Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El éxito de Vox en Extremadura alerta a lo barones del PP
Políticos, músicos y actores: quién es quién en los archivos de Epstein
Opinión - 'Morder el polvo', por Esther Palomera
Exclusiva

La Fundación Jiménez Díaz captó 97.000 pacientes de otros hospitales en 2024, la mayor cifra de su historia

JiménezDíaz

Raquel Ejerique / Raúl Sánchez

22 de diciembre de 2025 21:57 h

2

La Fundación Jiménez Díaz (FJD) es la joya de la corona del grupo sanitario Quirón en Madrid, la empresa que controla cuatro de los cinco hospitales públicos de gestión privada que hay en la Comunidad. En el oeste de la ciudad, con una población asignada de medio millón de personas y 4.531 empleados, según sus últimas memorias, la Fundación se ha convertido en el hospital que más partido ha sacado de la libre elección, una idea que puso en marcha Esperanza Aguirre con una ley de 2009 y que consiste en que cada paciente pueda elegir a qué hospital quiere acudir, sea para ver a un especialista, para ser operado o para dar a luz.



Según datos oficiales que maneja la Comunidad de Madrid y a los que ha podido acceder elDiario.es, en 2024 superó todos los récords anteriores y consiguió absorber 97.587 pacientes de otros hospitales. Destaca sobre todo la especialidad de traumatología, con la que atrajo a 38.247 personas. Por contra, salieron de la Fundación hacia otros hospitales 6.453 madrileños que estaban asignados a este hospital de Quirón, pero que prefirieron ser tratados en un centro distinto. El balance neto final, según datos que maneja la Consejería de Sanidad, es que la Fundación ha ganado 91.134 pacientes, un saldo cinco veces mayor que el que conseguía hace una década. Fuentes de la Consejería, que no han confirmado ni desmentido la cifra, han señalado a elDiario.es que la información de libre elección “se publicará”, aunque no lo haya hecho en la última memoria del Sermas, como era lo habitual. De momento, solo hay datos publicados hasta 2023. Fuentes de Quirón tampoco han confirmado la cifra de 2024 ni la han desmentido. Ese número consta en una documentación oficial de Sanidad a la que ha tenido acceso este medio.



Con la libre elección, el gobierno de Aguirre puso al sistema hospitalario madrileño a competir entre sí, pese a las diferentes naturalezas de la pública y la privada: en los hospitales de gestión pública hay barreras legales y administrativas que no tienen los cinco hospitales de gestión privada. Por ejemplo, la ley de contratos del sector público que obliga a licitar y comprar por un sistema garantista y mucho más lento, los derechos y contrataciones de empleados o los controles económicos. Como ejemplo, las auditorías que hace Sanidad a Quirón y Ribera Salud —los dos grupos que prestan servicio sanitario en Madrid— para comprobar que la facturación es correcta están basadas en un muestreo, no en el total de facturas, como se puede comprobar en los documentos oficiales.

El resultado del sistema, implementado y acelerado por los distintos gobiernos del PP, es que cada año hay una salida de pacientes desde muchos hospitales públicos a los de gestión privada, donde pueden establecer estrategias para que las listas de espera sean algo más bajas que en la pública, sin pasarse para que no salga muy caro (como defendía el CEO de Torrejón) y captar así a pacientes “no cápita”, por los que se cobra un plus. Esa “eficiencia” que defiende Ayuso puede existir pero a veces, como en el caso de Torrejón, porque se priorice el beneficio económico por encima de la salud y a los pacientes de la libre elección en las listas de espera sobre la población asignada. Otras veces, los hospitales promocionan servicios que son muy rentables, como los partos, e instalan bañeras o parto humanizado, como también hizo Ribera Salud en Torrejón, aunque sus matronas denunciaron que no pueden dar un buen servicio porque son tres para ocho paritorios. Aun así, reciben el doble de parturientas que las asignadas por zona. La Comunidad, aunque defiende la gestión indirecta, no ha publicado estudios que muestren que es más eficiente teniendo en cuenta las mismas variables.

Los hospitales de gestión indirecta (privada) cobran un fijo por la población que tienen asignada (la llamada cápita, que en Torrejón, por ejemplo es de 581 euros por habitante) y facturan aparte los servicios que prestan a los pacientes que captan con la libre elección. El caso del modelo de negocio de la Fundación Jiménez Díaz es especial, ya que es concertado. Por una parte, presta un servicio a la sanidad pública pero también tiene un circuito privado y de aseguradoras en el mismo centro. Pero, además, tiene un “concierto singular” que data de 2006. Gracias a este sistema ad hoc, la Fundación cobra y factura por la asistencia que da a los pacientes, sin cobrar el fijo de la cápita. En términos absolutos es, con mucha diferencia, el hospital que más dinero recibe de los cinco de gestión indirecta en Madrid. Sin embargo, saber el total del montante no es tan fácil. Tanto la Consejería de Sanidad como fuentes de Quirón se remiten a que está todo “publicado”.


Los hospitales de Quirón, los más beneficiados por el sistema de libre elección de Madrid

Saldo neto entre citas entrantes y salientes del sistema de libre elección de la Comunidad de Madrid en cada hospital entre 2014 y 2023. En amarillo, destacados los hospitales de gestión privada de Quirón y Ribera Salud

Fuente: Comunidad de Madrid


Por una parte, está lo presupuestado cada año por el Gobierno de Ayuso. En 2024 preveía gastar en la Jiménez Díaz 450 millones en facturas para atender a la población. Según los datos oficiales de liquidación de gastos, le acabó pagando 877 millones, casi el doble. Lo mismo pasó con el resto de hospitales de Quirón, que tienen unos presupuestos mucho menores que la Fundación —de los 116 millones del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles a los 72 millones que gasta en el de Villalba y Valdemoro— y por los que Madrid acabó abonando el doble de lo previsto. Esta cifra final puede incluir o no desembolsos que le hace la Comunidad a Quirón por pagos atrasados o procesos judiciales que han sido favorables al grupo. Por ejemplo, en 2020 Madrid pagó de manera extraordinaria 903 millones que debía a operadores sanitarios privados, una deuda que arrastra desde la época de Cristina Cifuentes y cuyo montante no ha desvelado la Comunidad de manera desglosada. Durante 2022 también hubo un acelerón de pagos por facturas atrasadas a Quirón por fuera del presupuesto y, en tres meses, el gobierno de Ayuso —cuya pareja es proveedor de una rama del grupo, Quirónprevención— desembolsó 400 millones a través del sistema excepcional de “convalidación de gastos”.


Así se han multiplicado los traslados a los hospitales privatizados de Madrid en una década

Evolución del saldo neto entre citas entrantes y salientes del sistema de libre elección de la Comunidad de Madrid en los hospitales públicos de gestión privada

Fuente: Comunidad de Madrid


Un informe de la Cámara de Cuentas de 2018 halló que lo que se pagaba a Fundación Jiménez Díaz de Madrid supone un coste “considerablemente más elevado” de lo que se pagaba al resto de hospitales de gestión privada y calculaba el exceso de coste en “desviaciones de hasta el 743%”, especialmente en las cirugías ambulatorias, las operaciones más frecuentes que no requieren ingreso (intervenciones menores de rodilla, de pie, de ojos, de varices...). Precisamente traumatología es una de las especialidades que encajan en esas cirugías y la que más pacientes ha recibido la Fundación en 2024. El grupo Quirón no ha contestado sobre si hay una estrategia de captación o si se prioriza a pacientes de libre elección en estas operaciones para resultar más atractivos, como ha hecho Ribera Salud en Torrejón, pero achaca esa enorme llegada de pacientes de esta especialidad al hecho de que “traumatología sea a la que más pacientes se derivan desde la Atención Primaria en el conjunto de la región”.

El apéndice del informe de la Cámara de Cuentas que evidenciaba la pérdida de dinero para las arcas públicas por el concierto singular de la Jiménez Díaz fue finalmente retirado, tras las alegaciones que hizo en su momento Javier Lasquetty, el ex consejero de Sanidad que intentó convertir hospitales públicos en privados durante el Gobierno de Ignacio González y que más tarde fue consejero de Hacienda con Isabel Díaz Ayuso.

Obviamente, cuanto más pacientes tienen en su área o más personas reciben de libre elección, más dinero ingresan de la partida de los presupuestos las empresas privadas, que han ido aumentando la facturación y los conciertos con la sanidad pública madrileña de manera exponencial desde que gobierna Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, ese dinero no se compensa exactamente con el ahorro que supone tener menos pacientes en los hospitales de gestión pública, que siguen afrontando gastos fijos estructurales (edificios, personal, material), aunque pierdan pacientes.

Etiquetas
stats