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Lo más destacado de 2023 Santander

El día que todo pudo cambiar en Santander para que todo siguiera Igual: la moción de censura que pasó de largo

Una imagen para el recuerdo. De los portavoces del PSOE, PRC, UxS y Cs en el Ayuntamiento de Santander la pasada legislatura solo queda el socialista Daniel Fernández.

Javier Fernández Rubio

Santander —

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Sin despeinarse, sin molestarse en salir del despacho, la moción de censura que pudo descabalgar al PP y a Gema Igual de la Alcaldía de Santander se desvaneció con el mismo poco entusiasmo con que hizo acto de aparición y sin ningún esfuerzo por parte de quien más peligro corría y que unos meses después obtendría la mayoría absoluta en las elecciones del 28 de mayo. Y aunque el ectoplasma de la renovación política en un Consistorio que no ha conocido más color que el azul no asustó a los populares, los números habían dejado la puerta abierta a que PSOE, PRC, Unidas por Santander y Ciudadanos tuvieran en su mano una alternativa a la gobernabilidad de la capital de Cantabria.

Unos meses después, el peloteo de las declaraciones políticas volvió al corral del salón de plenos con una mayoría absoluta del PP que convertía en insípida la política municipal, salvo por un hecho: los populares han alcanzado también el poder político en Peña Herbosa y, aparte del respaldo económico de las arcas regionales, Gema Igual ha conseguido un aliado importante como es el Puerto de Santander, a cuya Presidencia se ha aupado quien fuera su valido durante tantos años, el exconcejal de Fomento y exteniente de alcalde, César Díaz (PP).

Ciudad y Puerto no solo se han teñido este 2023 del mismo color azul, sino que el peso político del PP de Santander ha ganado enteros dentro de una formación en donde las relaciones con la dirección autonómica que preside María José Sáenz de Buruaga no eran por dentro como parecían por fuera. Con un tercio de la población y el 19% del PIB regional a mano, el del Puerto, el peso político de Gema Igual, vicepresidenta de la Federación de Municipios de España y diputada por primera vez en el Parlamento de Cantabria, ha subido como la espuma.

PSOE, PRC, Ciudadanos y Unidas por Santander sumaban la pasada legislatura 15 concejales partidarios de una moción de censura, un voto más de los necesarios, ya que la mayoría absoluta se sitúa en 14 representantes en el salón de plenos de la Corporación. Todo empezó como siempre empieza, por un hecho puntual: el monumental cabreo ante el último bloqueo a la apertura de una comisión de investigación que esclareciera cómo habían sido durante años las relaciones de poder entre el PP y el adjudicatario de la recogida de residuos, Ascan. Si a eso se le añade la proximidad relativa de las elecciones, la situación era propicia.

Pero no lo suficiente. El portavoz de Ciudadanos y socio de Gema Igual, Javier Ceruti, estaba por dar el paso; y hasta el que en apariencia debiera ser el más reacio, Miguel Saro, de la coalición Unidas por Santander que integraba a IU y Podemos, declaró que “cualquier cosa” con tal de desalojar al PP de la Alcaldía. Fueron PRC y PSOE los que frenaron los caballos, pidiendo a Ceruti que diera el primer paso, y que ese paso fuera romper con el PP, por no citar un respaldo de la cúpula inexistente de Ciudadanos [en proceso avanzado de inmolación en todo el país] a la jugada.

Por detrás, entre bambalinas, pesaban más intereses personales por ser el candidato alternativo en la moción, y por lo tanto alcalde potencial, direcciones regionales que no estaban por la labor de dar la alternativa a portavoces que no les eran afines, o sencillamente desgana. Los partidos mayoritarios lo fiaron todo a los comicios, sin caer en que las oportunidades no pasan dos veces y que estaba al caer la...

Mayoría absoluta del PP

El Partido Popular obtuvo 37.773 votos (43,40%) y 14 escaños, un 8% más de sufragios que en 2019. Ante la mayoría absoluta de Gema Igual, era irrelevante que los socialistas fueran la segunda fuerza más votada, ya que la suma con el resto de formaciones hacía que los dados ya no arrojaran números suficientes. Por si fuera poco, Vox, el partido de extrema derecha, triplicaba su resultado y sentaba a tres ediles en los escaños del pleno.

A partir de ahí, el Ayuntamiento ha proseguido su marcha en la segunda mitad del año como lo empezó. Lo que ocurrió con la gestión de las basuras sigue sin conocerse y las calles siguen con contenedores destrozados y un contrato en precario que ya dura dos años; la sobreexposición mediática de Gema Igual sigue gozando de buena salud mientras el callejero luce los nombres franquistas como si la Ley de Memoria Democrática fuera para otros. Las carreras populares, corridas taurinas, homenajes a la bandera, golpes de pecho patrióticos y pasos procesionales siguen a la orden del día, dependiendo de la estación del año.

El único cambio que se ha producido es que la ciudad al final obtuvo un presupuesto... que ya no conocerán tres de los portavoces de la oposición protagonistas de la pasada legislatura: Javier Ceruti, de la 'familia liberal', Miguel Saro, de Izquierda Unida, y José María Fuentes Pila, el regionalista que aspiraba a renovar portavocía y que recibió la humillación de Miguel Ángel Revilla de hacerle presentar públicamente a su sucesor, Felipe Piña.

Sin grandes proyectos ni ilusiones, pero un presupuesto al fin y al cabo, algo desconocido en los dos años anteriores en que socios incómodos, como Ciudadanos, y una oposición pejiguera impedía que las cuentas se acompasaran con la realidad. Pero eso ya es historia, como la moción de censura que pudo ser y se dejó escapar.

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