Cerrado con llave

La erupción volcánica de 2021 empobreció a muchos y enriqueció a algunos en La Palma. Sin embargo, también se esperaba que el tema del volcán pudiera reactivar el turismo, incluso se pensó que la gran atención internacional que recibió La Palma durante la erupción daría sus frutos. Hasta ahora, nada de eso ha sucedido, el turismo está en declive, muchos apartamentos y restaurantes permanecieron infrautilizados o incluso vacíos en agosto, el principal mes de vacaciones de verano.

No somos ajenos a esta desgracia. El gobierno anterior repetía casi como un mantra la frase «gases incompatibles con la vida». Aunque en realidad estaba dirigida a los palmeros, a quienes se quería disuadir de entrar sin permiso en Puerto Naos, la escuchó una población muy diferente: los turistas de Alemania, el principal país emisor de visitantes. «Si el Gobierno habla de gases mortales, prefiero mantenerme alejado de la isla», fue la conclusión. No me lo estoy inventando, yo mismo recibí preguntas de turistas sobre si era seguro estar en El Paso. Otros ni siquiera preguntaron, simplemente reservaron otro destino.

Mientras que, en Islandia, Italia y muchos otros lugares los turistas incluso hacen senderismo alrededor de volcanes activos, cuatro años después de la erupción volcánica seguimos teniendo una enorme zona restringida con un radio de hasta 2,5 kilómetros que, sin contar los campos de lava, abarca unos 9 millones de metros cuadrados alrededor del volcán extinto. ¿Por qué se hace algo así? La conclusión debe ser para proteger a la gente. ¿De qué? El Gobierno no da respuesta a esta pregunta. No solo los palmeros se sienten excluidos, con la sensación de estar delante de su propia casa sin llaves, impotentes.

Muchos no comprenden que también se puede comunicar sin palabras. No es necesario repetir durante meses la frase sobre los gases incompatibles con la vida. La enorme zona restringida sin explicación también transmite un mensaje, a saber: aquí sigue habiendo un gran peligro.

Como primera medida, es urgente que el Gobierno comunique a los países de origen de los turistas que también cree que el volcán está extinguido y que la probabilidad de una erupción en las próximas décadas es muy baja. Para ello, debe permitir el acceso a las proximidades del volcán, como ha hecho en Puerto Naos, reduciendo drásticamente la zona de exclusión.

El marketing estratégico se puede comparar con la construcción de una carretera. Se define el objetivo, al que se denomina estrategia, y a partir de ahí se derivan las distintas fases de construcción, lo que se denomina táctica.

El objetivo turístico de La Palma nunca se ha definido claramente. Cada gobierno construye la carretera turística en una nueva dirección. Uno habla de turismo rural, otro de turismo de calidad sin explicar lo que quiere decir con ello, otro quiere campos de golf y grandes hoteles.

Por eso, tras la reducción de la zona restringida, viene la definición de un objetivo a largo plazo para el desarrollo turístico. Un objetivo a largo plazo que sea aprobado por todas las partes y que se mantenga con el cambio de legislatura. Cada gobierno seguirá teniendo suficiente margen de maniobra para diseñar la táctica para alcanzar el objetivo.

Hace tiempo que la tierra dejó de temblar. Mostremos al mundo con los brazos abiertos que somos una isla hermosa, diversa y segura. ¡La Palma merece la pena!

*Roger P. Frey es químico e instructor de parapente, y reside en La Palma desde hace 20 años