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Castilla-La Mancha, entre las comunidades más afectadas por la pobreza energética

Concentración contra la pobreza energética en Albacete. Foto: Albacete Capital.

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Junto con Murcia, Extremadura, Andalucía y Cataluña, Castilla-La Mancha se sitúa entre las zonas más afectadas por este tipo de pobreza, que se ha visto severamente agravada por la actual crisis económica y los altos índices de desempleo, provocando un incremento de la vulnerabilidad energética en todos los hogares españoles. Por el contrario, Asturias, el País Vasco y Madrid son las menos afectadas por este problema. Los indicadores del estudio señalan que en todo el territorio español se dan dos tipos de pobreza energética, asociada a climas fríos, con un gasto desproporcionado durante el año, y la asociada a climas más cálidos, en los que los hogares se declaran incapaces de mantener la vivienda a una temperatura razonable. La falta de eficiencia energética es el punto en común de ambas situaciones.

Aumento de los ingresos dedicados a la factura

El estudio se basa en los resultados del año 2012, que contiene los últimos datos disponibles al respecto, y fue creado con el apoyo de la Obra Social La Caixa, la Fundación La Casa que Ahorra, Gest-Solidaridad y la Fundación Conama. El documento indica que uno de cada tres hogares sufre de pobreza energética, implicando así a siete millones de ciudadanos en todo el país, un 17% de los hogares, haciendo urgente la necesidad de una estrategia nacional para prevenir y mejorar la situación, sobre todo mejorando el concepto de la eficiencia energética en los edificios, lo que se presenta como la solución más óptima a medio y largo plazo.

El porcentaje dedicado al pago de las facturas energéticas en estos hogares creció en un 34% en dos años, alcanzando el 10% de los ingresos familiares. De igual modo, el número de personas que se declaran incapaces de mantener su vivienda aumentó en un 50% entre 2008 y 2012, mientras que alrededor de 4 millones de personas se ven incapaces de mantener su hogar a una temperatura adecuada durante los meses de invierno, lo que significa un 9% de la totalidad de los hogares españoles. En la misma línea, más de tres millones de personas realizaban un gasto desproporcionado en sus facturas de energía, lo que supone un aumento del 3% al 11% entre el 2007 y el 2012. Los hogares de jubilados han sufrido también este incremento de los gastos, subiendo del 13% al 21% en el mismo periodo de tiempo.

Los problemas del enclave rural

La diferencia entre zonas rurales y urbanas es esencial a la hora de tratar la pobreza energética, en cuanto implican realidades muy diferentes que necesitan estrategias también diferentes, sobre todo en relación a la densidad de la población. Las zonas rurales, con menos población, son las que más sufren los gastos desproporcionados en las facturas de la luz, lo que, según el estudio, afecta a 3 millones de personas, frente a los 2 millones y medio de personas en las zonas urbanas. Sin embargo, ambas zonas han sufrido el aumento de porcentaje de hogares que sobrepasan el 10% de sus ingresos en las facturas energéticas. En las zonas rurales el porcentaje subió en un 100% entre 2007 y 2012, mientras que en zonas urbanas, sufrió un incremento del 140% entre los mismos años.

La mortalidad asociada a la pobreza energética registra más de 7000 fallecimientos, que supera con creces las muertes por accidentes de tránsito en España. El estudio indica también que el riesgo de una muerte prematura es mayor en las comunidades con climas más templados.

Posibles soluciones al problema

Diversas soluciones se han planteado desde 2012 por variadas iniciativas políticas en el Congreso de Diputados y en distintos parlamentos autonómicos, las que han sido también revisadas por el estudio. Así, se recogen posibles estrategias de solución, como es la redefinición del bono social de la actualidad, la involucración total de los actores implicados, entre los que deben estar los consumidores y las compañías energéticas, así como la puesta en marcha de un plan de rehabilitación energética que tenga en cuenta el problema de la pobreza energética en sus mecanismos.

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