Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Hasta mañana, Nando (a Fernando Estévez)

José de León Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

0

Uno sabe que el amigo está ahí. Con Nando sobraban las palabras. Su respuesta lo delataba. ¡Hola pibe! me decía. Compartí con Nando momentos comprometidos. Hablamos de cosas difíciles de encuadrar. Esa era su oficio, que ejerció con una linda maestría. Su ser bueno andaba con él a todas partes. Pero entrando en él se disfrutaba. Siempre había una respuesta, aún en los momentos más duros, como hace apenas dos meses, cuando ya sabía de su enfermedad. Le escribí: Nando, mucho ánimo compa. El otro día estuve buscando textos tuyos para un debate sobre identidad. Siguen los estereotipos y el “lloriqueo” que diría Ángel Sánchez en un precioso artículo,.. un abrazo. Me contesta con una admirable entereza: Pepe, muchas gracias compañero. Aquí liado con venenos, calmantes, variopintas teorías sobre el cuerpo y la naturaleza humana. Que tal todo? Vamos palante. Mucha suerte con todo el trabajo de esta etapa. Ah, dime si necesitas algunos de mis textos sobre el lloriqueo. Un abrazo. En los últimos meses le había pedido su colaboración para el proyecto de Risco Caído, en el ámbito de los estudios sobre islas, ese nido nuestro.

Intentamos varias veces reinterpretar nuestro pasado a partir de algo tan duro como las piedras, no sólo las que transformaron nuestros aborígenes, sino esas piedras expulsadas desde nuestra entrañas, que cubrieron de fuego Lanzarote. Quedábamos al mediodía, para hablar de mi tesis, cómo enfocarla, cómo explorar el potencial de la oralidad, de las identidades colectivas, cómo reinterpretar la historia desde los grupos excluidos o el alcance de los cortocircuitos de la memoria. Las papas negras, los vinos, las anécdotas, un repasito a estas islitas y, sobre todo, la risa nos acompañaban hasta sobrepasar largamente la tarde. Él me recomendaba citas, libros, lecturas guanchinescas...

Cuando estaba enredado en defender al pueblito costero de Tenésera, en Lanzarote, me comentaron que Nando estaba en algo parecido con Cho Vito. Sabía que más allá de una proclama en defensa de una causa, detrás tenía que haber una interesante reflexión. Nando aportó argumentos no sólo humanos, sino muy solventes desde el punto de vista social, cultural y político. Fue un transgresor que se empeñó en intentar explicar la complejidad de las cosas, sin apriorismos, ni consignas. Aunque era incuestionable nuestra defensa de lo público, entre otras cosas en la producción de referentes culturales, en ese momento se había construido 28 hoteles ilegales en Lanzarote, algunos en la propia playa y la única preocupación del Gobierno de Canarias era ver cómo se podían legalizar.

No sólo en el imaginario colectivo (ahora que le lloramos) que él frecuentó con destreza como en su maravillosa reflexión sobre los guanches, sino en lo real, andaba Nando. Así era y es, el de él y el nuestro. No sé, ni creo que lo supiera del todo, sí era guanche o turista, mago o intelectual, militante o sabio… lo que sí se sabe, se supo y se sabrá es que fue buena gente (en el sentido estricto del dicho popular) y una mente libre, crítica y privilegiada. Y eso en estas islitas cobijo es una gran cosa, tan grande como su marcha.

Recuerdo aquellos encierros en La Laguna, cuando intentamos averiguar cómo podíamos ser independientes, qué razones, qué proceso... Aunque se quedó en el intento, aquella ternura de país que imaginamos valió la pena. Hace poquito, retomamos la necesidad de repensar nuestro presente y ahí estaba él ofreciendo su tiempo. Ahora sobre la base de nuevos conceptos y metodologías sobre “pueblo”, “ciudadanía”, “emancipación”, “decolonialidad”,.. En este nuevo intento se nos fue como ausencia dolorosa e inevitable. Pero sus observaciones nos ayudarán a averiguar qué somos, qué destinos puede tener este archipiélago en estos apasionantes años que vivimos, con una enorme cantidad de gente que ha manifestado la necesidad de un cambio, y aspira a tiempos de esperanza. Para eso, es necesario, implicarse, tras la convicción de que hay que empujar el mundo, porque, para cambiarlo, con la rotación no basta. Hay que conseguir que esa energía colectiva sea capaz de forjar su propio rumbo y aquellas personas dedicadas al intento tengan la altura de miras de evitar viejos fracasos. En este andar, la convicción moral, ética y el compromiso de Nando, son un ejemplo.

Hace poco más de un mes, cuando hablábamos sobre las “urgencias de estas islas”, me llegó la última respuesta de Nando, ya malito. Unas palabras breves, de una gran profundidad, convicción y templanza, a pesar de su enfermedad, con un gran sentido de inicio, algo premonitorio: Si, yo siempre he seguido en esa idea pero imagino que, como a todos, muchas veces no le podemos dedicar el tiempo y sobre todo la sistematicidad que requieren. Quizás en mis circunstancias podría redirigir esas prioridades. Al menos esa es mi intención. Aquí creo que necesitaremos combinar un poco de pensamiento “lento”, estratégico, con capacidad de respuesta a los problemas “futuros” que exigen pensarlos. Es decir, necesitamos ya una teoría del futuro. Salud, república y un abrazo fuerte, compa.

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats