Piden que el seguro de la uva incluya los golpes de calor como riesgo principal
La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) Castilla-La Mancha ha dirigido sendos escritos a Agroseguro y ENESA para poder abordar la inclusión de los golpes de calor como riesgo principal a la hora de contratar el seguro de la uva de vinificación. Desde la organización afirman que las altas temperaturas han afectado al ciclo vegetativo normal de la planta, produciendo un estrés hídrico severo que se traducirá en una reducción de la producción.
Recuerdan que se considera que una temperatura por encima de los 35 grados ya repercute en el normal desarrollo de la planta y, este año, debido a las olas continuas de calor “son muchas” las comarcas agrarias que se han incluido en nivel amarillo, e incluso naranja, por temperaturas máximas.
El calor, continúan, ha afectado a la maduración del fruto, influyendo en los primeros estadios de floración de la planta. Esto, se verá reflejado “no sólo en una merma de la producción sino en una bajada de la graduación de la uva”. Y el seguro, actualmente, el seguro de uva de vinificación cubre los daños en producción por helada, marchitez, pedrisco o riesgos excepcionales, tales como la fauna silvestre, incendios, inundación o lluvia torrencial.
En cuanto a adversidades climatológicas, se consideran amparadas las pérdidas producidas por aquellas condiciones climáticas adversas no recogidas en las definiciones de los riesgos anteriormente descritos y que puedan constatar en la, no siendo controlables por el agricultor, sean constatables tanto en la explotación asegurada como en la zona en que se ubique, entre las que se incluirían la afectación por los golpes de calor.
Sin embargo, desde ASAJA señalan que cada riesgo asegurado tiene un tratamiento diferenciado, a la hora de fijarse el daño mínimo asegurable o la cobertura máxima. En el caso de las pérdidas por adversidades climáticas (golpe de calor) se establece una franquicia del 30% y una cobertura máxima del 60% de la explotación. Sin embargo, en el caso de la helada, el daño mínimo indemnizable es del 10% y la cobertura máxima, el 80% de la explotación.
Es por ello que ASAJA cree que es necesario que se revise el seguro de uva de vinificación, “adaptándolo a las necesidades de nuestros viñedos” para que los agricultores estén cubiertos de las olas de calor que se “sucederán año tras año”. Señalan que el riesgo de golpe de calor es más una realidad que un hecho excepcional, razón por la que solicita a las entidades aseguradoras que se trate “con el rigor necesario, con el fin de garantizar la mínima viabilidad económica de las explotaciones en años como este”.
Por eso, consideran que debería reducirse la dimensión de la superficie dañada, a nivel de parcela y no de explotación, como está ahora, ya que, según las condiciones actuales del seguro, es muy difícil que un agricultor pueda cobrar la indemnización por golpe de calor al tener que demostrar que está dañada toda la explotación y el siniestro está generalizado en la zona. Además, consideran que no debe suponer un aumento del precio del seguro sino adaptarlo a las necesidades reales puesto que, actualmente, se aseguran daños, como la helada, por los que, a penas se dan partes y, sin embargo, están incluidos en el precio del seguro.
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