El tomate canario teme que el Brexit suponga la puntilla para el sector: “La cosa pinta mal”

Empaquetadoras de tomates en Coagrisan.

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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“La cosa pinta mal”. Esta es una de las expresiones más escuchadas entre los empresarios del sector del tomate de La Aldea de San Nicolás. El municipio del oeste de Gran Canaria -conocido popularmente por ser un gran productor de esta hortaliza- teme por su futuro. “Yo al final de esta zafra me sentaré y haré números a ver qué ocurre el próximo año”, confiesa Rogelio Rodríguez. Este empresario aldeano cuenta con 16 trabajadores y cada día lo ve más negro. La preocupación se refleja en su cara mientras muestra su producción. “Estamos rezando para que Reino Unido no se vaya a las bravas de Europa, eso terminaría de hundirnos”. Es solo una vuelta de tuerca más, pero podría ser la puntilla para un sector muy castigado. El tan temido Brexit ya ha llegado y la incertidumbre es el clavo ardiendo al que se agarran las miles de familias canarias que viven del tomate de manera directa e indirecta.

Este 1 de febrero -y tras varios intentos- el Reino Unido amanecerá desenganchado oficialmente de la Unión Europea con un periodo de transición hasta diciembre durante el que se mantiene el status quo para que las empresas europeas exportadoras se preparen de cara al futuro. “Hasta final de este año todo bien, sí, pero ¿qué ocurrirá luego?”, se cuestiona Rodríguez. El empresario ve crítica la situación después de esa fecha. La duda se siembra entre los agricultores: ¿Seguirán pudiendo meter fruta en el país? En caso de ser así ¿qué costes les supondrán los aranceles de entrada? “Nos va a afectar y eso está claro, pero esto es la puntilla”, afirma.

El sector del tomate en las Islas lleva décadas muriendo lentamente. El declive comenzó en la campaña 2002/2003. Desde entonces el número de hectáreas destinadas al tomate de exportación ha ido en constante descenso, pasando de las 1.657 a las 540. En la actualidad, en el Archipiélago sobreviven seis empresas exportadoras, cinco en Gran Canaria y una en Tenerife, y ya algunas voces adelantan que durante esta zafra podrían quedarse tan solo tres. 

Este principio de siglo estuvo marcado por la aparición de diferentes plagas y virosis, principalmente el virus de la cuchara. Cuando los agricultores ya lo habían asumido llegó la mosca blanca y, acto seguido, la mosca minadora, el trip o el ácaro rojo, entre otras. La última en incorporarse ha sido la tuta absoluta. Durante todos estos años “se ha quedado en el camino mucha gente” que no ha podido asumir las inversiones en la búsqueda de nuevas variedades tolerantes a las plagas, explica Gustavo Rodríguez, portavoz de Fedex (Federación Provincial de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas). La nueva amenaza es “el rugoso del tomate”, una enfermedad que afortunadamente no ha llegado a Canarias. “Si esa plaga llega aquí ya se adelanta al Brexit, no habría nada que hacer”, asegura Rodríguez. 

Los acuerdos comerciales entre la Unión Europea y terceros países, principalmente Marruecos, se marcan por una competencia “desleal”, tal y como la definen desde el sector, haciendo mucho daño al tomate canario. Los empresarios y representantes de los agricultores isleños coinciden en que no compiten en igualdad de condiciones. Mientras que al producto canario cada vez le exigen más certificaciones y normas, con los costes que ello conlleva, los frutos de terceros países no tienen tantos requerimientos. “Las condiciones sociales de esos países no se parecen en nada a las nuestras, ellos tienen un salario mínimo de 5 o 6 euros al día, no tienen tantos costes de producción como nosotros, por ello pueden poner un precio mucho más bajo”, destaca Juan José del Pino, presidente de la cooperativa Coagrisan en La Aldea. “Es imposible competir con ellos”, insiste. El portavoz de Fedex recuerda que hace algunos años la UE puso un cupo de entrada y unos precios de referencia, sin embargo, los productores comunitarios se quejan de que no cumplen con ellos. 

El incremento en los costes de producción del tomate isleño es otra de las causas de este declive. Un informe realizado por la Universidad de La Laguna (ULL) refleja que colocar un kilo de tomate canario en un punto de venta en algún país europeo cuesta algo más de 1,05 euros, mientras que uno de origen peninsular o marroquí descendería hasta los 80 céntimos y hasta 70 en el caso del producto africano. El dossier desvela, además, que esta diferencia aún no ha sido compensada. “Mientras que a Canarias sacar el tomate de aquí y llevarlo al supermercado nos supone una operativa de hasta 11 movimientos, con sus costes, en Almería o Murcia el mismo camión se carga en la finca y lo lleva a su destino, con la cuarta parte de costes que nosotros”, subraya Gustavo Rodríguez. A todo esto, el pago de las ayudas, en la mayoría de los casos, llegan con retrasos. Una situación que se vuelve totalmente insostenible para los agricultores. “El gran problema de las ayudas, subvenciones y compensaciones es que pierden todo el espíritu por el retraso. Esto aburre a la gente”, advierte.

Asimismo, recuerda que desde hace muchos años sector agrícola viene “avisando” de los efectos que puede producir el cambio climático. Sus consecuencias favorecen la llegada de plagas y enfermedades. No obstante, uno de sus efectos más importantes es el acortamiento de la ventana de exportación, por lo que ya no ofrece las peculiaridades y la exclusividad con la que contaba hace unas décadas. La subida del salario mínimo interprofesional también afectaría ya que supondría un incremento de los costes. “Ojalá lo pudiéramos pagar, pero es que no nos llega”, lamenta el empresario. “Tienen que ayudarnos de alguna manera”. 

Al sector agrícola le ha tocado a lo largo de los años pagar los platos rotos de los diferentes ámbitos de la política y economía española y europea. Las diferentes crisis económicas le han hecho mucha mella. Corría el año 2008 cuando el Gobierno de Canarias elaboró un Plan Estratégico para el sector, además se llevó a cabo una mejora en el acuerdo entre Marruecos y la UE. En ese momento muchos deciden lanzarse a la piscina y se hacen grandes inversiones que luego serían abonadas por la Administración. Pero esta época iba a tener un camino muy corto. Con la entrada del Partido Popular en el Gobierno central en 2011 comienzan los recortes. “Nos vimos muy mal de la noche a la mañana, había que pagarle a los bancos y no teníamos ese dinero”, recuerda el portavoz de Fedex. Fue en ese año cuando José Manuel Soria se convirtió en ministro de Industria, Energía y Turismo, después de abandonar el Ejecutivo regional tras romper el pacto con una Coalición Canaria presidida por Paulino Rivero. En esos años hubo una “pelea” entre Rivero y Soria -agravada por el tema de las prospecciones petrolíferas- que pagaron muchos sectores del Archipiélago, fundamentalmente los exportadores canarios, recuerda Rodríguez. 

Viviendo el día a día ante la llegada del Brexit

“Nadie sabe nada”. Así de contundente es Juan José del Pino en relación al Brexit y el futuro del sector del tomate. El presidente de la cooperativa Coagrisan tiene claro que les puede afectar, ya que el Reino Unido pasaría a ser un país tercero y los exportadores dejarían de cobrar la compensación del transporte. Además, desconocen si el país británico va a incluir unas tasas de entrada a los productos europeos. El director financiero de la cooperativa aldeana, Román Díaz, añade que además de la ayuda de compensación al transporte se puede ver afectado el Poseican (Programa de Opciones Específicas para las Islas Canarias), una ayuda a la exportación y comercialización vinculada a los países de la UE. “Con respecto a las tasas, si no las ponen para el tomate de Canarias tampoco las pondrán para otros países”. “De este modo vamos a estar en igualdad de condiciones comerciales, pero no en igualdad si vamos al origen”, apunta. 

Desde hace 135 años el Reino Unido y Canarias tienen una fuerte relación comercial. Entre dos guerras mundiales, una dictadura o estando dentro y fuera de la UE, es un eje fundamental para la economía canaria que ha permanecido a lo largo del tiempo a pesar de todas las adversidades. En estos momentos, aproximadamente el 50% de la exportación de tomate canario llega a Gran Bretaña y el otro 50 se reparte en el continente europeo, por lo que un cambio en las políticas de entrada a este territorio podría hacer mucho daño en el sector. 

Del Pino reconoce que los cooperados están “preocupados” ante esta situación. “No sabemos nada, cómo va a quedar la compensación del transporte, el Poseican, los aranceles de entrada, la competencia marroquí…” Coincide con sus palabras Rogelio Rodríguez, “estamos viviendo el día a día, los trabajadores vienen, trabajan y se van, pero los que estamos donde estamos sabemos lo que se puede venir”, explica temeroso. El empresario asegura que la condición de ultraperificidad de Canarias “no sirve para nada” ya que a la hora de la verdad no se defiende este territorio y desde Europa siguen sin comprender la realidad geopolítica del Archipiélago. 

En la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias sitúan entre sus “mayores preocupaciones” todo lo relativo al Brexit, y más concretamente el futuro de las exportaciones de los productos hortofrutícolas. No obstante, una fuente autorizada garantiza que “nada va a cambiar” en el modelo de relación con Reino Unido hasta que finalice 2020. El objetivo del Gobierno es mantener el nivel de ayudas para las exportaciones en el momento que pase a ser país tercero, un hecho muy preocupante en el sector. 

Además, desde la consejería aseguran que el Ejecutivo nacional es “plenamente consciente” de las singularidades del Archipiélago. En un comunicado, subraya que existe un contacto continuo entre las dos administraciones para analizar las distintas medidas a proponer a la Comisión Europea con el objetivo de preservar el actual nivel de ayudas al sector, fundamentalmente en torno al mantenimiento de la compensación al transporte para las expediciones y en el marco del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (Poseican).

Además, Economía asegura que Canarias dispondrá de una representación permanente en el Reino Unido, a través de la red exterior de Sociedad Canaria de Fomento Económico (Proexca), que permitirá también “dar soporte, impulsar y facilitar la internacionalización de las empresas canarias”.

Coagrisan, una de las exportadoras más aventajadas

Coagrisan es una de las exportadoras de tomates más aventajadas en relación a las consecuencias del Brexit. Según datos proporcionados por el presidente y el director financiero de la entidad, la cooperativa aldeana envía un 30% de su producción al Reino Unido y el 70% restante al resto del continente europeo, principalmente a los países escandinavos y a Holanda. “En esto tenemos una pequeña ventaja, pero si no tenemos la compensación del transporte, por supuesto que nos va a perjudicar bastante”, asegura del Pino. No obstante, otras empresas canarias destinan hasta un 90% de su fruta a este país. La posibilidad de seguir abriendo mercado en el continente la ven muy lejana. “Habría una saturación de fruta y eso abarataría mucho los precios”, señala Rogelio Rodríguez. Probablemente la solución esté en reducir la producción con todo lo que ello se llevaría por delante. 

Según el último estudio realizado por la Universidad de La Laguna, el 45% de la población del municipio de La Aldea vive directamente del sector del tomate. Ahora mismo en el municipio hay unas 110 hectáreas de superficie plantadas, en cada una de ellas trabajan cinco o seis personas, y alrededor de 80 cooperados. A todo esto, hay que sumarle la gente de la empaquetadora de tomates, una de las más grandes de las Islas, así como transportistas… Cuenta una producción de cerca de 20 millones de kilos por campaña que sostiene la economía de un pueblo muy castigado por la realidad insular. “Aquí estamos condenados a seguir plantando tomateros, porque no hay otra actividad y no hay otra alternativa agrícola”, cuenta del Pino. “Si esto se va a pique, La Aldea tiene que cerrar. Es algo que el Gobierno no tienen en cuenta, esto es un generador de divisas, viene dinero de fuera. Estamos generando economía”, sentencia Díaz. 

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