La protección del lobo será efectiva una vez se publique la orden ministerial en el BOE y convertirá en papel mojado el Plan de Gestión de Cantabria
Pese a lo oposición a la nueva clasificación del lobo como especie de especial protección y por lo tanto no cinegética, la inminente publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la Orden del Ministerio de Transición Ecológica que lo incluye en Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) será de inmediata aplicación, se recurra o no. Una de las organizaciones conservacionistas más beligerantes para que esto se haya llevado a efecto, la Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico (Ascel), ya ha avisado de que una de las consecuencias de la decisión ministerial es la derogación del actual Plan de Gestión de Cantabria, que permite batidas anuales del 'canis lupus' para purgar su población, y avisa igualmente de las responsabilidad en que pudieran incurrir quienes firmen órdenes de caza una vez se publique la resolución en el BOE.
La Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad aprobó la medida en una decisión votada la pasada semana por las autonomías y fundamentada en un dictamen científico. La reacción de las cuatro autonomías que se oponen -Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León- ha sido de oposición radical, llegando a utilizar un lenguaje bélico para reflejarlo, y han abierto un cisma en el Consejo de Ministros ya que el responsable de Ganadería, Luis Planas, se opone al dictamen patrocinado por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
El consejero de Desarrollo Rural cántabro, Guillermo Blanco, ha hablado de “guerracivilismo” entre ecologistas y ganaderos y, arropado por representantes de los últimos en un encuentro mantenido este pasado lunes, ha expresado su 'no' rotundo a la declaración. Previamente había anunciado que mientras él siguiera de consejero se seguiría con las “extracciones” (muertes) de lobos, 34 según las previsiones del cupo aprobado para este ejercicio. En Cantabria, Podemos ya ha pedido su dimisión.
Como en todo lo relacionado con el lobo, la situación es de gran confusión acerca de la población de cánidos afectada. La decisión ministerial se adoptó por considerar que la especie está en peligro, al tiempo que puso en valor “su importancia como patrimonio cultural, científico, así como los servicios ambientales que produce la presencia de esta especie en los ecosistemas naturales”. No obstante, el consejero cántabro de Desarrollo Rural, que lo es también de Medio Ambiente, considera no solo que no hay peligro de extinción sino que la población de lobos se ha multiplicado por cinco en los últimos años, lo que pone en cuestión la misma efectividad del Plan de Gestión que defiende Cantabria como herramienta de control del número de ejemplares.
Derogación del Plan de Gestión
“Las autonomías y responsables de Medio Ambiente están pataleando y agarrándose a asunciones ideológicas y sectoriales, en vez de velar por el interés general que prevalece sobre intereses particulares”. Quien así se pronuncia es Ascel, que ha pedido a la Consejería que derogue el Plan de Gestión, que tiene impugnado la propia organización en los tribunales así como los dos últimos cupos dictados.
Un portavoz de Ascel ha señalado a elDiario.es Cantabria que la Orden ministerial, cuando se publique, conlleva obligatoriamente “adecuar el estatus del lobo en Cantabria. Y si no lo hacen, se tendrán que enfrentar a las consecuencias. El Plan de Gestión del Lobo de Cantabria es el instrumento legal que ampara la caza y los controles de lobo y deberían derogarlo inmediatamente cuando se publique en el BOE, apelando a una buena gobernanza y al Estado de Derecho. Y si no, serán responsables por no hacerlo y eso tiene consecuencias”.
“Las comunidades autónomas, una vez publicado, están en su derecho de oponerse y presentar recurso. Pero esos recursos no invalidan el acto administrativo de la decisión ministerial, por tanto, la inclusión del lobo en el Lespre sería un hecho cuando se publique en el BOE y a las consecuencias de infringir ese acto se verían vistos todos aquellos que firmen y aprueben resoluciones de caza y control de lobos en el Gobierno de Cantabria u otros”, ha añadido el portavoz de la organización conservacionista.
Ascel, asimismo, ha denunciado que los estudios de la Consejería han sido realizados por consultorías ambientales que sobresestiman la población. “Los grupos de lobos de promedio están integrados por 4-2 ejemplares según los trabajos científicos. Asume el Gobierno de Cantabria un 100-130% más”.
Mientras la batalla política y jurídica se recrudece, la muerte de lobos se sigue produciendo. Ascel dice tener confirmado “que se están intensificando los controles letales de la guardería, hechos hasta con visores nocturnos, para matar todos los lobos de un grupo de Campoo de Suso, un grupo al que ya habían matado todos los ejemplares adultos reproductores e incluso, en verano, un cachorro de siete kilogramos”.
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