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Isabel Carrasco, cinco años de olvido de un asesinato que cambió el poder en León

Isabel Carrasco y el entonces alcalde de León, Emilio Gutiérrez, en el año 2011.

Antonio Vega

Pasadas las cinco y cuarto de la tarde de una soleada tarde de un lunes 12 de mayo la campaña electoral de las elecciones europeas se cortó abruptamente. Era el año 2014 y fallecía asesinada de tres tiros sobre una pasarela por encima del río Bernesga la persona más poderosa de la provincia de León, Isabel Carrasco.

La entonces presidenta de la Diputación de León y del Partido Popular leonés era asesinada por Montserrat González, compinchada, según las sentencias, junto a su hija Triana Martínez y una amiga de ésta, la policía local Raquel Gago. Las tres cumplen condenas de 22, 20 y 14 años de prisión, respectivamente.

El asesinato de Carrasco provocó la suspensión inmediata de la campaña electoral y el traslado a León de los principales dirigentes políticos para el funeral de la fallecida. Carrasco se dirigía a la sede local del partido para unirse a una caravana en dirección a un mitin en Valladolid, que era uno los principales actos de Mariano Rajoy en la campaña de las elecciones en las que emergió Podemos.

León fue tomada al día siguiente por decenas de medios de comunicación y la presencia de figuras de la política nacional, encabezadas por el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy. Su antecesor, el leonés José Luis Rodríguez Zapatero, fue otro de los asistentes a un multitudinario funeral en la Catedral de León que tuvo lugar al día siguiente del asesinato, pero para el que para garantizar el lleno el PP llamó a los alcaldes de la provincia para que no se 'olvidaran' de acudir.

Todos pudieron ver entonces la frialdad con que la sociedad leonesa recibió el asesinato a tiros de su principal personalidad política de entonces. Isabel Carrasco era una figura muy discutida y controvertida y su asesinato no provocó una ola de simpatía hacia su figura, juzgada con especial crudeza.

Esa frialdad se mantiene a día de hoy. En el quinto aniversario de su fallecimiento no está anunciado ningún acto de homenaje o recuerdo hacia la que fue la mujer más poderosa de León. En el PP de hoy en día mandan antiguos enemigos políticos, como el presidente de la Diputación Juan Martínez Majo o el alcalde de Leon Antonio Silván, y ni la institución ni el partido optan por recordarla, una tónica habitual en estos cinco años. Apenas una flores en la pasarela donde murió, y donde alguien se vengó escribiendo 'aquí murió un bicho', han sido el principal recuerdo a la asesinada.

En el momento del crimen la imagen de Carrasco estaba seriamente castigada, aunque nunca fue en toda su carrera una de las políticas locales más conocidas por su simpatía. Por un lado la afectaba una investigación sobre presuntos cobros irregulares de dietas a la vez que acudía en el coche oficial de la Diputación de León a las reuniones del consejo de la entidad financiera Caja España. El 'caso de los kilometrajes' acabó cerrándose tras su muerte sin que la acusada declarara nunca en casi dos años de investigación.

La publicación en medios nacionales en 2011 de su docena de cargos, titulada por varios medios como 'la presidenta de los 12 (o 13 según versiones) sueldos' la elevaron un peldaño entre los políticos a odiar en plena crisis económica. Aunque ella justificó que no todos eran remunerados, lo que era cierto, el haberse subido el sueldo al inicio de su segundo mandato elevaba sus ingresos por encima de los 150.000 euros al año, algo criticado hasta por sus compañeros de partido.

Carrasco arrastraba además un caso de presunto enchufismo en la Diputación de León. El PSOE denunció que 26 miembros del PP o sus familiares habían sacado notas entre 9 y 10 en los exámenes de una bolsa de empleo de la Diputación, en un proceso que acabó en los tribunales sin ninguna consecuencia.

La Sexta remató su imagen pública al ubicarla, en 2013, como una de las caciques políticas de España junto al presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, y el de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar.

Tras el fallecimiento de Isabel Carrasco, con el partido en 'shock' por el asesinato', llegó la operación anticorrupción 'Púnica', que ocasionó que su sucesor al frente de la Diputación, Marcos Martínez Barazón, fuera detenido y luego expulsado del PP. Era la baza del grupo de los 'carrasquistas', alcaldes afines a la expresidente, para mantener el poder de su facción entre los conservadores leoneses.

El PP autonómico de Herrera maniobró después para colocar a dos rivales internos de Carrasco en los principales puestos del partido en la provincia. Antonio Silván sustituyó como candidato y luego alcalde de León a un hombre de confianza de Carrasco, Emilio Gutiérrez. Y Juan Martínez Majo, veterano alcalde y diputado provincial que en el segundo mandato se 'exilió' en las Cortes autonómicas, se convirtió en presidente de la Diputación de León desplazando a los 'carrasquistas' y luego en presidente provincial del PP.

El asesor de la Junta de Castilla y León que nunca declaró

El proceso judicial por el crimen de Isabel Carrasco fue modélico por su rapidez en la investigación y celebración de los juicios. El tribunal del jurado condenó a las tres acusadas en 2016 de forma más leve que las penas finales elevadas por el TSJ de Castilla y León y Tribunal Supremo en los recursos presentados posteriormente.

La serie y el documental 'Muerte en León', dirigidas por el cineasta británico Justin Webster, desvelaron una brecha en la investigación policial. Las llamadas de Triana Martínez no fueron incluidas en las pesquisas, pese a que un nombre sobresalía por el volumen de conversaciones, prácticamente diarias, que mantenía con la condenada por asesinato. Ese nombre era Luis Estébanez y es un asesor personal del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

En una entrevista con Eldiario.es Webster aseguró que “La gran duda en el asesinato de Isabel Carrasco es por qué no se investigaron ciertas llamadas deliberadamente”. Las 247 llamadas que mantuvieron Triana y el asesor en el año 2014, incluidas el mismo día del asesinato, y la vinculación entre ambos se quedó sin explicación oficial ante el cierre del caso y la negativa a cualquier aclaración posterior. Estébanez aseguró desconocer por qué no se le llamó a declarar judicialmente y reiteró que “la conciencia la tengo muy clara y muy tranquila” al desconocer cualquier intención criminal de Triana.

El PP teme perder el gobierno de la Diputación de León

Cinco años después del asesinato de Isabel Carrasco la cita con las elecciones municipales del 26 de mayo genera dudas sobre el próximo mandatario de la Diputación Provincial de León, actualmente el popular Juan Martínez Majo.

El Partido Popular gobierna con mayoría absoluta la institución provincial desde el año 1995 pero debido a la fragmentación política, y al mal momento electoral de la formación, teme perder el poder por vez primera en 24 años. La necesidad de un pacto a dos o más partidos para afianzar una mayoría absoluta generan intranquilidad en los conservadores, conocedores del poder local que supone repartir los fondos de obras de la Diputación.

Desde hace escasas semanas la galería del Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación, acoge el cuadro del antecesor en el cargo y enemigo político interno de Carrasco, Javier García-Prieto, al que la fallecida había apartado en 2007 para ponerse ella. Su relación personal fue pésima desde entonces y Carrasco le fustigaba incluso de forma frecuente culpándole de la situación económica en que heredó la Diputación, aunque fuera de su propio partido. Isabel Carrasco intentó, incluso, echarle del partido al conocer que iba a declarar como testigo en el 'caso de los kilometrajes', que acechaba a la política por presuntos cobros irregulares de dietas y uso a la vez del coche oficial.

La Diputación de León cerró el ejercicio 2018 con la deuda a cero. Esta fue una de las obsesiones de Isabel Carrasco desde el inicio de su mandato, mejorar la situación financiera de la institución. Su muerte y la posterior parálisis que se provocó por el asesinato y la operación Púnica lograron un ahorro importante de dinero derivado de la inacción total en que se sumió la Diputación. Estos fondos 'extras' se han ido usando estos años para ir pagando la deuda hasta dejarla en nada, y vendida como un logro del tipo de gestión del Partido Popular.

Cinco años después de la desaparición de Isabel Carrasco el PP leonés teme dejar el poder provincial y que quien venga opte por el clásico 'abrir los cajones'. Facturas sin pagar seguramente no se encuentre ninguna pero quizá encuentren otros papeles de interés. Mucho años de poder omnímodo siempre pueden dar lugar a alguna sorpresa.

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