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Estos últimos días, con sus noches, me he estado preguntando si era necesario y oportuno presentarme a estas primarias para encabezar la lista a las Cortes de Castilla-La Mancha dentro de Podemos. Somos conscientes, soy consciente, de que en Podemos hemos entendido las primarias como un proceso democrático necesario y saludable, pero también, no deja de ser una evidencia que las primarias en un partido son abrasadoras, esa lucha a la interna suele llevar aparejados desgastes y enfrentamientos a veces irreconciliables. En definitiva, mi duda se basaba en si merecía la pena tomar parte en este proceso y si al final el resultado sería beneficioso para el partido.
Han existido innumerables elementos que me ayudaron a decidirme para encontrarme en este momento disputando esa cabeza de lista por Podemos para las Cortes de la Región.
En primer lugar, la preocupación no solo es mía, sino de muchos y muchas militantes por la crítica situación de la izquierda y la desmovilización de nuestras bases. Nuestro partido tiene vocación de gobierno y de cambio, y por ello enfrenta intereses mucho más poderosos que nosotros, que ejercen su influencia a través de, por ejemplo, los grandes medios de comunicación. Por el contrario, nuestra única fuerza, la única fuerza de una izquierda transformadora es su militancia.
La actual dirección de Podemos Castilla-La Mancha se ha revelado incapaz de mantener y mucho menos ampliar esta militancia activa, ilusionada y con capacidad de trabajo. No voy a mencionar los innumerables errores cometidos, ni es el momento ni el espacio, pero además creo que son conocidos por buena parte de la militancia. Esa dinámica, la de brazos caídos y una derecha en auge, hay que extinguirla de raíz si queremos ser una opción electoral ganadora en las autonómicas de 2023, una opción que sea capaz de llegar a acuerdos que mejoren la vida de la gente.
En segundo lugar, fue muy determinante en mi decisión un aspecto que para mí es crucial: todos los avances en derechos que hemos conquistado desde el gobierno de coalición estatal. Todos esos avances legislativos hay que bajarlos hasta la ciudadanía y blindarlos con votos y con acuerdos. Me propongo hacer la pedagogía suficiente para que la sociedad castellano-manchega vea reflejado estos avances en su día a día.
El mundo rural corre por mis venas, y como no puede ser de otra manera es una de mis mayores preocupaciones
En tercer lugar y quizás más importante, es el arraigo, la necesidad y el convencimiento personal, de intentar ganar derechos y justicia para mi región, para esta tierra que adoro.
Para quien no me conozca, soy de Quismondo, toledano y castellanomanchego de nacimiento. Los péndulos quedan detenidos siempre en la misma posición, su posición de equilibrio, pueden alejarse a la izquierda o a la derecha, pero siempre paran igual, en el mismo sitio. Castilla-La Mancha, mi tierra, es mi posición de equilibrio. El mundo rural corre por mis venas, y como no puede ser de otra manera es una de mis mayores preocupaciones. Llevo días escuchando a agricultores, médicos y sanitarios rurales, para intentar buscar soluciones que palien la falta de servicios en nuestros pueblos, sin olvidarme de bomberos forestales y otros colectivos. Pero también estoy escuchando a maestros y maestras, a nuestros mayores y personas dependientes, a las trabajadoras de la limpieza, es decir, llevo días escuchando los problemas que afronta Castilla-La Mancha y nos merecemos un proyecto de Región justo y progresista.
Por último, no quería olvidarme de las compañeras y compañeros que me han empujado a que llegara hasta aquí; les doy las gracias por la confianza, pero también les exijo el trabajo de acompañarme, y en verdad que lo hacen. Se ha generado un gran equipo que jamás pensé que pudiera unirse en tan poco tiempo.
Para terminar, sin ánimo de revancha, mantengo que se necesita gente nueva, con ideas nuevas, que lleve este proyecto adelante con unidad, con votos, con acuerdos y con derechos. Jose Luis García Gascón, formó parte del Gobierno anterior y, o no pudo o, lo que es más grave, no supo llevar al partido a repetir al menos los resultados y que siguiéramos teniendo representación en las Cortes, siendo necesarios para formar Gobierno. Fue también miembro de la ejecutiva anterior que arrastro al partido a un resultado catastrófico en las anteriores elecciones, que terminó con la dimisión de todos sus miembros, incluido él. Dejando a nuestra militancia y cagos recién elegidos en las instituciones sin qpoyo. Creemos que estamos todavía a tiempo de salvar esta situación y dar a Yolanda un impulso en las elecciones generales que permita seguir conquistando avances en materia fiscal, laboral y social. La prioridad debe ser conseguir la unidad de todos y de todas las que creemos que es posible una región y un país más justo.
Sé que quedan muchas cuestiones en el tintero, también sé que no hay una varita mágica para solucionar todos los problemas de manera inmediata, solo os pido confianza y que me ayudéis en el intento, la fe la dejo para otras instancias.
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