Las 24 horas más fatídicas de Gallardo: de la noche más negra del socialismo extremeño a la dimisión
Dimite, pero recogerá el acta de diputado autonómico. Las últimas 24 horas de Miguel Ángel Gallardo al frente del PSOE extremeño han sido el epílogo de un desplome que algunos vaticinaban, pero quizá no con tal virulencia. La noche electoral se saldó con la pérdida de 108.000 votos y el retroceso a un suelo histórico de 18 escaños, una sentencia política a un líder que llegaba a la campaña lastrado por su procesamiento por la contratación del hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz.
Gallardo admitió el domingo que el resultado fue “malo sin paliativos”, pero retrasó su dimisión, que todos daban por hecho, a la reunión este lunes de la Ejecutiva del partido. “No lo he hecho anoche por respeto a vosotros”, ha dicho en ese encuentro. Fuentes socialistas aseguran que la decisión estaba tomada desde la noche electoral cuando incluso tuvieron que “frenarle” para que sopesara antes todos los escenarios posibles y valorara con Ferraz la mejor situación en la que dejar al PSOE de Extremadura. Este extremo ha sido confirmado por Gallardo, que ha afirmado que el domingo por la noche comunicó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su decisión de abandonar todas las responsabilidades orgánicas.
En la mañana del lunes se produjeron los contactos con el PSOE nacional, en concreto con la secretaria de Organización, Rebeca Torró, con quien acordó una gestora que se hará cargo del partido hasta la celebración de un Congreso Extraordinario. De esta forma, el PSOE extremeño se queda en una situación de interinidad y sin una voz clara para afrontar el inminente proceso de investidura, justo cuando la candidata del PP y presidenta de la Junta, María Guardiola, ha anunciado el inicio de una ronda de contactos tras ganar las elecciones autonómicas, pero lejos de la mayoría absoluta que buscaba con el adelanto electoral.
La reunión de la Ejecutiva regional se ha alargado durante más de dos horas y media, y ha sido dura, con reproches de una y otra parte. Pero uno de los momentos más tensos se ha producido cuando el expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra puso sobre la mesa la posible abstención del PSOE para facilitar la investidura de Guardiola y neutralizar la influencia de Vox en el futuro Ejecutivo, después de haber pasado de cinco a 11 diputados (casi el 17% de las papeletas).
La postura de los socialistas tendrá que ser negociada por la gestora, como ha explicado Gallardo, que, no obstante, ha subrayado, en su opinión, Guardiola tiene que gobernar con la derecha tras haber fracasado al haber convocado las elecciones y no haber conseguido la mayoría absoluta, que el PP buscaba para deshacerse del lastre de Vox.
Aunque el exlíder socialista ya no dirigirá el PSOE, sí estará en la Asamblea, puesto que no renuncia a recoger su acta como diputado. “Otra cosa sería traicionar la confianza de las 136.000 personas que nos votaron porque les dije que trabajaría desde el Gobierno o desde la oposición”, ha dicho. Además, ha negado que en la Ejecutiva haya habido voces que le hayan pedido que no tomara posesión de su escaño.
Crónica de una dimisión anunciada
Algunos responsables del PSOE ya avisaron de que la situación de Miguel Ángel Gallardo, acusado de prevaricación y tráfico de influencias por la contratación del hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz, y a la espera del juicio que se iniciará en mayo, lastraría las expectativas electorales de los socialistas. Todas las encuestas también lo advirtieron, pero el PSOE siguió adelante con su candidato como mejor opción para enfrentarse al PP de María Guardiola.
La dimisión de Gallardo cierra su breve etapa de 21 meses al frente del partido, a cuya Secretaría General llegó tras ganar dos primarias con tan solo siete meses de diferencia: la primera, en marzo de 2024 con el 55,7% de los votos y, la segunda en enero de 2025, con el 617%, obligado por la celebración del Congreso Federal en diciembre y ante las críticas internas por su gestión, sobre todo de los socialistas cacereños. En ninguna de las dos citas fue el candidato favorito de Ferraz.
Un mes después de su llegada a la dirección del PSOE, largamente ansiada por Gallardo, comenzó la investigación de la jueza Beatriz Biedma a raíz de una denuncia del pseudosindicato Manos Limpias con recortes de prensa por el presunto 'enchufe' de David Sánchez como coordinador de los conservatorios de la Diputación de Badajoz en 2017, siete años atrás. Ese caso ha sido el que ha marcado el final de actual trayectoria política, que hasta ahora había estado marcada por continuas mayorías absolutas como alcalde de Villanueva de la Serena desde 2003.
El final de la instrucción y su procesamiento coincidió con uno de los episodios más polémicos de Gallardo, al decidir entrar en la Asamblea como diputado, para lo que fue necesaria la dimisión de cinco compañeros, y con ello, conseguir aforarse, con lo que el juicio pasaría al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx).
Sin embargo, en un movimiento inédito, el TSJEx rechazó la competencia y devolvió el caso a la jueza ordinaria, calificando la maniobra de Gallardo como un “inadmisible fraude de ley” que solo buscaba dilatar el proceso y elegir a sus juzgadores. De esta forma, será la Audiencia de Badajoz la encargada de juzgar la causa, algo previsto a partir del 28 de mayo de 2026.
Las acusaciones, lideradas por Manos Limpias y seguidas por Vox, Hazte Oír, PP, Liberum, Iustitia Europa y Abogados Cristianos, piden para Gallardo 12 años de inhabilitación especial para empleo o cargo público, además de tres años de cárcel, la misma pena que solicitan para el hermano de Sánchez, La Fiscalía, sin embargo, ha solicitado en numerosas ocasiones el archivo de la causa.
Al no renunciar al acta de diputado, Miguel Ángel Gallardo volverá a estar aforado, pero en una entrevista con este periódico aseguró que no solicitará que la causa se eleve al TSJEx para no dilatarla más.
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