LegumbreViva: “Hemos abandonado las legumbres durante 60 años y recuperarlas es responsabilidad de todos”

Tras “un abandono de 30 años” el cultivo de leguminosas está en un momento de expansión gracias a sus efectos beneficiosos sobre los suelos y la salud de los consumidores, aunque aún tiene una serie de problemas que tienen que atajarse por parte de las administraciones y el sector.

Esta es una de las conclusiones de la segunda mesa de debate que tuvo lugar en la I Jornada LegumbreViva que se celebró ayer en Cabañas de la Sagra, organizada por elDiario.es Castilla-La Mancha y su sección Agroalimentaria.

En la mesa, integrada por investigadores en diversos campos relacionadas con las legumbres, intervinieron Alfonso Clemente, director e investigador científico de la Estación Experimental del Zaidin en Granada; Diego Rubiales, doctor ingeniero agrónomo y profesor del investigación del CSIC; y Carlos García-Villarrubia, responsable de experimentación agraria del CIAPA (Centro de Investigación Apícola y Agroambiental) de Marchamalo (Guadalajara) organismo dependiente del IRIAF.

Alfonso Clemente, que centró su disertación sobre nutrición y salud en el consumo de legumbres, también puso en valor “no solo la calidad de nuestras legumbres sino el impacto que tienen sobre la sostenibilidad, la ordenación del territorio y su importancia en nuestra soberanía alimentaria”, pero también puso sobre la mesa problemas como la desorganización del sector.

“Los distintos actores está muy desconectados, cada un tenemos una visión diferente, el investigador tiene una visión, el agricultor, el envasador, el industria. El Ministerio de Agricultura ha hecho un esfuerzo de reunirnos a todos pero no ha sido suficiente, debe ser un esfuerzo continuo y sin esa organización los esfuerzos que hacemos de manera independiente no son suficientes”, apunto y destacó en este punto la necesidad de asociarnos poniendo como ejemplo los consejos reguladores de las figuras de calidad: “Les ha hecho mucho bien el estar junto, tener visión de que juntos somos mejore que separados. Sin todo eso podemos reunirnos mil veces, pero seguimos dando vueltas a lo mismo, es momento de sentarnos a la mesa y ver esa unión del sector”, durante el turno de preguntas tras las intervenciones.

Clementé destacó en su ponencia la importancia de las legumbres en “nuestra cultura gastronómica,  nuestra cultura en mayúsculas. Forman parte de nuestra cocina tradicional mediterránea y también de la más innovadoras. Las legumbres se encuentran en la base de nuestra pirámide como alimentos básico de nuestra dieta”.

 “Los valores nutricionales son muy elevados debido al alto contenido en proteínas, tiene bajo niveles de grasa y altos nieves de carbohidratos algunos de ellos no digeribles”, esto es importante, señaló, porque “estos carbohidratos y la fibra dietética que mejoran nuestra salud intestinal de distintas maneras, generando una serie de productos beneficiosos para la salud”.

Ello afecta a la “mejora de la diversidad de la microbiota intestinal y esto está directamente relacionado con la mejora en nuestra salud. Reducen el nivel inflamatorio basal y mejora la integridad de la barrera epitelial, reduce enfermedades crónicas como la diabetes o la obesidad”, señaló.

Las proteínas de las legumbres tienen elevada calidad nutricional, el contenido proteico es entre dos y tres veces superior a los cereales, además la ausencia de gluten la hace adecuada para una población celiaca“, presentan bajo contenido lipídico, a excepción del garbanzo que tienen un 7% pero son grasas insaturadas, como el ácido oleico y linoleico.

Clemente concluyó señalado que “el consumo de legumbres recomendado es de tres raciones por semana y estamos lejos de ese consumo. Son recomendadas en dietas de bajo contenido en grasa, esta indicado en dietas de adelgazamiento, en dietas de pacientes diabéticos y son fundamentales en la dieta vegetariana.

Diego Rubiales: “Pasado, presente y futuro”

Diego Rubiales centró su intervención en “el pasado, presente y futuro de las legumbres.”, En este sentido empezó siendo muy crítico al afirmar que “todos tenemos parte de culpa en que lo de las leguminosas no funcione porque las hemos abandonado durante 60 años” y recuperarlas “es responsabilidad de todos como padres, como sociedad, como investigadores, como consumidores”.  

Así puso de manifiesto la paradoja de que consumimos mucho menos pero “aún tenemos que importar. No somos capaces de ofrecer al agricultor las condiciones para que las produzca de forma rentable y las venda bien y como resultado es más fácil comprar un barco que te lo ponen en el puerto con legumbres de una calidad uniforme y aun precio más bajo”.

Destacó cómo Canadá, que “hace 30 años no sabía lo que era una lenteja, han sido capaces de convertirse en los mayores importadores haciendo innovación, políticas y asociacionismo”.

Apuntó también la importancia de las proteaginosas en general porque “a nivel macroeconómicos en España lo importante es la alimentación animal, pero lo malo es que el cultivo en España ha descendido por culpa de las circunstancias y de que no hemos sido capaces de ponerle solución”.

Hace 30 años Canadá no sabía lo que era una lenteja, han sido capaces de convertirse en los mayores importadores haciendo innovación, políticas y asociacionismo

No obstante, manifestó que “esta tendencia se está revertiendo y es gracias a los activistas sociales, porque en los últimos diez años ha habido gran preocupación por el medioambiente, por  reducir la contaminación, y eso está haciendo que la gente vuelva a pedir alimentos más sostenibles y legumbres, y que se cultiven, no es por la PAC”.

Así, decía, “llevamos unos 15 años en los que en Europa, tras una tendencia decreciente anterior, empieza a haber aumento. Ha despegado la soja y es soja básicamente para consumo humano, variedades nuevas desarrolladas en Europa no transgénicas. En España la soja tiene un techo, ya que es un cultivo que necesita agua y España es mayormente de secano”.

También puso de manifiesto como en Europa hay enorme interés en variedades de legumbres sobre todo garbanzos y lentejas, mayor que en España.

En España la superficie fue bajando pero en los últimos 10 empieza a despegar, y todo viene debido al consumo. Un consumo que está en recuperación, así este investigador abundaba en que “en los años sesenta, el consumo en la población española era de 13 kilos de legumbre y 20 kilos de carne por persona y año, mientras que en 2013 era de 3 kilos de legumbres y 60 kilos de carne. Los nutricionistas dicen que debe ser al revés”.

A su juicio, “en España está aumentado el cultivo del guisante proteaginoso para pienso, pero lenteja y garbanzo ha aumentado poco y hay que actuar en las figuras de calidad”, un tren que hay que coger porque “los canadienses también tiene programas de desarrollo de variedades pensando en el mercado español” centradas en la mejora de la calidad: “Dentro de poco se nos acabará esta excusa de que nuestra legumbre es de mayor calidad”, apuntaba.

Por todo ello, señalaba la necesidad de actuar en una doble vertiente, fomentado el consumo y facilitando los medios para que sea rentable para el agricultor cultivarlo aquí porque si no “favorecemos la importación” de legumbres de otros países.

Para finalizar puso la vista en “sacar variedades nuevas que satisfagan la necesidad del productor y de la industria”.

García-Villarrubia: debilidades y fortalezas

Por último, Carlos García-Villarrubia, investigador del CIAPA con sede en Marchamalo, con una ponencia sobre el ‘Análisis DAFO del cultivo de leguminosas de consumo humano. Garbanzo y lenteja’ se centró en las debilidades y las fortalezas de este cultivo.

Así entre las amenazas externas señaló los dientes de sierra en producción que hay en las legumbres provocados por el cambio climático “con heladas tardías, golpes de calor, factores ambientales que están impactando en esos rendimiento” y en este sentido, señaló la importancia de contar con una “semilla certificada para corregir los problemas que se puedan encontrar en los cultivos” y el apoyo de la investigación para ello.

“Esto es un problema, si no sembramos semilla certificada ¿cómo protegemos en cultivo?”, se preguntaba.

Y en las fortalezas de las leguminosas destacó la importancia de la rotación de los cultivos con leguminosas para favorecer la salud del suelo. Fue muy claro al señalar la importancia del suelo para la calidad de las producciones: “Las lentejas son buenas aquí porque la tierra es buena. Las figuras de calidad se tienen que relacionar con el suelo, donde hay suelo hay lenteja”.

También puso sobre la mesa “la potencia de la comunidad, en garbanzo y sobre todo en lenteja”.

Y en el capítulo de las oportunidades y tras apuntar que “la agricultura subvencionada es mal negocio, es mejor tener precio, tener rentabilidad”, relató el apoyo institucional desde la “Unión Europa, a través de los ecoesquemas y también desde el Plan Proteico e incluso Castilla-La Mancha tiene una línea que está reestudiando para establecer ayudas para no perder esa variabilidad genética que tenemos y hay otras comunidades que ponen en marcha ayudas de apoyo al agricultor para poder comprar semilla certificada”.

La agricultura subvencionada es mal negocio, es mejor tener precio, tener rentabilidad

Hay más herramientas para mejorar la producción como “la biotecnología, intentando ahorrar costes también se pueden impulsar cambios normativos para que se puedan emplear cuestiones de agricultura 4.0, también hay que trabajar en el canal corto de comercialización, promover microempresas que fijen empleo en el medio rural”, apuntó.

También, como ya se había apuntado en esta mesa de debate señaló que  “hay que impulsar el desarrollo de variedades comerciales, las instituciones tienen que impulsar que el agricultor emplee este tipo de material genético, si no seguimos sembrando la lenteja de nuestro abuelo y es buena pero no nos ayuda”.

La jornada terminó con la clausura por parte del director de Alcampo Toledo, Manuel Duque, que puso de manifiesto la preocupación de los últimos años del consumidor por las producciones locales. Esta empresa que lleva como lema “comer bien y vivir mejor cuidando el planeta”,  se centra en ofrecer alimentos de calidad y en el producto local. Duque puso como ejemplo cómo han introducido en esta superficie de Toledo una empresa de dulces de la localidad toledana de Polán hace dos semanas y “está vendiendo muchísimo más que Donuts”.

La jornada, que cuenta con el patrocinio de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, 'Campo y Alma', Eurocaja Rural y Alcampo, y con la colaboración del Ayuntamiento de Cabañas de la Sagra, concluyó con un guiso de lentejas producidas en la localidad toledana para todos los asistentes.