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Los héroes canarios de la atención humanitaria

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Hablamos mucho de los migrantes africanos que se suben a los cayucos para llegar a Canarias y poco de todas las personas que se organizan en nuestras islas para atenderles con el trato más humano que, sin duda, se da en toda la Unión Europea. Debemos reconocer, aplaudir y agradecer el esfuerzo de estos héroes canariosresponsables de la atención humanitaria 

El año 2023 pasará a la historia como el año en que mayor número de personas han llegado al Archipiélago a bordo de cayucos. En el año 2006, el más numeroso hasta la fecha, el de la llamada ‘crisis de los cayucos’, un total de 31.678 seres humanos alcanzaron nuestras costas. En el momento en que escribo este artículo, y a dos meses de finalizar 2023, la cifra de llegados supera ya los 30.000. Lo extraordinario de estos últimos meses ha sido que en solo los 31 días del mes de octubre han llegado más de 15.000 personas a las Islas. Y eso, cómo no, satura y hace saltar por los aires los dispositivos de atención de estas personas a su llegada a los muelles canarios.  

Llevo varios artículos hablándoles de las personas que llegan a nuestra tierra en cayucos y pateras, a los que me gusta calificar de héroes. Pregúntense ustedes si no considerarían héroe a algún familiar suyo que decidiese jugarse la vida para tener una oportunidad con la que, emigrando, pudiera mandarle a usted y los suyos dinero con el que comprar comida, que aliviase una situación completamente falta de esperanza y expectativas para el futuro. De hecho, es muy posible que tengan algún familiar que encaje en ese perfil, y que emigrase en su día desde Canarias a Cuba o Venezuela. Esas remesas significan la diferencia entre la vida y la muerte para muchas familias, en un contexto en el que la supervivencia depende de poder pagar tratamientos médicos o la escolarización de los niños o de la posibilidad de montar un negocio que sustente a la familia.  

Sin embargo, hoy no quiero hablarles de estos héroes, a los que damos toda la visibilidad de este fenómeno, sino de los otros héroes, los héroes canarios, de la atención humanitaria al fenómeno migratorio.  Y pensé que la mejor manera de hacerles hoy un homenaje seaexplicándoles cómo funciona la cadena de atención humanitaria que se activa en el Archipiélago y a todos los hombres y mujeres que implica.  

Siempre he dicho que deberíamos recomendar que todos los ciudadanos de nuestra tierra vieran con sus propios ojos la crudeza y dureza del desembarco de un cayuco, que pudieran ser testigos del sufrimiento que ha supuesto para estos jóvenes todo el proceso, tanto físico como psicológico. 

En la mar es donde se realiza la primera actuación, donde los tripulantes y trabajadores de Salvamento Marítimo o de alguna de las patrulleras de la Guardia Civil acuden al rescate, previamente alertados por alguna de las fuentes desde las que se reciben los avisos. Pueden ser el SIVE o el CRC de la Guardia Civil, o puede ser el Centro Coordinador de Emergencias, el 112, el que recibe aviso de los propios migrantes, como desde alguna de las ONG que trabajan alrededor de este fenómeno y que avisan a las autoridades. En gran parte de las ocasiones, es Salvamento Marítimo quien notifica al 1-1-2 de que sale al rescate de un cayuco, y eso activa el protocolo para que, mientras se procede al rescate en la mar, se empiece a preparar la llegada en tierra.   

Salvamento Marítimo depende del Ministerio de Fomento. Tiene dos centros en Canarias, dirigidos ambos en la actualidad por dos mujeres, Dolores Septién (Santa Cruz de Tenerife) y Sofía Hernández (Las Palmas). En la actualidad, en las Islas hay 15 embarcaciones que han trabajado a destajo en este último mes de octubre (dos remolcadores de altura, una decena de Salvamares –embarcaciones rápidas, las que salen más habitualmente- y tres Guardamares –una embarcación más grande, para entendernos una mezcla de remolcador y de embarcación rápida-), además de dos helicópteros y un avión. 

Tanto en el caso de los trabajadores de Salvamento como del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, hay que reconocerles el enorme y agotador trabajo realizado en este mes.  

No olvidemos que cuando estas embarcaciones salen a la mar, no atienden a migrantes, atienden a náufragos, seres humanos a los que la Ley del Mar obliga a auxiliar para evitar la pérdida de vidas, llevándoles al puerto seguro más cercano. Y en eso, insisto, España marca claramente la diferencia y hace valer que, ante todo, no se deja morir a nadie.  

Una vez en el muelle, la maquinaria puesta en marcha por el 1-1-2 puede variar un poco en función de cada isla, pero en general suele activar a Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Policía Canaria o, en función del puerto de arribada, la Policía Portuaria. En ocasiones, en función de las circunstancias, se puede activar a los Bomberos, pero no es tan habitual.Por la parte sanitaria, se comunica la llegada a Cruz Roja y al Servicio de Urgencias Canario (SUC) para que preparen sus correspondientes dispositivos.  

En cuanto el cayuco llega a Puerto, la primera recepción es siempre cosa de Cruz Roja, bien a través de voluntarios o profesionales, y que, en la designación de los equipos que se arman para atender cada llegada, suele combinar perfiles de sanitarios, humanitarios y los llamados mediadores. En la llegada hacen una primera criba, para que bajen primero del cayuco las personas heridas o en mal estado de salud, los niños y las mujeres.  

Los viajes en cayuco de muchos días en la mar suelen dejar a los ocupantes físicamente muy maltrechos, con dificultades de movimiento por el evidente hacinamiento y las dificultades del mínimo espacio que comparten, sin poder moverse para evitar dificultar la navegación. Obviamente, implican cuestiones como la deshidratación, la insolación y el hambre, pero también otras no tan evidentes, como que suelen conllevar quemaduras químicas, resultantes de la combinación del gasóleo y el agua salada, muy habituales entre los recién llegados.  

En función de los servicios instalados y la cantidad de gente que llegue en la embarcación, las instalaciones portátiles de Cruz Roja pueden facilitar a los llegados un kit de higiene, algo de comer y beber (siempre muy ligero, suero y dátiles, algún zumo o té caliente) y una ducha, además de un kit de ropa para cambiarse.  Y eso implica que no haya solo gente trabajando en el muelle, sino también en sus centrales, desde la logística.  

Toda esa operación de Salvamento permite hacer un triaje para determinar qué personas necesitan ayuda médica, de la que se encargan en el hospitalito móvil que se improvisa tanto los voluntarios y profesionales sanitarios de Cruz Roja como médico y enfermeros enviados por el Servicio de Urgencias Canario a cubrir cada llegada.  

Una vez cambiados y atendidos, tras asegurarse de que se haya visto a cualquier persona que pueda requerir asistencia sanitaria, Cruz Roja hace un primer trabajo de identificación y posteriormente, todos los recién llegados se van dirigiendo a otra zona habilitada donde estánla Policía y los responsables de Frontex, quienes les hacen una primera entrevista. Una vez terminado todo este proceso, se envían al CATE, el Centro de Atención Temporal de Extranjeros, diseñados para atender y recibir a estas personas en las primeras 72 horas en las que son retenidos al llegar al Archipiélago.  

Como ven, todo este proceso es un enorme, complejo y bien organizado trabajo coral del que debemos sentirnos orgullosos. Tenemos la constancia de que organismos internacionales han fijado los protocolos de llegada en Canarias como el referente por hacer las cosas bien, y eso significa dar el trato más humano posible a todas estas personas que, sin duda, viven un episodio traumático en sus vidas.  

Así que, a todas ellas, a todas y todos los que en Canarias asisten a las personas que arriban en cayuco, les debemos un enorme agradecimiento, por hacer las cosas bien, por tratar dignamente a estas personas. Me emociona profundamente que esto sea así, y más sabiendoel impacto físico y psicológico que produce estar en esa primera línea de atención: lo que muchos de ellos han pasado al tener que asistir, y presenciar, trágicas muertes, hundimientos, desvanecimientos, colapsos y cualquier incidencia que, lamentablemente, tan habitual es alrededor de la llegada de cayucos. A todos y todas, gracias. Son héroes. Los héroes canarios de la atención humanitaria. 

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