Turismo, la búsqueda de la “notoriedad” en el panorama tecnológico de la sobreinformación
Marco Polo es la imagen del viajero arriesgado. Su historia como mercader y explorador es parte de una tradición que ha dejado atrás los largos viajes en barco o caballo para dar paso a una nueva generación de viajeros que pueden acceder a viajes con un simple click desde su dispositivo móvil. El proceso ha sido muy rápido y ha cambiado la forma de ver no sólo el tiempo de ocio de las vacaciones, sino también la figura de las ciudades y la inversión en patrimonio cultural.
'De Marco Polo al low cost'. Perfiles del turismo contemporáneo' fue el seminario de la Universidad de Castilla-La Mancha organizado por el profesor Héctor Martínez para reflexionar acerca de lo que supone el turismo en la sociedad hoy en día, gracias a una serie de ponencias con expertas viajeras como fue el caso de Ana Briongos. “En primer lugar quisimos reflexionar acerca del viaje. El turismo finalmente implica un desplazamiento, salir del entorno habitual, conocer otra zona. De ahí el paradigma de Marco Polo, del eterno viajero, de la persona que abandona su hogar para buscar algo”, explica el profesor de Geografía Humana.
Pero, además del viajero, está el lugar. La siguiente reflexión del seminario se relacionó directamente con eso, las consecuencias en los distintos territorios al recibir a los viajeros. “La expresión 'low cost' es signo de nuestro tiempo, el concepto de viaje ya no es de élite, sino que está generalizado en gran parte de la sociedad”, reflexiona Martínez. Como ejemplo, explica que los viajes de estudios antes sólo lo hacían los hijos de familias adineradas, “los primeros turistas”, pero ese perfil ya se ha acabado. “Ahora el viaje parece un elemento de primera necesidad, de primer orden. El turismo es la actividad protagonista dentro del ocio”, asevera.
Diversificación del sector
La cultura, la naturaleza, la gastronomía, o cualquier afición. “La evolución del turismo ha sido bastante rápida y fundamentalmente por la tecnología de la información y la comunicación, al igual que ha pasado con otros campos”, explica el profesor de la UCLM. Los avances han hecho que finalmente los territorios tengan que llegar incluso a “competir” entre ellos, para encontrar un hueco en los buscadores, un espacio para que les “hagan caso”. “De este modo nos encontramos con los macroproyectos con los que se busca notoriedad, como ha ocurrido con el Guggenheim en Bilbao, un museo criticado por no tener colacción propia, pero que sirve para atraer público a la ciudad”, explica.
O lo mismo ocurre con los municipios pequeños que luchan por ser el lugar dónde nació alguien o algo importante. “La misma paternidad de Cervantes, varios municipios reclaman ser el lugar de donde salió el Quijote, es una búsqueda de notoriedad por parte de de distintos actores en un contexto sobreinformado”, recalca el docente. De este modo, continúa, el turismo se revela como un elemento que se utiliza para justificar la inversión en el patrimonio cultural y natural de las ciudades. “No es la búsqueda del patrimonio para recuperar la cultura, es también buscar financiación”, afirma.
¿Ejemplos? Muchos: “El caso de los festivales de artes escénicas supone un revulsivo para la vida cultural de las ciudades pero también se explotan desde un punto de vista turístico para que el visitante se quede. Muchos elementos giran alrededor de intentar conseguir que los viajeros se conviertan en turistas”, afirma. ¿Por qué es tan importante la figura del turista? “De este modo podemos generar un saldo económico que también tiene relevancia”, afirma.
Turistificación
Los elementos negativos del turismo también tuvieron cabida en el seminario. “Las ciudades turistificadas tienen un impacto también en el mercado residencial, porque el turista consume y paga siempre más que un residente habitual”, explica el profesor. Pero sin embargo, esto crea problemas para los habitantes de las ciudades. “Lo vemos en Barcelona, lo vemos en Venecia, la gente lo llama la disneyficación del patrimonio histórico. Por ejemplo, Toledo tiene un paisaje completamente diferente en las zonas en la que los turistas visitan la ciudad”, explica.
Este proceso de cambio del paisaje de la ciudad, señala Martínez, se debe valorar. “No es que sea negativo en sí mismo, pero es algo que no se puede negar. Los cambios se ven en el mercado de la vivienda, en las plataformas que cambian la linealidad del mercado”, concluye.
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