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Celebramos el día de los museos el día 18 de mayo. Día para celebrar, para conocer nuestros museos en su mejor gala y para difundir el patrimonio cultural que albergan. También un día para reflexionar sobre los logros y las carencias.
Lo hacemos en un año que hemos conocido una política continuista en la gestión de los museos estatales de carácter nacional y regional, una atonía generalizada en los museos de titularidad privada -si exceptuamos la apertura del espacio Canogar en el Museo de Roca Tarpeya de la Real Fundación de Toledo-, y de algunas iniciativas relevantes en el ámbito de lo local, como la gestión municipal de los espacios museísticos del municipio de Hellín, en Albacete.
Hay que felicitarnos por la plena incorporación a la red de Museos de Castilla-La Mancha del Museo del Niño de Albacete, la reapertura de los departamentos didácticos en los museos que gestiona la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que se suman a los que ya funcionaban en los museos estatales, o la puesta en marcha del voluntariado cultural a través de la Confederación de Aulas de la Tercera Edad en el Museo de Santa Cruz, que se suma así a los equipos existentes en los museos estatales de la región.
Si hay algo que destacar en el panorama museístico actual son los cierres de espacios por obras o reformas en los inmuebles que los acogen, en el Museo Nacional del Ejército, el Museo de Santa Cruz en Toledo o en la sede en la Plazuela de las Mercedarias del Museo provincial de Ciudad Real.
Seguimos anotando la falta del desarrollo de la Ley de Museos de Castilla-La Mancha 2/2014, que no ha servido para articular de una forma coherente la red de museos de la región ni coordinado las actuaciones necesarias para la tutela de los bienes culturales depositados en los mismos.
No se ha redactado la Carta de Servicios en los Museos gestionados por el gobierno regional, ni tampoco se ejecutan los mecanismos de tutela que hagan cumplir el objeto de la ley en toda su extensión.
Pero, sobre todo, el proyecto político y el esquema administrativo de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no da la autonomía suficiente a los Museos de gestión o titularidad regional para que desarrollen con plenas capacidades sus proyectos museísticos, lo que les impide, sobre todo, la conexión más completa e intensa con el entorno social en los que desenvuelven sus actividades.
Buscar y contar con patrocinadores para desarrollar sus proyectos, establecer actividades que conecten con sus necesidades y con las de sus potenciales usuarios ayudarían a realizar una gestión más eficaz y adaptadas a un contexto y unas necesidades que quizás desde los despachos no se perciban.
Recordemos que el Consejo Internacional de Museos (ICOM) ha actualizado la definición de “museo” como aquel que declara “la defensa y el fomento de la sostenibilidad, la diversidad y la inclusión, con la participación de las comunidades en las que operan de manera ”ética“, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos”.
Los titulares del cierre del ejercicio del curso museístico nos lo han proporcionado las declaraciones de Roberto Polo sobre un convenio del que siempre hemos dicho ha cercenado el futuro del Museo de Santa Cruz y sangra los magros recursos presupuestarios que la Junta destina al ámbito museístico regional.
La crisis ha evidenciado las contradicciones y carencias del proyecto que se proponía, y no hace más que ratificar lo que ya sabíamos: el comienzo del fin de un fracaso anunciado que ahonda aún más en una desafortunada política museística región.
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