TVE en Canarias saca el palio

Ya lo ven ustedes. La provocación solo puede derivar en conflicto, y los conflictos, en problemas que agravan los problemas previos. Lo ocurrido la tarde-noche del miércoles en Telde, con el pregón del ministro Soria para dar por iniciadas las fiestas de San Juan, ha derivado en lo natural: un agravamiento de la polémica petrolera, un mayor rechazo a las prospecciones y a quienes las autorizan y, en consecuencia, un considerable desgaste en el PP que ya reconocen en privado algunos dirigentes del partido. Las redes sociales han vuelto a complementar de manera extraordinaria a los medios informativos con la aportación de imágenes que desde luego no contribuyen a pacificar el ambiente. La hostia que un policía le arrea a un manifestante que, sin mostrarse en absoluto en actitud violenta, ha dado la vuelta a España a través de los medios digitales y de las televisiones (exceptuando la estatal, por supuesto) y ha vuelto a poner de manifiesto dos cosas graves. La primera, que el que busca siempre encuentra: las consecuencias de la elección de un pregonero con el que sólo se pretendía provocar a sus detractores, por lo que se ve cada día más numerosos, han sido catastróficas para los que buscaban algún tipo de rentabilidad. Y, consecuencia de lo anterior, un importante despliegue policial que, al mando de responsables a los que últimamente se les va mucho la mano, un resultado penoso.

“Yo no tengo una televisión pública a mi disposición”

La imagen de José Manuel Soria, y como consecuencia de su caudillismo, del Partido Popular en Canarias, ha sufrido esta semana un deterioro importante. No corren buenos tiempos para la política, y mucho menos para los políticos que utilizan el poder para ejercerlo con soberbia y provocación casi constantemente. Y los últimos acontecimientos sólo han contribuido a su desgaste. Pero para amortiguar esos impactos, Soria tiene a su disposición a Televisión Española. Lo hemos visto estos días con el trasiego de dirigentes y mirlos blancos del PP por los platós nacionales de la cadena pública, y se pudo contemplar este mismo miércoles por la noche en TVE-Canarias, donde apareció nuevamente el ministro Soria en una entrevista claramente impuesta. El programa El Debate ya se había celebrado y emitido la noche anterior, con el socialista Gustavo Matos como invitado. Pero el miércoles, aprovechando la visita de su excelencia a Gran Canaria, nueva edición del mismo programa para que el hombre se pudiera explicar. El esfuerzo demuestra dos cosas, la primera, la sumisión del medio al presidente del PP canario, y en segundo lugar, la necesidad que tiene de dar explicaciones constantemente ante el muy mentado desgaste que tienen que estarle cantando las encuestas. En algún momento del programa se le escapó su lamento al reprochar a los periodistas que lo entrevistaban que no recordaran constantemente las contradicciones de CC y del PSOE respecto a las prospecciones petrolíferas. Ya se encargó él, papeles en mano, de volvérselo a restregar a ambas fuerzas políticas. Sin embargo, en una de las múltiples perlas depositadas por el entrevistado sobre la mesa, afirmó apesadumbrado: “Yo no tengo a mi disposición una televisión pública para abrir los telediarios diciendo una cosa que no es verdad”. Vaya que no.

Mártir de la revolución pauliniana

Las alarmas deben haberse encendido ya de modo más que inquietante en los cuarteles generales del PP. Los esfuerzos por sacar al ministro canario bajo palio un día sí y el otro también sólo puede responder a las emergencias derivadas de lo que dicen las encuestas a menos de un año de las próximas elecciones. No deben haber evaluado los teóricos del marketing pepero si esas constantes procesiones de Soria pueden revertir esas encuestas o si, por el contrario, sólo contribuyen a cabrear más al personal, como pudo comprobarse en Telde el miércoles. La estrategia comunicativa del ministro, sin embargo, no parece haber cambiado. Se enroca en sus argumentos de siempre, en las acusaciones de siempre y, lo que es peor, en las mentiras de siempre. Sostener, como hizo en TVE-C, que las protestas están basadas en una falsedad “porque no hemos autorizado prospecciones en Canarias” sino en aguas españolas que están en La Cochabambas, no es más que hurgar en la tradicional herida de las falacias con las que trata de escamotear su nefasta gestión en el ministerio, con especial estropicio en el archipiélago. En el colmo del cinismo, especialidad de la casa, insistió en la teoría de que no habría rechazo a las prospecciones en Canarias si el ministro no fuera él, pobrecito, víctima de la revolución pauliniana que no desea otra cosa que su deportación a un gulag. Por supuesto, acusó al Gobierno canario de manipular a la sociedad utilizando a los medios de comunicación de titularidad pública, y por supuesto puso en su debe el retraso en las renovables y las altas tasas de desempleo. Por acusar, hasta acusó a los cabildos de Lanzarote y de Fuerteventura de rechazar la oferta de Repsol de establecer allí sus bases logísticas cuando de todos es conocido que ningún puerto de esas islas reúne las condiciones técnicas necesarias para serlo. Y un remate para la locura: “La apuesta por las renovables de mi Gobierno es la más importante que jamás se ha hecho en España”. Para tararí y no echar gota.

Más problemas para Solano

Como eran pocos los problemas, parió la abuela en la Supercomisaría. La actuación de la Policía en los incidentes del miércoles en Telde se ha saldado con un nuevo marrón para el jefe superior de Policía, Valentín Solano, acuciado por muchos problemas de índole interna que empiezan a aflorar puertas afuera. El comportamiento de alguno de los agentes desplegados en la ciudad y el desproporcionado afán por preservar la máxima seguridad en el entorno de la ermita de San Pedro Mártir, condujo a incidentes claramente evitables. Los vecinos teldenses que nada tenían que ver con las propuestas, algunos de ellos incluso votantes del PP, se sintieron mal tratados por las fuerzas de seguridad, que actuaron sin miramientos por comportamientos que en nada comprometían la integridad de los presentes. Detener a alguien por grabar la protesta, desalojar a un líder sindical esposado (para luego soltarlo sin cargo alguno) o propinar un tremendo hostión a un protestante sencillamente por hacer sonar una bocina de modo majadero (para eso estaba allí) son excesos que empiezan a ser peligrosamente frecuentes desde que el PP se propuso demonizar a los ciudadanos desafectos. Para colmo, la cerrazón informativa de la Supercomisaría contribuía más al cabreo. Todavía seguimos sin conocer con precisión cuántos detenidos pasaron la noche en el cuartelillo, cuántos han sido citados para comparecer ante el juez, y cuantos sencillamente fueron víctimas de una detención a todas luces irregular. Las órdenes del gabinete de prensa, emanadas directamente del jefe superior, eran de no informar. Así les luce el pelo.

Se anuncia tormenta en Vecindario

Las imágenes que ilustran hoy esta sección son dos de las muchas que desde este viernes podrán apreciarse en la sala Felo Monzón, de Vecindario. Se trata de una exposición del colectivo Materia Young Creators, que celebran de este modo su primera edición. Todos los ministros en el cargo, el rey saliente y algunas otras personalidades aparecen retratadas del modo que pueden ver en la parte superior por uno de los artistas participantes. Pero hay mucha más obra, no se vayan a creer, y algunas muy buenas, aunque comprenderán que escojamos estas por su rabiosa actualidad. Llama poderosamente la atención el “Fuck Canary Islands” tatuado en el pecho de Soria con el que ha retratado uno de los artistas a nuestro amado ministro. Pero les aseguramos que hay otras inscripciones llamativas, como “Cristina” en el vientre del rey o “La educación es la mejor arma, por eso os la quitamos”, que se lee en el pecho del ministro Wert. Como para perdérsela. Antes de que la manden cerrar los adalides de la libertad.