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Como docente, agradezco siempre el aprendizaje que me llevo de mis alumnos y alumnas. De todas las experiencias en el aula me llevo algo, todas son diferentes, unas me ayudan a actualizar consideraciones desfasadas y mal enfocadas, otras me reafirman en mis argumentos iniciales, y otras me invitan a profundizar en aspectos sociales que si bien son conocidos para mí no habían sido objeto de estudio más profundo. Este es el caso de Gonzalo García, alumno muy comprometido con los social, y específicamente con el mundo trans.
El primer email que me llega de Gonzalo es un viernes 3 de julio de 2020 en el que, como delegado de 2ºA del Grado de Maestro en Educación Primaria, felicita a un grupo de profesores y profesoras por los esfuerzos que considera hemos realizado en mantener una educación universitaria de calidad, por nuestra adaptabilidad, esfuerzo y recursos demostrados en una etapa tan complicada, esperaba que estuviéramos sanos y que el verano lo disfrutáramos al máximo. He de decir que contesto todos los mensajes de mi alumnado, pero este desde luego era especial (e inusual). Para mí ellos habían sido alumnos/as ejemplares ya que en pocos días tuvieron que adaptarse a bruscos cambios e inesperados, afectados directamente en lo académico y en lo familiar por la pandemia.
Su segundo email lo recibí el sábado 25 de septiembre de 2021 (ya como delegado de 4º), el motivo era la invitación al profesorado para participar en su orla. Pero sin duda, el tercer email es el que marcó un antes y un después en nuestra relación académica.
El jueves 18 de noviembre de 2021 llega ese tercer email, me escribe como alumno de 4º, me dice que ha visto las temáticas que he propuesto para desarrollar los Trabajos de Fin de Grado (TFG) y me pregunta si me interesaría desarrollar con él el siguiente tema: 'Proyecto educativo para la inclusión de las personas trans'. En quince minutos le respondo: “Hola Gonzalo. Siento decirte que este año llevo cuatro TFG y sólo puedo coger en primera fase a dos alumnos y justo esta mañana he cerrado el cupo. Espero, si sigues interesado, podamos coincidir en la segunda fase”. La segunda fase implica que tienen que esperar a que la Universidad les asigne tutor por lo que pueden quedarse sin el tutor que solicitan en primera fase.
Justo otros quince minutos después Gonzalo me responde: “Pues sí, creo que no habría problema en esperar a la segunda fase, ya que este tema me interesa mucho y no muchos profesores se plantean tratarlo”. El lunes 22 de noviembre de 2021 me vuelve a escribir, confirmándome que se va a esperar a segunda fase, pero que quería comentarme la visión que quiere plantear en su trabajo, dirigida a la normalización de las personas trans en el ámbito educativo, desde un punto de vista inclusivo. Que me lo comentaba únicamente porque últimamente estaba viendo a una gran cantidad de profesores con una visión completamente contraria. Obviamente, Gonzalo habría estado preguntando a otros profesores para asegurar su trabajo en primera fase, pero me llamó la atención que estuviera encontrando profesores con una visión completamente contraria a la inclusión del alumnado trans. Mi respuesta, en cualquier caso, fue contundente: “Hola Gonzalo. Estamos en la misma onda”.
Mi suerte fue, que el jueves 16 de diciembre de 2021 me escribiera confirmándome que, finalmente, podía estar conmigo para tutorizar su trabajo.
Es de los trabajos con los que más he disfrutado y aprendido, además fue muy agradable ya que Gonzalo era un alumno implicado y comprometido por lo que fue una tutorización sin grandes sobresaltos hasta que llegó la defensa en el tribunal, fue mi primera vez en casi quince años que veía atónita como uno de los miembros de dicho tribunal no confiaba en el trabajo de mi alumno, que cuestionaba continuamente que fuera él mismo el que lo hubiera hecho, bochornoso sí pero de nuevo, ante mi enfado y frustración salió un alumno sensible que me decía Natalia, no te preocupes, nosotros sabemos que no ha sido así.
Gonzalo fue capaz de arrancar una investigación muy necesaria en el ámbito educativo, finalmente sobre actitud transfóbica, ya que el hecho de que hasta hace pocos años se haya considerado internacionalmente a las personas trans como enfermos mentales, muestra el rechazo social al que están sometidas las personas que no están sujetas a la norma de género.
Los/as jóvenes estudiantes que empiezan a transicionar (proceso médico y/o administrativo de cambio de género) se encuentran con múltiples problemas. Según un estudio de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más, uno de cada 4 jóvenes trans no realiza actividades en el ámbito de la educación no formal, un 60% de ellos, por miedo al rechazo por ser trans; sufren de transfobia, mayoritariamente son insultados (por parte del alumnado, pero también por parte del profesorado), pero también algunas personas has sufrido acoso, amenazas, ciberbullying agresiones físicas o agresiones sexuales por ser trans; tienen menos probabilidades de finalizar su primera etapa de educación secundaria obligatoria; en muchos casos no se les nombra por su nombre real (deadnaming); en los centros educativos se sigue desarrollando actividades que separan en función del género; no se respeta su identidad de género; reciben preguntas inadecuadas sobre cómo era su cuerpo o sus genitales; se les obliga a usar los aseos correspondientes al género que se les asignó al nacer; sufren emociones intensas de miedo o tristeza, autolesiones, ideaciones suicidas, e incluso tentativas autolíticas.
El TFG de Gonzalo obtuvo, que el profesorado de Educación Primaria de Toledo muestra actitudes más positivas hacia las personas trans que los/as estudiantes del Grado en Maestro de Educación Primaria de la Facultad de Educación de Toledo; que las personas que tienen contacto con personas trans y que han recibido formación acerca de las realidades trans, tienen actitudes significativamente menos tránsfobas que aquellas que no mantienen ningún contacto con estas o que no tienen esa formación; o que los alumnos del Grado en Maestro de Educación Primaria de Toledo son más tránsfobos que las alumnas.
De ahí la importancia de este TFG porque se atreve a estudiar una temática que no es habitual en este tipo de trabajos y que reclama la importancia de una educación en diversidad, que permita desterrar mitos, falsas creencias y que permita crear un clima escolar respetuoso, libre y abierto.
Además, nos apeteció seguir investigando juntos sobre la actitud transfóbica del profesorado. Aunque no podemos descubrir nada todavía ya que está en proceso de publicación, sí podemos decir que los resultados obtenidos de una muestra nacional de profesorado indican que queda mucho camino por recorrer en materia de igualdad, de inclusión, de solidaridad y, sobre todo, de respeto. Y que es necesario el contacto y la formación específica, tanto inicial en el ámbito universitario como desde pequeños en las escuelas e institutos, ya que sólo así es posible construir entre todos y toda una sociedad alejada de prejuicios y de actitudes discriminatorias, una sociedad diversa como la que nos merecemos.
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