La portada de mañana
Acceder
El PSOE investigará una posible estafa de miles de euros por Ábalos y Koldo
Crónica - 'Las guerras culturales y la Navidad como arma para excomulgar al rival'
Opinión - 'Feliz año, a pesar de todo', por Neus Tomàs

La falta de sangre obligó a suspender 91 operaciones en Canarias el último año

Intervención quirúrgica.

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

0

La falta de sangre obligó a cancelar y reprogramar un total de 91 intervenciones quirúrgicas no urgentes en Canarias en el último año. Durante el segundo semestre de 2024 los hospitales de las Islas no disponían de reservas suficientes para realizar 48 operaciones programadas. En el primer semestre de este año fueron 43 los procedimientos que se tuvieron que aplazar por el mismo motivo.

Así consta en la respuesta que la Dirección General de Programas Asistenciales del Servicio Canario de Salud (SCS) ha dado al diputado de Nueva Canarias- Bloque Canarista (Nc-Bc) Yoné Caraballo. 

El parlamentario de NC-BC ya había solicitado los datos del primer semestre del año pasado. Y la administración autonómica había cifrado en 41 las cirugías no urgentes canceladas. Es decir, en el último año y medio se han tenido que reprogramar (retrasar) un total de 132 intervenciones en el Archipiélago, según datos oficiales del SCS.  

En una comparecencia en el Parlamento de Canarias el pasado mes de julio, la consejera de Sanidad, Esther Monzón (Coalición Canaria -CC-) defendió que la reprogramación de intervenciones quirúrgicas “ocurre en todos los hospitales” cuando “hay casos urgentes que aconsejan introducir cambios en la planificación”.

Durante aquella sesión en la Cámara regional, Yoné Caraballo le reprochó que “normalizara” que los hospitales de las islas funcionaran “bajo mínimos” en reservas de sangre. 

Crisis en el banco de sangre

El banco público de sangre de Canarias está en crisis. La propia consejera reconoció en esa misma intervención parlamentaria de julio errores de gestión y anunció cambios. El escenario hoy, más de dos meses después, sigue siendo poco halagüeño. 

Hace ya un año que la administración autonómica no publica, como acostumbraba hasta esa fecha, los semáforos con los niveles de reservas de sangre en las Islas. Sin embargo, este periódico ha tenido acceso a los datos de esta misma semana. Y la mayoría de días, los grupos sanguíneos más comunes están en nivel rojo (crítico) o naranja (urgente) tanto en la provincia de Las Palmas como en la de Santa Cruz de Tenerife.  

El nivel rojo implica que el stock es crítico y que se requieren donaciones de manera inmediata para garantizar la atención médica. El naranja significa que el material disponible puede durar de dos a tres días. En este escenario, se complica incluso la asistencia de alguna emergencia, como puede ser un accidente múltiple. 

Las reservas de 0+, uno de los grupos sanguíneos más comunes, estuvieron en nivel rojo al menos desde el lunes hasta el jueves de esta semana, mientras que otros grupos oscilaron entre el rojo y el naranja. Las de A+, el más habitual, se han situado prácticamente todos los días en naranja, aunque en alguna ocasión también han estado en amarillo (stock para cuatro días). Ha habido jornadas con reservas críticas de hasta cuatro grupos sanguíneos.

Protestas de los trabajadores

Los trabajadores del banco de sangre de Canarias se concentraron el pasado 13 de septiembre en protesta por la “mala gestión continuada” en el extinto Instituto de Hemodonación y Hemoterapia de Canarias (ICHH), integrado en el Servicio Canario de Salud desde el 1 de enero.

El personal lleva tiempo denunciando que no se han cumplido en los términos previstos el acuerdo de integración. Por el camino se ha quedado un 30% de la plantilla, más de 60 trabajadores que estaban en unas listas de contratación a las que la administración autonómica sigue sin recurrir porque, según la última información trasladada al personal, la Dirección General de Función Pública no lo ha permitido aún. 

“El servicio se está resintiendo y en los hospitales cada vez hay menos sangre”, advertían los sindicatos en la convocatoria de esa concentración.

Los recortes de personal han obligado a cancelar colectas. “Nos hemos aburrido de contar, pero seguramente ya van por cerca de 400”, señala Daniel Quintero, presidente del comité de empresa del banco de sangre en Santa Cruz de Tenerife (por Comisiones Obreras) hasta que el SCS cesó a los 14 representantes de los trabajadores en una decisión que estos han calificado de “represión sindical” y de “inaudita” en la administración pública y que se encuentra judicializada, pendiente de que se celebre en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) una vista que ya ha sido cancelada dos veces y que ha vuelto a ser señalada para el 18 de noviembre.

Merma en la calidad de vida de los pacientes

Los trabajadores inciden en la merma de la calidad de vida de los pacientes crónicos. Cada colecta significa entre diez y quince donaciones. Es decir, que se puede haber perdido más de 5.000 donaciones. Se calcula que Canarias necesita unas 300 bolsas al día. 

En abril hubo que suspender un trasplante de pulmón programado en el Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria por falta de componentes sanguíneos. A juicio de Quintero, este caso ilustra “las consecuencias más críticas de la escasez de stock”, porque este paciente, con un grado de salud “muy delicado”, quedó expuesto “a un riesgo serio” hasta que al final pudo someterse a la intervención. 

Un mes antes de esa suspensión, el sindicato Co.bas, el principal del banco de sangre en la provincia de Las Palmas, había remitido un escrito al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en el que le advertía de que el “alarmante” descenso en el número de donaciones estaba retrasando cirugías y tratamientos, “obligando a los pacientes a esperar que se dispongan de los hemocomponentes necesarios, alargando los tiempos de espera y los días de ingreso hospitalario”. 

En esa carta, el sindicato recordaba que Canarias sigue teniendo el índice de donaciones más bajo de todas las comunidades (27,89 por cada 1.000 habitantes en 2023, año de las últimas cifras publicadas) y que en 2024 se habían obtenido 2.360 donaciones menores. 

Ahora se conoce que en el último año han sido 91 las operaciones no urgentes que se han tenido que cancelar en el Archipiélago. Yoné Caraballo incide en los perjuicios que esas suspensiones tienen, por ejemplo, para una paciente que tiene que someterse a una intervención de cadera. “Después de meses esperando, cuando le toca operarse la llaman dos días antes para cancelar por falta de sangre suficiente en esos días en ese hospital. El servicio de Hematología no da garantías de que pueda realizarse esa operación con seguridad y se pone de nuevo en espera a esa paciente a saber cuánto tiempo más para volver a poder tener disponibilidad para la intervención”, explica el diputado canarista. “Es un desastre y un peligro”, sostiene.

Daniel Quintero señala que esas cancelaciones suelen producirse en el preoperatorio. Es decir, que se comunican al paciente estando ya en una planta del hospital, preparándose para entrar en quirófano. “No solo fracasa la expectativa de la persona de salir con una operación que tenía prevista, para la que igual habrá pedido días de permiso, sino que también la sanidad pública ha tenido que bloquear una cama para esa intervención, ha tenido que preparar un preoperatorio, ha invertido un personal… Todo eso lleva un coste sanitario y esa operación no se lleva a cabo por la falta de sangre” lamenta. 

“Es retrasar la mejora de la salud de esa persona”, subraya Quintero, que dice tener constancia también de situaciones de riesgo, por falta de sangre en los hospitales, para pacientes con aneurismas de aorta (dilatación o abultamiento en la arteria que transporta sangre del corazón al resto del cuerpo). “No solo se suspenden operaciones de cadera, que ya son importantes porque en eso va la calidad de vida del paciente”, advierte el trabajador, que considera que habrá más cancelaciones “porque cuando no hay sangre no hay movimiento y eso acaba generando otros atrasos”.

Otros tratamientos terapéuticos

El trabajador explica que solo el 33% del producto hematológico se destina a las intervenciones quirúrgicas. El 66% se utiliza para tratamientos terapéuticos, como las transfusiones de plaquetas o de glóbulos rojos en los hospitales de día. “Hay muchos pacientes crónicos que necesitan esas transfusiones para tener una calidad de vida digna y esas personas también se están viendo afectadas” por la escasez.

Según la dirección general de Programas Asistenciales del SCS, no constan procedimientos terapéuticos suspendidos por falta de sangre. “Cuando no hay plaquetas suficientes, se tiende a recortar, se bajan los baremos. Si hablamos de un criterio de transfusión por debajo de las 10.000 plaquetas y no hay para todos, se le pone primero a los que tienen menos de 6.000, por poner un ejemplo, y a los de 10.000 se les hace otra analítica a ver si van aguantando de una u otra manera (...) O si se transfunden glóbulos rojos cuando la hemoglobina está por debajo de 6 y no hay suficiente, se les pone a los que la tienen por debajo de 5 y a los otros, mientras tanto, se les pone hierro. Esto es como cuando tienes cinco hijos y cuatro yogures. Tienes que partir lo que tienes”, ilustra Quintero.

El cesado presidente del comité de empresa en Santa Cruz de Tenerife lamenta, además, que tras veinte años de lucha el banco de sangre siga sin disponer del certificado CAT (Calidad en Transfusión). “No tener un certificado de ese nivel puede poner en riesgo la calidad de los productos hematológicos que se extraen”, señala. Y pone el ejemplo del plasma, que tiene dos destinos. Una parte se transfunde directamente. Por ejemplo, a personas que han sufrido graves quemaduras. Otra se envía a la industria para elaborar medicamentos. Ese plasma está sujeto a estrictos controles, se audiita por una empresa externa, la multinacional Grifols, que es la responsable de fabricar los medicamentos que después se utilizan para transfundir a los pacientes

Quintero advierte de que “la mala gestión en términos de calidad” puede tener una repercusión “tremendamente negativa” si se llegara “a perder todo el plasma que se extrae”. “Si la operativa no funciona, la población canaria tendría que contribuir con prespuesto público a comprar más medicamentos en el mercado, en lugar de conseguirlos a partir de las donacines locales. Es una espada de Damocles, porque si las empresas externas no dan el visto bueno, el banco de sangre se enfrenta a un problema tremendo. Las certificaciones son vitales”, concluye.

Los trabajadores lamentan que al frente de la Dirección General de Hemodonación y Hemoterapia hayan situado, “por una cuota política del pacto entre Coalición Canaria y Unidos por Gran Canaria)”, a Iván Santiago Falcón, “un director sin experiencia, sin capacidad de gestión, sin liderazgo y que no ha dado ninguna solución a los problemas del personal del banco de sangre”. “Hay un problema laboral que afecta a nuestras condiciones de trabajo, porque las pérdidas de personal han supuesto un incremento de horas extra, un incremento de las cargas laborales, pero eso se ha convertido ya en un problema social”, concluyen.

Etiquetas
stats