Pontevedra CF: Marqueta; Eimil, Miki Bosch, Juanra, Expósito (Luisao, min. 58); Brais Abelenda (Marcos Denia, min. 83), Vidorreta (Tiago Rodríguez, min. 58), Yelko, Álex González; Alain Ribeiro (Álex Compa, min. 73) y Dani Selma. (Resende, min. 83).
CD Tenerife: Dani; David, Álvaro González, Landázuri, Zoilo (Javi Pérez, min. 78); Alassan (Noel López, min. 67), Aitor Sanz, Juanjo (Calavera, min. 89), Nacho Gil (Dani Fernández, min. 89); De Miguel y Enric Gallego (César, min. 67).
Goles: 0-1, min. 30: De Miguel. 0-2, min. 77: Landázuri.
Árbitro: Fernando Román Román (Comité Castellanoleonés). Amonestó a los locales Vidorreta (min. 10), Álex González (86) y Álex Compa (88).
Incidencias: Partido de la tercera jornada del Grupo I de la Primera Federación 25-26. Estadio Municipal de Pasarón, ante unos cuatro mil espectadores, de los que cerca de unos cincuenta eran del CD Tenerife.
0