El veto a un periodista provoca la suspensión de una mesa redonda en Tenerife sobre empleo en el sector primario

Acto de apertura de la feria Empleoland, con María Dolores Pelayo, presidenta del Consejo Social de la ULL; Carmen Luz Baso Lorenzo, consejera Insular de Empleo y Desarrollo Socieconómico del Cabildo de Tenerife; y Rosa María Aguilar Chinea, rectora de la ULL.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Este jueves a las 12.45 horas estaba prevista la celebración de una mesa redonda titulada Qué dicen nuestros agricultores y ganaderos, enmarcada en la feria Empleoland, que organiza el Consejo Social de la Universidad de La Laguna junto al Cabildo de Tenerife en el Recinto Ferial. Participaban representantes de las organizaciones COAG, ASAGA, UPA, PALCA junto a los sindicatos UGT y CC.OO, con la moderación del periodista referente en el sector primario Clemente González, quien dirige y presenta el programa Campo y Mar en Televisión Canaria, además de trabajar en el espacio Tierra de Alisios o en Canarias Radio. Sin embargo, no se llevó a cabo porque la organización del acto vetó la participación de González, crítico con la gestión de la actual Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno canario, por supuestas presiones del área que dirige Alicia Vanoostende.

Jorge Pelayo, secretario general de UPA en las Islas, explica que el Consejo Social de la ULL, cuya presidenta es su hermana, Dolores Pelayo, le había encargado organizar una mesa sobre empleabilidad en el sector primario. Su intención era exponer la realidad del trabajo en la agricultura o en la ganadería, que “es un desastre”. Pero en ningún momento hubo afán de “hablar mal de nadie”, ni de “decir nada del otro mundo”, prosigue Pelayo, “Íbamos a exponer los puntos de vista de las distintas organizaciones agrarias”. Pero asegura que le impusieron “una serie de condiciones” que, después de hablar con los participantes, le llevó a cancelar la celebración de la mesa. “No nos dejaban organizarla como nosotros queríamos”, añade. 

La problemática se centraba en la participación del periodista Clemente González. “Si ir significaba decir que está todo bonito y no podemos decir lo que queremos, para eso no vamos. Queríamos contar la realidad del sector primario”, remarca Pelayo. A preguntas de este periódico, la presidenta del Consejo Social de la ULL, Dolores Pelayo ha defendido que “un grupo de personas se autogestionaron para meterse en una intervención que no tenía sentido, ni habían sido invitados. Esto es un tema muy reglado y no entiendo por qué todo el mundo que quiera apuntarse a una mesa redonda debe intervenir. Incluso invitaron a su propio moderador. Eso no puede ser. Les dijimos que no, que las cosas eran de otra manera y ellos mismos se retiraron. Esto es muy desagrable, porque a mí nunca me había pasado”.

Por su parte, Clemente González reconoce que recibió la noticia con “pena”. Fue Jorge Pelayo quien se lo comunicó y en ningún momento ha recibido explicaciones del Consejo Social de la ULL ni de la propia Consejería de Agricultura que, a preguntas de este periódico, asegura que desconocía su cancelación y se remite al Consejo Social. “Yo puedo entender que no estén de acuerdo conmigo o con mi estilo”, explica González, pero “si yo publico algo con lo que no están de acuerdo, que me llamen y me lo digan”.

En este sentido, González considera que “cuando tienes un conflicto con alguien, hay que ir de frente, sentarse y hablar”, pero asegura que la Consejería de Agricultura “eso nunca lo ha hecho”. “Ni me han llamado para solucionar el problema, ni me han llamado para corregirme, ni me han enviado un escrito de réplica, lo que hacen es actuar por detrás”, añade. A juicio de González, su veto en la mesa redonda “pone de manifiesto la mediocridad que hay en la gestión pública”. 

Y todo ello, a pesar de que el debate no se centraría en atacar la labor de la Consejería, sino que la intención de González era analizar junto a las organizaciones agrarias y los sindicatos la situación del sector primario para, en base a ello, proponer soluciones. En concreto, detalla que para trabajar en el campo e incorporar mano de obra es precio que estos profesionales tengan un sueldo garantizado, “que puedan vender lo que producen”. Y esto se logra a través de cooperativas o una organización de productores de frutas y hortalizas, que son quienes comercializan y cierran acuerdos. Y, en este sentido, entiende que debe existir más unión para potenciar y profesionalizar al sector. “Que los agricultores y ganaderos se integren en las cooperativas”, señala González.

A modo de ejemplo, expone la situación de la ganadería, donde su principal problema radica en su falta de unión. En marzo, los productores mantuvieron una reunión con el resto de la cadena alimentaria (industriales y supermercados) junto con el Gobierno canario para acordar una subida en el pago de la leche a los ganaderos y contribuir a que puedan cubrir sus costes de producción, incrementados a causa del alza de la alimentación animal. 

“Se reunieron con el presidente, con industriales, con las superficies y al final no se subió el precio de la leche”, recuerda González, quien entiende que se debería actuar “en las explotaciones ganaderas” para profesionalizarlas. “Cuando yo pregunto ¿cuánto cuesta producir un kilo de queso? No saben, dicen que no están para esos papeles porque no tienen tiempo. Pero si quieres saber si el negocio da o no, lo menos que hay que saber son los gastos, la mano de obra y a cuanto debes vender el queso para cubrir los gastos. No se pueden esperar las subvenciones. Y eso hay que hacerlo, porque ahora habrá un problema con la aplicación de la ley de la cadena alimentaria. Si no sabes lo que te cuesta la producción, ¿cómo le vas a poner precio a un producto?”, relata.

Estas problemáticas hubiesen sido algunas de las que se hubiesen expuesto en la mesa redonda. “No había ninguna línea para machacar a la consejera, se trataba de exponer la realidad para hacer propuestas y soluciones: cual es la realidad del sector, cuales son sus puntos fuertes y débiles, si hay posibilidades de futuro y lo que tenemos que hacer”. Y para poder explicar estos puntos, González remarca que al investigar y preguntar detecta “cosas que no se están haciendo bien”. 

Por ejemplo, que la Consejería “no tiene un proyecto, reparte subvenciones, pero no realiza un control, de cómo se invierten o como se gastan”. Además, González también recuerda que se cita muy a menudo el concepto de soberanía alimentaria, “pero no se habla de cómo incorporar mano de obra al mundo rural” ni se escucha a las organizaciones agrarias.

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