La integración paulatina de los alumnos

Ante el fenómeno migratorio hay otras reacciones que se resumen en la foto del presidente Paulino Rivero paseando frente a los supervivientes africanos con una mascarilla en la cara. Otro miembro de su ejecutivo, el viceconsejero de Educación se reunía sin mascarilla con los técnicos de educación de otras comunidades autónomas. Gonzalo Marrero anunció a los periodistas que el ejecutivo canario se plantea buscar aulas para segregar a los alumnos extranjeros. Declaró el viceconsejero que “está claro que si un alumno no conoce un idioma, entrar en un aula donde le exijamos un determinado tipo de rendimiento no es sostenible desde el punto de vista de exigencias normales”. Reconoció que se inspira en la propuesta de la Generalitat catalana, según Marrero el ejecutivo de José Montilla abre una vía al plantear el refuerzo en “la integración paulatina” (sic), con el fin de que los alumnos tengan una educación en la lengua, la cultura y las costumbres básicas. Después de señalar su preocupación general Marrero señaló a dos grupos concretos: los latinoamericanos y los africanos.

Digo yo que puestos a hablar de costumbres y de idiomas el gobierno canario debería saber que los niños venezolanos comen sancocho y suelen ser católicos, o que en el último concierto de Juanes no había ningún joven alemán y sí cientos de colombianos bailando junto a los canarios. Mientras que buena parte de los alemanes, los ingleses y los suecos son protestantes. Tampoco se han enterado de que el alemán es un idioma más extraño al castellano que el francés que procede del latín y se estudia casi todos los países de nuestro entorno africano. Así que sería bueno que el viceconsejero explique por qué en su opinión los problemas de integración escolar están en los inmigrantes de los países de Latinoamérica y África, precisamente los sitios que acogieron a los canarios que emigraron.

También debería explicar qué significa eso de “integración paulatina”, porque por ahora, la integración paulatina que conocemos es la rapidez de este gobierno para integrar los medios de comunicación que se portan bien en una productora de televisión para ganar un concurso público, o los esfuerzos del vicepresidente PP Manuel Soria por integrar en la cárcel a los periodistas que denuncian sus trapisondas y sus gratuitos alquileres. El mismo gobierno que se ha pasado un año acusando a Zapatero de mirar sólo para Cataluña y Andalucía ahora se copia un proyecto de la Generalitat que apesta a segregación racial. Los socialistas canarios no se han pronunciado sobre esta medida, no sé si por solidaridad con Montilla o porque la dirección del partido está investigando dónde aparecerá la próxima moción de censura o quién clavará la siguiente puñalada al jefe.

No tiene ninguna credibilidad un gobierno que dice que se preocupa por la integración de los inmigrantes y tiene paralizado el Plan Canario de Inmigración desde que finalizó el primero en el año 2004 . Propongo que se cree la expresión “integración paulatina” en el lenguaje de los mediadores interculturales, podría ponerse como sinónimo de la “integración sarkozyna” para la chusma de París o la “integración berlusconina” de los gitanos italianos. Se trataría de una contribución canaria, sin mascarilla, a la construcción de un nuevo racismo institucional europeo.

Juan García Luján