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TOLEDO

'Ciudad de Vascos', el yacimiento islámico se abre a una nueva etapa alejada de la polémica: “La prioridad es conservar”

Restos de la alcazaba de Ciudad de Vascos, en Navalmoralejo (Toledo)

Carmen Bachiller

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No se sabe a ciencia cierta si llegó a ser una ciudad o medina, pero lo cierto es que lo que conocemos como Ciudad de Vascos, en la provincia de Toledo es uno de los yacimientos cuyos restos arquitectónicos están entre los mejor conservados de España.

Se encuentra en el término municipal de Navalmoralejo y sigue siendo todo un misterio para los expertos. Se sabe que fue una población islámica de época Omeya. Una más de las tantas que en la época ejercían de frontera con el territorio cristiano. “Cada 50 kilómetros había una. Es el caso de Talavera de la Reina o de Albalat, ya en Cáceres. Incluso Toledo. En el caso de Ciudad de Vascos diría que era casi la ciudad amurallada estándar de Al-Andalus”.

Quien lo explica es Jorge de Juan Ares, investigador y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que coordinará una nueva etapa en la investigación del lugar en la que la prioridad no será excavar en extensión, sino investigar y conservar. Conoce bien el yacimiento porque ya participó como estudiante en 1990 en las campañas de excavación -con contrato de la Junta de Castilla-La Mancha a partir de 1994- y allí siguió hasta el año 2006.

Como le ocurría a otras poblaciones, Ciudad de Vascos se construyó junto a las cañadas ganaderas y pasos naturales hacia el sur. “La suerte para nosotros los investigadores es que estuviera en la frontera. Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI, en 1085, fue abandonada en el siglo XII. Nadie la expolió, ni se llevó nada porque se quedó en tierra de nadie y porque no era un lugar especialmente rico”.

 Y así ha seguido hasta nuestra época. Quedó congelada en el tiempo a pesar de las “incursiones marginales de algunos furtivos”, comenta este arqueólogo profesional que también ha centrado buena parte de su carrera en la investigación.

En particular ha estudiado la producción del vidrio en el Arco Mediterráneo y en la península ibérica a lo largo de la historia. Además, coordinó los trabajos de excavación arqueológica en la Vega Baja de Toledo, el gran yacimiento visigodo de España, entre 2007 y 2010.

Con la crisis financiera de 2008 muchos proyectos relacionados con la arqueología quedaron paralizados, así que Jorge de Juan Ares aprovechó para trabajar en su tesis doctoral ‘Análisis arqueológico de un centro de poder: la alcazaba de Ciudad de Vascos’ que publicó en 2016, bajo la dirección de quien hasta hace bien poco fue el director de los trabajos en este yacimiento toledano, Ricardo Izquierdo. “En aquel momento se trataba de definir lo que era una alcazaba que, aunque parezca mentira, no se había estudiado bien. Por otro lado, analizar si realmente Vascos era realmente una alcazaba, según dicen las fuentes árabes, porque alcazaba es un término castellano”.

Ahora el investigador continuará el trabajo no sistemático que se viene desarrollando en el lugar en los últimos 48 años. Es una etapa de transición en la que se están definiendo nuevos objetivos.

Fue de los primeros yacimientos árabes conocidos de España

Fue en 1975 cuando un grupo de personas, incluido Ricardo Izquierdo, comenzaron a excavar. “Se fueron allí con tiendas de campaña a trabajar. Con todas las polémicas que han rodeado a este yacimiento, hay que destacar las ganas de un grupo de recién licenciado que tuvieron la ayuda de los propietarios. Una ayuda que han mantenido siempre”, destaca.

Ciudad de Vascos es un yacimiento de titularidad privada, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica. El terreno fue adquirido en 1941 y hoy es propiedad de la familia Cavestany Corsini.

“Es uno de los primeros yacimientos árabes conocidos de España”, recuerda el arqueólogo. Hay estudios de la Real Academia de la Historia que datan del siglo XVIII, de los que se hace eco la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Ya en 1931, durante la II República fue declarado Monumento Histórico Artístico. “Es uno de los 730 lugares considerados así en la época”.

“Su conservación es excepcional, con todos los elementos típicos: los baños, la alcazaba, los cementerios… Eso junto a un paisaje espectacular”. El yacimiento consta de dos partes diferenciadas que delimita una potente muralla. Intramuros hay unas 8,5 hectáreas de las que se ha llegado a excavar algo más de una hectárea. “Nuestra prioridad número uno es la conservación de los restos antes de que se pueda adecuar para un mayor número de visitas”, aclara el arqueólogo.  

“Queremos tender a la excelencia. Este es uno de los primeros yacimientos islámicos que se excavó y que ha permitido el conocimiento de la cerámica de la Meseta, las viviendas…” y por eso el objetivo ahora será formar un nuevo grupo de investigadores que trabajen en el yacimiento. “Eso debe incluir la formación de estudiantes”.

Hay que trabajar en la difusión, no solo en el ámbito académico, sino de cara a la sociedad en general. Estamos en otros tiempos y hay que implicar a la gente

Después, explica el arqueólogo, “hay que trabajar en la difusión, no solo en el ámbito académico, sino de cara a la sociedad en general. Estamos en otros tiempos y hay que implicar a la gente”. En este sentido, cree “paradójico” que quienes habitan en el entorno no tuvieran noticias del lugar hasta que empezaron las excavaciones.

Se cree que la Ciudad de Vascos pudo estar poblada ya en la Edad del Bronce. “Hay un yacimiento relativamente importante que está muy arrasado. También tuvo ocupación romana de cierta entidad y hemos identificado claramente restos de época visigoda. Desde el siglo IX tuvo ocupación islámica”.

El arqueólogo avanza que otro de los objetivos será establecer una mejor secuencia cronológica del lugar “aplicando nuevas técnicas”, como el análisis químico de las rocas del entorno o dataciones por radiocarbono (Carbono 14). “Hemos identificado vidrios importados desde Mesopotamia, la primera vez que se identificaron en España y también de Egipto, de la costa sirio-palestina e incluso vidrio producido en Córdoba”.

Se trata también de “estudiar la tecnología de los vidriados cerámicos. Queremos establecer con propiedad cómo y dónde se producía esa cerámica, así como qué materias primas se utilizaban”. La paleobotánica también será objeto de estudio.

Es un amplio proyecto investigador que incluye a la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Castilla-La Mancha, la Universidad del País Vasco, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS).

Las polémicas desde 2014: un intento de expropiación, embarcaderos y un barco

El arqueólogo no obvia las polémicas en torno al yacimiento durante la conversación. Se refiere a un periodo en particular entre los años 2014 y 2017, que se ha prolongado hasta la actualidad. “Tiene una parte positiva y es que en el ámbito político a todo el mundo le interesa el yacimiento. Eso no es malo. Lo que me preocupa es que el proyecto al final sea realmente sostenible y que haya una verdadera implicación de la sociedad civil en la zona”.   

Fue en septiembre de 2014 cuando la Junta de Castilla-La Mancha que presidía Dolores de Cospedal firmó un convenio con la Diputación de Toledo, presidida por Arturo García-Tizón (PP).

Era un protocolo para valorizar turísticamente la antigua ciudad árabe con una inversión estimada de 2,5 millones cuyas obras se inaugurarían en enero del siguiente año. Se incluía la construcción de dos embarcaderos a cargo de la Confederación Hidrográfica del Tajo (312.000 euros), una senda ecológica y un nuevo Centro de Interpretación en el lugar para sustituir al que ya existía en las antiguas escuelas de Navalmoralejo, el municipio vecino. 

El entonces consejero de Educación Marcial Marín explicó que la Junta agilizaría los trámites de protección arqueológica que tenía que cumplir la Diputación “para hacer posible la explotación turística de la antigua ciudad y su bello paisaje circundante, las orillas del río Huso y el pantano de Azután”.

García-Tizón aseguró que, si todo salía bien, a finales de ese año todo estaría listo “para que en el mes de enero pueda la presidenta Cospedal proceder a su inauguración”, según sus declaraciones de la época. En paralelo, en 2014, ya se licitaban tanto la gestión del centro de interpretación y sus dependencias como la cafetería para la venta de entradas. Incluso el uso del barco turístico que haría rutas fluviales en el río Uso, afluente del Tajo que la Diputación había hecho construir a propósito. Costó más de 300.000 euros.

Se ejecutaron obras, se llegó a inaugurar el embarcadero y la adecuación de una senda ecológica de acceso al río y se anunció que el centro de interpretación estaba al 60%. En 2015 había elecciones municipales y autonómicas. Era un proyecto estrella para “el desarrollo integral de la comarca”.

Pero el PP no logró revalidar la Presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha ni tampoco gobernar en la Diputación. De por medio, uno de los propietarios de los terrenos expropiados para construir el centro de interpretación puso un recurso contencioso-administrativo y lo ganó. Las obras ejecutadas por el Gobierno del PP estuvieron plagadas de polémica. En 2017 dos sentencias declararon nula la urgente ocupación y el procedimiento expropiatorio aprobados para la ejecución del proyecto y dictaminó restituir la finca, ilegalmente expropiada, a los propietarios.

Para ejecutar las sentencias, en noviembre de 2017 el pleno de la Diputación Toledo anuló la expropiación de terrenos de Ciudad de Vascos con los votos a favor de PSOE, IU y Ciudadanos y en contra del Partido Popular.

Entre tanto, se ha intentado subastar el barco hasta en diez ocasiones. Sin éxito. Ni siquiera con sustanciosas rebajas. La historia rocambolesca en torno al yacimiento continúa. En febrero de 2023, el socialista Álvaro Gutiérrez presentaba, como presidente de la Diputación, un nuevo proyecto museístico para el centro de interpretación de Ciudad de Vascos de Navalmoralejo, ubicado en las antiguas escuelas, que estaba cerrado, con la intención de volver a abrirlo. La inversión ascendía a 350.000 euros.

Tras el 28M, PP y Vox gobiernan conjuntamente en la Diputación de Toledo. En su tejado ahora queda el barco varado en Galicia, el proyecto (socialista) del nuevo centro de interpretación y varias instalaciones olvidadas y pagadas con dinero público. 

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