Las tripas podridas del viejo Playa del Inglés

El centro de la noche del Sur de Gran Canaria durante las tres últimas décadas del siglo XX se cae a cachos. El Metro, junto a la Kasbah, fue punto de referencia inexcusable del ocio nocturno de Playa del Inglés durante veinte largos años, pero su deterioro y abandono constante, al tiempo del crecimiento de otraz zonas turísticas dentro Maspalomas, han convertido este vetusto centro comercial en carne de piqueta.

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana está solo a la espera del informe jurídico que de cobertura a los informes previos ya realizados por técnicos municipales -un ingeniero, un arquitecto y un aparejador, además de un médico- que desvelan las tripas podridas del corazón de Playa del Inglés, en un recinto abocado al cierre en cuanto las consejerías de Industria y de Sanidad tengan conocimiento oficial del estado.

Los informes técnicos a los que ha accedido CANARIAS AHORA describen la estructura del centro comercial casi como ruinosa. Las armaduras del inmueble sugren de hidroxidación y están en muy mal estado y las estructuras no están recubiertas para protegerlas contra el fuego.

Locales del centro comercial como el Kopas y el Gaucho han provocado, según estos informes, que las cargas extras que soporta la estructura del centro comercial Metro haya llegado a su “límite tensional”, desprediéndose trozos del techo, por ejemplo, del local de alterne Pigmaleón, justo debajo del Kopas.

Los análisis efectuados por los técnicos obligaron también al cierre de todo un pasillo del centro comercial, debajo del local Kopas que fue reconvertido en el Gran Night Club, aparte de otras anexiones y variaciones de la estructura, como cambios de las escaleras de acceso, que fueron realizadas por los comuneros.

La situación del Metro no solo afecta a las cargas y tensiones estructurales, con las consiguientes grietas y fisuras que soporta, sino también a prácticamente todo su falso techo, completamente caído, y que deja todo el cableado a la vista. De ahí que las instalaciones eléctricas sean en estos momentos muy deficientes.

La sala de máquinas de la infraestructura también presenta un estado precario, a la vez que carece de detección de incendios mediante el sistema algorítmico y de extractores de humo y de aspersores. Tampoco tiene el centro comercial un detector de análisis y control de monóxido de carbono ni extintores, según los informes técnicos municipales.

Incluso en los estantes donde deben estar guardadas mangueras en caso de incendios, en muchas de ellas no se han repuesto y lo que han hecho los comuneros en algunas cajas es pintar unas mangueras rojas para disimular su ausencia.

El informe no deja lugar a dudas sobre la situación caótica del Metro: “En caso de incendio u otra desgracia es una ratonera con muchísimas trampas y sin salida”, apuntan los técnicos, que también desde el punto de vista de la salubridad se destaca la falta total de higiene en algunas de sus plantas bajas.

Etiquetas
stats