Patricia Planas plantea crear en La Palma una logia femenina
La Masonería Femenina también ha cobrado protagonismo esta semana, en la que la Isla Bonita acogió diferentes actividades y charlas vinculadas a la centenaria orden de la escuadra y el compás. Patricia Planas, la que fuera hasta el pasado curso 2017/2018 máxima responsable de la organización a nivel nacional, ofreció este sábado un coloquio bajo el título La conversión de la mirada en el Recinto Ferial del municipio de El Paso.
Ante la atenta mirada de decenas de asistentes, Carmen Morales, antigua Venerable Maestra de la logia Emanación del Drago, con sede en Gran Canaria, ofició una ceremonia denominada Tenida blanca, cargada de simbolismo y referencias a elementos del gremio de la construcción. Por su parte, en la posterior conferencia, la ex Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de España (GLFE) destacó el papel “conversor” del proceso iniciático que da paso a la vida masónica: la transición de la profanidad a la condición de neófita y, finalmente, a hermano o hermana masona.
Patricia Planas, se manifestó “contenta de estar en La Palma”, ya que desde hace dos años, indicó, “ha existido el proyecto de hacer algo en la isla”. En este sentido, afirmó que trabajan en la línea de “seguir andando camino” y llegar a, por ejemplo “hacer una logia masónica” palmera para féminas. “A nivel profano”, como ella misma describe (es decir, fuera de la Masonería), la ilustre exdirigente de la GLFE es psicóloga, por lo que buena parte de su charla se centró en relacionar su materia de estudio con la filosofía impresa en los principios de “libertad, igualdad, fraternidad y laicidad” que caracterizan a la orden.
A lo largo de la conferencia, en la que varias de las personas presentes pudieron hacer preguntas en su condición de invitadas, Planas definió la Masonería como “iniciática, filantrópica, filosófica y fraternal”, cimentada en el principio de “construir templos en el corazón”. De este modo, entiende que “se asume un compromiso” con la búsqueda de armonía entre todos los seres humanos.
“La Masonería es una herramienta para la transformación personal que lleva a un conocimiento a través de los símbolos”, aseveró la ponente. Aclaró además que pese a la popularidad de la escuadra y el compás, “aparte están los símbolos más universales, como el Sol y la Luna”. Los mismos, asegura que son empleados para “pensar lo impensable, decir lo indecible y hacer lo imposible”.
Como ejemplo de sus planteamientos, Patricia Planas habló de “la metáfora de los canteros”, por la que la persona que desea ser introducida en la Masonería “llama a las puertas del templo porque aspira a aprender las reglas del oficio: quiere ser constructor para construirse a sí mismo; busca la luz y conocer su verdadero yo”, añadió.
Para finalizar, resaltó que “el objetivo del camino masónico es llegar a ser el mejor humano posible”. Y con el fin de alcanzarlo, prosiguió explicando que “el iniciado preserva sus creencias tras la iniciación” pero practicaría la “conversión de la mirada”, consistente en “despojarse de los prejuicios, las intolerancias”, en definitiva, de las malas prácticas. “La mirada del masón sale de la conversión de la mirada profana, liberada del ruido de nuestra voz, para descubrir o redescubrir a sus hermanos o hermanas masonas”, concluyó.
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