El vino español y sus desafíos se encuentran en Ciudad Real
Pocos sabían que el nombre de una feria que ya va por su octava edición se originó en la cama de Nemesio de Lara, presidente de la Diputación de Ciudad Real. Y desde ese momento íntimo, con “acento tomellosero” como lo definió el socialista, han pasado ya catorce años y siete ediciones. Fenavin ha abierto sus puertas a más de mil trescientas bodegas, y lo que calculan llegarán a ser dos mil compradores que se reúnen en la capital ciudadrealeña en torno a una cosa: el vino.
Manuel Juliá, director de Fenavin, señaló que el evento se ha convertido ya en un paralelo a la Vinexpo francesa y se apoya en los datos que consideran cada vez mejores para ello. Sin embargo, Juliá fue claro también al señalar los hándicaps del evento: la dificultad a la hora de orientar a los compradores y la necesidad de cambiar el sistema clásico de las ferias para pasar la prioridad al comprador, no al expositor. El director del evento señaló que se trata de un “motor de desarrollo para la zona” gracias a la liquidez monetaria que se inyecta en la ciudad.
Uno de los objetivos, además de garantizar la venta y la exposición de los vinos españoles al extranjero, es la de solucionar los problemas estructurales que sufre el sector. La sobreproducción, la bajada de consumo nacional y los bajos precios que tienen las botellas españolas afectan directamente a las cifras que se manejan en el sector. Y en esto han coincidido todos los exponentes, desde Nemesio de Lara hasta María Dolores de Cospedal: la calidad debe ir por encima de la cantidad.
Nemesio de Lara ha hecho especial énfasis en la lucha que ha significado llevar a cabo Fenavin en Ciudad Real, asegurando que uno de los principales problemas era “luchar contra los molinos de la incredulidad”. Pero las claves para esto han sido “sencillas”: objetivos, planificación, profesionalidad y finalmente hacer que la feria sea útil para todos, clientes, bodegueros y expositores. El eje vertical, señalaba de Lara, debe ser el negocio y con él no se puede experimentar, a menos que sea con gaseosa. El presidente de la feria ha señalado que no se puede olvidar que, a pesar de la excelencia que han conseguido los vinos, no se pueden tapar los problemas, ni siquiera en campaña electoral.
“Hablar sólo de glorias no conduce a ninguna parte”, señaló de Lara, quien rescató datos de bajada en el precio del vino desde el 2000 al 2014, cuando el litro ha pasado de costar 0,53 céntimos a 0,73. Además, ha señalado que España es superada por otros países exportadores como Italia o Francia en cifras de exportación en un 104% y un 208%, respectivamente. “No despistemos al viticultor, que es quien más se lo juega”, ha afirmado. De Lara ha hecho un llamado para que los trabajadores del sector se “mentalicen” en producir y elaborar mejor, no más. Para esto, ha puntualizado que es necesaria una alianza “sincera” entre administraciones y el sector, que “no se puede quedar en lo partidista o lo declarativo”. Fenavin, señaló, necesita que se impliquen las instituciones de forma estable, “euros mediando”.
Por su parte, la presidenta de la Junta de Comunidades, María Dolores de Cospedal, agradeció el haber sido invitada a “nuestra feria nacional del vino”, dirigiéndose personalmente a la alcaldesa de Ciudad Real, “querida Rosa”. Cospedal se hizo eco de las preocupaciones que aquejan a de Lara, sin mencionarlo, pero también ha hecho énfasis en cifras de exportación y sus crecimientos desde el año 2013 al 2014 cuando asegura que la tasa ha subido en un 34% y en lo que va de 2015 en un 18%. “Tenemos que organizarnos mejor, vender mejor nuestros vinos y profundizar en técnicas de mejora de la producción”, afirmaba. Para esto, María Dolores de Cospedal señaló hechos como el nacimiento de las Cumbres Internacionales del Vino, “y también de Fenavin”, a pesar de que la última lleva más de una década en marcha. La presidenta de la Junta de Comunidades agradeció el esfuerzo de la Diputación de Ciudad Real para cerrar su discurso y cortar la cinta de inauguración junto a Rosa Romero, alcaldesa de Ciudad Real, Fernando Sánchez-Bódalo, vicepresidente de la Diputación, Nemesio de Lara y Manuel Juliá.