Los corales pueden ayudar a predecir que un volcán marino entra en erupción
Los biólogos saben hace tiempo que los corales guardan todo tipo de información sobre los cambios ambientales que se han producido en largos períodos en los mares donde han crecido, pero acaban de descubrir que esa capacidad también puede ayudar a predecir las erupciones volcánicas.
Quince investigadores de instituciones científicas de España, Portugal, el Reino Unido y Japón publican este mes en la revista Chemical Geology un estudio sobre los gases nobles que pueden encontrarse en el esqueleto de corales negros recogidos alrededor del volcán submarino de El Hierro, en un radio de 1,5 kilómetros en torno al lugar donde se produjo la erupción de octubre de 2011.
El trabajo compara los gases atrapados en los corales negros con los que pueden hallarse dentro de las rocas emitidas por el volcán Tagoro (basanitas), para dilucidar a través de una comparación de isótopos si los gases nobles presentes en los esqueletos de esos seres vivos marinos estaban ya con anterioridad en el agua del mar o proceden, con certeza, del magma del manto terrestre.
El artículo subraya que las muestras de coral recogidas en el mar de Las Calmas contienen una relación isotópica de helio (helio-3) idéntica a la de las basanitas, por lo que tiene una vinculación “directa” con la desgasificación del magma en profundidad que precedió a la erupción de 2011, incluso, a los miles de pequeños seísmos que se registraron antes de nacer el volcán Tagoro.
¿De qué sirve todo ello? Los autores del artículo, cuyo primer firmante es el investigador Antonio M. Álvarez Valero, de la Universidad de Salamanca, consideran que su aportación sobre la capacidad de los corales negros para atrapar gases nobles como los que libera el subsuelo antes de una erupción puede servir para mirar tanto al pasado, como al futuro.
En primer lugar, convierte a los corales negros que crecen en torno a un volcán submarino en un “archivo de datos” con el potencial de desvelar detalles de erupciones pasadas, como el momento concreto en el que ocurrieron, la duración que tuvieron o la intensidad que alcanzaron.
“El helio-3 procedente del manto terrestre quedó atrapado en los esqueletos de esos corales unas semanas antes de que comenzara la actividad sísmica bajo la isla de El Hierro, que a su vez precedió en unos meses a la erupción del volcán Tagoro”, apuntan.
Álvarez Valero y sus compañeros de investigación recuerdan que una de las preocupaciones constantes de todos cuantos estudian los volcanes se dirige a desarrollar algún método fiable que avise de que se va a producir una erupción, para minimizar daños.
“En general, en un episodio de vulcanismo explosivo, las emisiones de gases y el tremor sísmico son con frecuencia los primeros indicadores geoquímicos y geofísicos del inicio de una erupción. Pero, en ambos casos, se trata de señales vinculadas a una erupción ya en marcha”, añaden estos científicos.
Por ello, defienden que saber que unos meses antes de una erupción el subsuelo libera niveles anómalos de helio-3 (algo que no solo se ha comprobado en El Hierro, sino también en la erupción de 2014 del monte Ontake, en Japón), sirve para estar atentos a un parámetro que puede ayudar a prever un fenómeno volcánico.
Y dado que han comprobado que esas emisiones de helio-3 se producen semanas o pocos meses antes del inicio de la actividad sísmica provocada por la presión del magma, consideran que su descubrimiento tiene “potenciales aplicaciones en la predicción de erupciones volcánicas”.
Este trabajo está firmado por investigadores de las Universidades de Salamanca, Manchester (Reino Unido), Azores (Portugal) Tokio y Yamagata (Japón), el Instituto Español de Oceanografía y el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera de Barcelona (CSIC).