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Jesús Julio Carnero: “No sé gobernar si no es a través del diálogo, en solitario pero pactando, lo he hecho incluso con mayoría”

Jesús Julio Carnero.

Laura Cornejo

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Jesús Julio Carnero (Aspariegos, Zamora,1964) aspira a gobernar en solitario en el Ayuntamiento de Valladolid. Ha presidido el PP de Valladolid, la Diputación, ha sido consejero de Agricultura y de la Presidencia, es aún procurador en las Cortes y se ha convertido en la última bala de su partido. Su candidatura se cerró horas antes de hacerse pública porque dicen que si no era Carnero no podía ser nadie. Su afabilidad no se interpone con una mano de hierro, entrenada en la gestión y en la negociación. El socio de gobierno en la Junta de Castilla y León, Vox, ha llegado a apuntarle como responsable de que dos de las leyes más polémicas que impone la extrema derecha a Mañueco, la Ley de Violencia Intrafamiliar, y la de “Concordia” que acabaría con la de Memoria Histórica, sigan sin ser una realidad. Aterriza de nuevo en la política más a pie de calle presumiendo de una buena relación con el alcalde, Óscar Puente (PSOE) y con las ganas de abordar cambios aunque sean tan complejos como el de un soterramiento que lleva 20 años siendo un imposible.

Quedan muy poquitos días de campaña y usted lleva muchos años en política, pero nunca había encabezado una lista, imagino que lo está viviendo de forma muy distinta, más intensa...

En las Cortes, el año pasado, era el número uno por Valladolid, pero sí esta campaña es intensa y extensa. Lo llevo bien, con muchísima ilusión, con muchísima responsabilidad. Porque, claro, detrás de ello hay muchísima gente que confía en ti, internamente, en el ámbito del partido. Pero también externamente, en el de la relación, en el momento de encuentro con cualquier ciudadano en la calle. Por tanto, muchísima ilusión, muchísima responsabilidad y un honor.

Dicen las encuestas que se está recortando la brecha entre PP y PSOE ¿hay partido en Valladolid?

Yo las encuestas no les doy ninguna importancia, ni las que recortan, ni las que no recortan. Ni las que dicen que nosotros podamos ser ganadores o que digan que cualquier otro candidato que se presenta pueda ser ganador ¿Qué son las encuestas? Instrumentos de trabajo en un momento determinado, una foto. Y aquí hay una encuesta, que es la que se va a producir el domingo. Y con esa me quedo.

Aunque las encuestas sean una foto fija, sí dicen que el PP va a depender de Vox para gobernar ¿el pacto de gobierno en la Junta de Castilla y León es una ventaja o un lastre?

Yo el pacto lo estoy haciendo con los ciudadanos, con las vecinas y vecinos de Valladolid. Lo que ellos dispongan la noche electoral, será lo que ellos quieran. Y yo eso, lógicamente, lo voy a respetar. Pero hasta que llegue ese momento, mi pacto es único y exclusivamente con los vecinos de Valladolid. Esto es así. Y por tanto, yo no atisbo ni avanzo nada más de lo que pueda acontecer. Fíjese usted que en estas elecciones hay una serie de componentes, como es una escisión del Partido Socialista -se refiere a Valladolid Avanza-, que se presenta, que no sabemos qué alcance va a tener. Por tanto, lo que está en juego en este momento es la expresión del programa electoral que yo le estoy explicando a los vecinos y la aceptación o no, la confianza o no, por parte de los vecinos. Y ese es mi pacto. Y de ahí no me voy a mover.

Lo que acontezca en la noche electoral espero y deseo que sea la posibilidad de gobernar en solitario, desde el Partido Popular, porque eso es sinónimo de seguridad y fortaleza de cara a emprender mi programa y poder llevarlo a efecto

Lo de que el pacto era con los ciudadanos también me lo dijo el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, en la campaña del año pasado y acabó pactando con Vox, con quienes pactan ustedes es con un partido...

Se pacta con un partido que es la expresión de lo que hayan dicho los ciudadano ¿Qué le estoy queriendo decir? Que yo quiero un gobierno, si los ciudadanos así lo deciden, en solitario. Del Partido Popular. Mire, nosotros vamos a dar una sorpresa, estoy convencido en estas elecciones. Ese es el convencimiento que yo tengo, esa es la sensación, esa es la ilusión en la que yo estoy trabajando. Y en esas sendas en las que vamos a seguir, yo estoy hablándole a los ciudadanos con una expresión que a lo mejor no parece que tenga mucho que ver con la política, pero para mí sí que tiene que ver. Yo estoy hablando con cariño. Con el cariño en la expresión de lo que queremos llevar a cabo en Valladolid. Una ciudad que a mi juicio no tiene modelo de ciudad, está perdida con unos grandes problemas de movilidad, con unos grandes problemas de limpieza, de la gestión de la limpieza, y que son problemas que le afectan al ciudadano en el día a día y que le tenemos que dar debida respuesta. Y ese es el ámbito en el que yo estoy trabajando. Lo que acontezca en la noche electoral espero y deseo que sea una posibilidad de gobernar en solitario, desde el Partido Popular, porque eso es sinónimo de seguridad y fortaleza de cara a emprender ese programa al que me refería antes y poder llevarlo a efecto.

Pero ahora mismo las mayorías absolutas son bastante...

No he hablado de mayoría absoluta, he hablado de un gobierno fuerte y en solitario, que no tiene nada que ver con la mayoría absoluta. Yo he gobernado en minoría la Diputación de Valladolid y no he tenido ningún problema. Lo que sí que le digo es una cosa, y esto es muy importante resaltarlo: Yo no sé gobernar de otra manera que no sea a través del diálogo. Yo tuve mayoría absoluta en la primera legislatura en la Diputación y pactaba todo con los grupos de la oposición. Y mis diputados provinciales, mis compañeros de gobierno no entendían por qué estaba todos los días queriéndome someter a la disciplina del pacto ¿Y sabe por qué? Porque eso beneficia a los ciudadanos. Porque es mucho más difícil que si usted y yo pactamos, no nos equivoquemos. Si yo llevo a cabo una política unívoca, puede que me equivoque. Pero si estamos usted y yo, aunque yo tenga la mayoría suficiente, no se va a producir. Eso ocurrió con la mayoría absoluta. Y luego yo goberné en minoría, con apoyos puntuales que me daban Ciudadanos en ese momento u otros grupos políticos ¿Cuál tiene que ser la dinámica cuando yo le hablo de un gobierno fuerte? La dinámica es la del diálogo ¿Se puede producir eso? Claro que se puede producir. En política estamos todos los días viendo gobiernos de todos los tipos. Gobiernos en minorías, gobiernos en mayorías más grandes, gobiernos en mayorías absolutas antes, aunque ahora no se da, etc. Pero lo que sí que es cierto es que esa posibilidad de gobernar en minoría, fruto de la confianza que me den los ciudadanos, pues puede ser. Y yo es la que quiero por el bien de Valladolid.

¿Se sentiría cómodo pactando con Vox? ¿Y se ha sentido cómodo en la Junta de Castilla y León con Vox?

¿Sabe lo que me pasa en relación a eso? Yo no he tenido tiempo para tener una percepción de si me he sentido cómodo o no, porque ha transcurrido muy poco tiempo. Si estuviéramos hablando de que la legislatura estuviera acabada, podríamos tener algún tipo de criterio. Yo no tengo calificativo en este momento porque ha sido escasamente un año. Y por tanto, no tengo adjetivo ni percepción de comodidad o no comodidad. En todo caso, le repito y le insisto, yo aspiro a pactar con los vallisoletanos.

Pero en este año lo que sí que hemos podido ver, aunque haya sido solo un año, es que ha sido un Gobierno que no ha sido ajeno a la polémica, y se ha amenazado los derechos de las mujeres con ese protocolo antiaborto que...

No, es que los matrimonios al principio nunca son fáciles con nadie, ni las relaciones personales. Porque necesitan un acoplamiento y esa es la realidad. La expresión de ese acoplamiento no tiene que ser la conclusión de cualquier matrimonio. No, ese es un proceso en la relación vital de una coalición, de un matrimonio, de una pareja, de una circunstancia, que se tiene que ir dando y se tiene que ir acomodando. No es más.

Hasta hace nada ha sido consejero de la Presidencia...

Pero no olvide lo que le he dicho, que eso es muy importante. Un Gobierno en solitario con el diálogo. Esa es la clave.

Ya, bueno, igual es un poquito complicado el diálogo...

¿Cómo es complicado? Yo lo he hecho... Si es que esa ha sido mi expresión vital durante ocho años con mayoría absoluta o mayoría minoritaria en la Diputación Provincial.

Pero es que usted no tenía a Vox en la Diputación...

Pero había otros partidos, Ciudadanos, etc. Y esa expresión es la que a mí me hace estar en política. El diálogo. Es decir, el pacto, el consenso, el acuerdo, la concordia. Esa es la clave.

Le decía que usted ha sido consejero de la Presidencia hasta hace nada. Vive en Simancas, ¿no?

Vivo en Simancas. Estoy empadronado en Valladolid. Duermo muchas noches con mi madre en Valladolid, en la calle San Quirce, donde he vivido toda mi vida.

Y de repente le hacen candidato al Ayuntamiento de Valladolid...

Mire, la comprensión de la ciudad, y esto es muy importante que lo tengamos claro, de una gran ciudad... y perdone por interrumpirla, no puede ser la comprensión del término municipal de una ciudad. Hoy, una ciudad como Valladolid no se puede entender sin su área metropolitana. Valladolid es la expresión de todo ello. Por eso una de las medidas fundamentales que llevamos en nuestro programa electoral es un diálogo constructivo que nos ha producido con el alfoz. De colaboración, de comunicación, de interlocución, porque los vecinos son vecinos del área metropolitana. Y le tenemos que dar respuesta, en muchos casos, mancomunadas, colaborativas, a unos y a otros, a los que están en el propio término municipal o circundándolo. Esa es la expresión de las grandes ciudades del mundo. Es decir, Londres o París o Madrid no se puede entender, o Bilbao no se pueden entender sin sus áreas metropolitanas. Y esa idea es muy importante no olvidarla, porque si trabajamos de espalda a esas áreas metropolitanas, estamos trabajando de espalda a los vecinos también de nuestro propio término municipal.

¿Y cómo fue eso de que le hicieran candidato de un día para otro? Porque Mañueco reconocía en la rueda de prensa de su presentación que era una decisión que se había tomado en horas ¿Cómo recibe usted la propuesta y por qué?

Pues mire, yo recibo la propuesta y la acepto rápidamente por el estado, por la situación de cómo veo Valladolid. Me lo propone el presidente y yo acepto inmediatamente. ¿Por qué? Porque el Estado de Valladolid, de la situación de Valladolid, repito, una ciudad que está sin modelo de ciudad, y esto es muy importante, hace que yo sienta la necesidad de participar, de tomar cartas en ese asunto, que es la decisión de los vallisoletanos. No hay otra mas que la propia realidad de la deriva en la que se encuentra Valladolid, que a mí no me gusta. Y sé que es expresión para muchos vallisoletanos. Y esa es la condición y la circunstancia.

Dice Óscar Puente que usted no ha dejado el acta de procurador de las Cortes de Castilla y León y que no cree que la deje después del 28M...

Quien me conoce sabe que yo no tengo vericuetos. Yo tengo una línea recta en mi vida que es servir. Y si hay un servicio que para mí es el más alto, el más grande, y el de más orgullo, es el alcalde de tu municipio, donde yo he vivido siempre. Y he vivido además en La Rondilla, he vivido en San Quirce, he vivido en la calle Estadio. Es decir, conozco la realidad de esta ciudad. Y yo no sólo voy a tomar el acta de concejal, voy a tomar el acta de concejal y voy a ser el próximo alcalde de Valladolid. no lo olvide usted. Por tanto, estar elucubrando con actas o no actas. Yo podría haber estado hasta el día 17 de junio como consejero de la Presidencia, sirviendo los intereses de los castellanos y de los leoneses y por consiguiente también de los propios vallisoletanos. Y tomé la decisión en un momento determinado, el día que se iniciaba la campaña, de subirme a la red. En este partido de tenis en el cual hacen de árbitro los vallisoletanos. Y aquí estoy. Y lo que sí es fijo y seguro es que yo voy a ser concejal y espero que alcalde.

Usted dio a entender que podía ser consejero hasta el 17 de junio, y parecía que esa era su intención...

A ver si hacemos una reflexión conjunta: Imagínese que la candidata es usted. ¿Está obligada a abandonar el ejercicio de su profesión, de informar a sus lectores por el ser candidata? ¿A que no?

Sí, porque no podría informar con objetividad perteneciendo a un partido y siendo candidata, yo no pertenezco a ningún partido...

No, no, pero usted está realizando una función social, en u medio de comunicación social. Pero vayamos más allá. Imagínese que cualquiera de los trabajadores del lugar donde estamos celebrando esta entrevista fuera candidato. ¿Tiene la obligación de dejar su labor? Imagínese que fuera un médico el que se presenta como candidato. ¿Tiene la obligación de dejar de ser alcalde un alcalde por el hecho de presentarse como candidato a la alcaldía? Es decir, en este tema hay que tener muy claro que los límites son los límites legales. Y el límite legal para abandonar, dejar la condición, en este caso de consejero, de un cargo público, es el 17 de junio. Y hasta entonces hay posibilidades y depende de un ámbito fundamental, que es la voluntad del candidato. Yo la he ejercido en un momento determinado, pero podía no haberla ejercido.

Efectivamente, si ahí quería llegar: no ha seguido y quería saber por qué...

Pues porque me he querido dedicar en cuerpo y alma a contarles a los vallisoletanos mi programa electoral.

Hablemos de programa y de propuestas. El caballo de batalla en esta campaña es el soterramiento de las vías del tren. Usted dice que se puede hacer, pero es llamativo que incorpore a su lista a Mercedes Cantalapiedra, que formaba parte del equipo de Gobierno de Javier León de la Riva y al propio León de la Riva, que no logró llevarlo a cabo...

Lo primero: esto no es un caballo de batalla, es un derecho irrenunciable de los vallisoletanos, a mi juicio. En segundo lugar, esto es una operación que, como bien sabe usted, se inicia hace 20 años y que tiene distintas fases. Y que algunas de ellas están concluidas, otras en marcha y otras no iniciadas por abandonadas, por los gobiernos de la izquierda. Me explico: toda la operación ferroviaria tenía en primer lugar como objetivo la llegada del AVE, que llegó. En segundo lugar, los traslados de Renfe fuera de la ciudad. Pero claro, cuando hablamos de traslados de Renfe, parece que lo que estamos es trasladando una estructura fuera de la ciudad y punto. No, lo que hay detrás de eso es el mantenimiento de entre 800 y 1.000 puestos de trabajo que quedaron en Valladolid. Y que estuvo en solfa la posibilidad de que no se quedaran en Valladolid. Y creo que esto es muy importante que lo recordemos y tengamos memoria de ello. En tercer lugar, la variante de mercancías, que está a punto de concluirse. Y la cuarta fase de toda esa operación ferroviaria es precisamente el soterramiento, que no puede ir en paralelo a las otras fases. Porque necesariamente se tienen que ir acometiendo unas detrás de otras. ¿Qué ocurre? Que en el año 2015 se empieza a abandonar la operación del soterramiento por un gobierno de izquierdas. Si hubiéramos seguido gobernando los populares, el soterramiento a buen seguro estaría concluso, a punto de terminar. Porque nosotros teníamos voluntad política de llevarlo a cabo. Y en ese momento, ¿qué ocurre? Que por diversas circunstancias se abandona. Y lo que no se puede abandonar es una operación a mi juicio que supone el derecho irrenunciable de todos los vallisoletanos a disfrutar de algo que están disfrutando muchísimas ciudades de España, que tienen voluntad política de llevarlo a cabo.

Si algo nos transforma, si algo nos hace más modernos y nos hace mejores desde un punto de vista social y económico, es el soterramiento.

Pero por en medio estaba el endeudamiento y las comfort letter que León de la Riva firmó sin hacerlo pasar por el pleno y sin que lo supiese la intervención...

El endeudamiento yo se lo explico muy rápidamente. El endeudamiento con el pago por parte de la Sociedad Alta Velocidad, no es de la sociedad, es de Adif y Renfe, que son los que pagan la deuda. Y se hacen acreedores preferentes, es decir, en este momento la deuda no existe, lo que hay es unos acreedores preferentes sobre los derechos de los terrenos liberados con el traslado de Renfe. Y con ese dinero se satisface esa deuda. Y por tanto, ¿qué hay ahora? Ahora lo que hay es un cambio de concepción en lo que es la obra. La obra antes, en el Plan Rogers, se ejecuta contra las plusvalías que se generaba precisamente por la operación del soterramiento. Eso, por mor de la burbuja inmobiliaria, no existe. Y lo que hay que hacer con soterramiento es darle la dimensión que se está dando en cualquier ámbito a una obra de carácter público: Que se asuma con los Presupuestos Generales del Estado, de la comunidad autónoma y del Ayuntamiento ¿Qué hay ahora? Ahora hay una expresión de voluntad política de quererlo acometer de esa manera ¿Por parte de quién? En primer lugar, por quien, si los vallisoletanos le dan su confianza va a ser el próximo alcalde de Valladolid, que lo va a defender con uñas y dientes. Voluntad política y voluntad personal en esa defensa. Porque si algo nos transforma, si algo nos hace más modernos y nos hace mejores desde un punto de vista social y económico, es el soterramiento. En segundo lugar, voluntad de alguien tan importante como es el presidente del Partido Popular a nivel nacional, como es Alberto Núñez Feijóo, que va a ser presidente del Gobierno de España y que se ha comprometido públicamente a llevar a cabo el soterramiento. Y en tercer lugar, voluntad por parte del actual presidente de la Junta de Castilla y León con los Presupuestos Generales de la Comunidad. La diferencia es que antes la operación se pagaba con las plusvalías, ahora la operación es una operación tan pública como puede ser la construcción de un colegio, la construcción de un hospital o la construcción de una autovía. Y aquí lo que hay es una expresión de voluntad de llevarla a cabo. Porque es el elemento, sin igual a dudas, más transformador de la historia de Valladolid. Sí, por eso todos en su momento lo han prometido. Claro, pero es que hay que hacerlo, mire usted. Es que uno no puede resignarse y uno no puede soltar los brazos hacia abajo. Uno tiene que tener ambición, tiene que tener ímpetu. Yo estoy aquí principalmente por esta cuestión. Porque si yo esta cuestión veo que no sale adelante, yo no sigo.

¿No sigue?

Porque esto es muy importante para nosotros, los vallisoletanos actuales, y para las generaciones futuras. Esto tiene la misma importancia para que todos sepamos de qué estamos hablando. Y el mismo calado que tuvo la llegada del tren aquí a la Estación del Norte, la llegada del Canal de Castilla, el traslado del Esgueva, o por ejemplo la llegada en los años 60 de Fasa Renault, que no es una infraestructura, sino que es una oportunidad histórica, que además esa llegada de Fasa se produce precisamente mediante luego la creación de los barrios que están al otro lado del soterramiento. Por tanto, soterrar, como le dije al principio, es un derecho irrenunciable de los vallisoletanos. Pero va a haber dinero para todo. ¿Cómo no va a haber dinero si lo hay para todo? Si hay soterramiento, mire usted, se está soterrando Almería , Murcia, Logroño, Vitoria, Valencia, ciudades catalanas como San Feliu, Hospitalet...

Bueno, Hospitalet y algunas otras creo que todavía están soterradas sólo sobre papel, ¿no?

Algunas están sobre el papel, pero ojo, están ya con los convenios puestos en marcha y en firme.

Aquí también había convenios y muchos papeles...

Fíjese si había convenio, que había un convenio de soterramiento que por el actual equipo de gobierno se abandonó y se sustituyó por lo que se llama la integración ferroviaria, que no es ni integración ni es nada, es más de lo mismo. Es construir 20 túneles, fíjese que nos venden a los vallisoletanos, que se sustituyen entre otras cosas una operación por la otra, porque va a ser mucho más rápida. Y de los 20 túneles que tiene esa operación, a día de hoy están puestos en marcha dos. Por tanto, repito e insisto, necesitamos liderazgo, necesitamos voluntad política, necesitamos no resignarnos. Y yo estoy aquí por eso, créame, que estoy por eso. Y que además se puede hacer, y lo vamos a hacer. Y si yo hubiera en un momento dado que no se puede hacer, valga la expresión, nunca mejor dicho, yo de ese tren me bajo. Más no le puedo decir. Aquí hay una componente política, pero también hay una componente personal. A mí no me gusta que Valladolid esté como está en estos momentos. Y esto, es muy importante que lo sepamos, no afecta solo a los barrios, a las 92.000 personas que vienen al otro lado de la vía. Afecta a toda la ciudad, afecta a todos los barrios. Porque si soterramos la vía del tren, Parquesol es mucho mejor barrio. Si soterramos la vía del tren, Covaresa es mucho mejor barrio. Porque todos somos más ciudad. Y de eso se trata. Y es un proyecto, por supuesto, económico, medioambiental. Estamos construyendo, si soterramos, el segundo gran Paseo Zorrilla de Valladolid. Una vía arterial, que ojo, que lo que estamos diciendo y hablando, lo han conocido a lo largo de la historia todas las ciudades del mundo. Por tanto, ¿por qué no se va a poder soterrar? ¿Cuál es el inconveniente? Queremos que esto siga con un muro, que es un auténtico muro de la vergüenza. Y queremos dejar todo esto con túneles, para que por los túneles vayan las personas y los trenes vayan por arriba. En el siglo XXI, cuando hay posibilidades técnicas.

Quizá el problema es el presupuesto...

Entonces, mire usted, perdone que la interrumpa, si el problema es ese, en todo momento de la historia del mundo, cuando se ha querido acometer cualquier actuación, el problema era el dinero. Y estamos aquí ¿gracias a qué? A que le hemos echado voluntad. Nos hemos creído los proyectos. El hombre no hubiera evolucionado. Esto es una cuestión elemental. Si es que, ¿sabe usted que las empresas que estaban construyendo el ferrocarril y que dio lugar a que llegara el ferrocarril a Valladolid, antes de llegar casi abandonan? Porque no tenían capacidad. Y en ese momento se emitieron los títulos de deuda pública, privada, etcétera, etcétera, que permitió que hubiera dinero. Y se asumió. Aquí, fíjese, lo más importante es que en este momento se concita la voluntad de que haya ese dinero.

Lo que no veo es cómo un soterramiento en la zona este hace a Parquesol, un barrio de la zona oeste ubicado en una colina, más barrio. Porque le hace más ciudad

Quizás lo que le hacía falta a Parquesol es lo que se está haciendo, escaleras mecánicas y ascensores para facilitar la movilidad...

De Parquesol hay cuestiones propias específicas, ahora se las cuento. ¿Pero por qué digo yo que le hace más barrio? Porque nos hace a todo más ciudad, porque Valladolid es más grande. Con una ciudad con las vías soterradas, con una sola barrera física, que es el río. Mire, Parquesol lo que necesita son plazas de aparcamiento y proponemos hacer un aparcamiento público en el entorno de la Plaza Marcos Fernández. Porque con eso le vamos a dar respuesta a dos situaciones. Primera, la de los residentes que no tengan posibilidad de meter su segundo vehículo, etc., etc., en una plaza. Y segunda, muy importante, a que la gente quiera ir a Parquesol. Y pueda ir, porque a uno le ocurre en muchas zonas de la ciudad, que se lo acaba pensando por el problema del aparcamiento que tenemos. Y Parquesol lo que necesita lanzaderas, líneas de autobuses que nos lleve a centros neurálgicos de la ciudad, como puedan ser hospitales, centros de salud, etc., etc., Parquesol lo va a tener. Y otras zonas de la ciudad también van a tener esas lanzaderas. Y en tercer lugar, y muy importante, Parquesol va a tener una línea circular de autobuses que permita la conexión de todas las zonas del barrio con precisamente los puntos que hacen de lanzadera hacia el centro de la ciudad, centro casco histórico, hospitales, centros de salud, etc., etc. Y luego vamos a analizar en determinadas calles la transformación, porque es que ha perdido plazas de aparcamiento. No solo no ha ganado, sino que en estos últimos años Parquesol está perdiendo plazas de aparcamiento. Vamos a transformar en determinadas calles, vamos a analizar Hernando de Acuña, Manuel Azaña y Ciudad de La Habana para llevar a efecto una operación de sustituir el actual aparcamiento en línea por el de batería ganando plazas. Con el estudio correspondiente de medianeras, etc., que nos permita dar como solución el ganar, al menos en esas tres vías medulares de Parquesol, el ganar plazas.

Ya me ha contado una parte de su plan de movilidad, que además el Grupo Municipal Popular en los últimos años también ha peleado bastante el tema de la movilidad...

Hasta en los tribunales. Efectivamente. Ganándolo.

Sí, y ha sido tremendamente crítico con las medidas de movilidad, con el tema de los atascos. ¿A qué llama usted atasco?

A lo que padecemos todos los días usted y yo.

Pues yo he venido hasta aquí, desde Parquesol, con mi coche en poco más de 10 minutos...

Pues qué suerte.

Y ningún atasco...

¿A qué hora ha venido usted?

Pues a la que hemos quedado usted y yo, a las 10.00.

Lo que sí que es cierto es que antes, a ninguna hora, Valladolid, estaba atascada. En el Paso Isabel La Católica, en el Puente del Poniente, en la Avenida Gijón, en la calle López Gómez... uno, a la mayor parte de las horas del día, sale atascado. Pero esto, vamos a ver, esto no lo digo yo porque estamos en campaña. Esto lo digo yo como ciudadano, lo digo yo como sufriente. Y lo dice cualquier persona que utilice el vehículo. Ya no le digo los profesionales. Hable usted con los taxistas a ver qué le dicen. Haga usted una cuestación, súbase en tres taxis y a ver lo que le dicen los tres taxistas en un momento determinado y a lo largo del día. Esa es una realidad que está ahí, objetiva. Valladolid tiene una situación en este momento de atasco permanente en muchas de sus zonas. Pero es que lo gordo es que Valladolid no es una ciudad que se merezca tener atascos. Valladolid no tiene el índice de vehículos ni el índice de actividad que tiene, por ejemplo, Madrid o pueda tener Barcelona. Por tanto, el problema es todavía aún más grave. Y que hay que hacer, que en esas arterias que son medulares, revertir la situación para darle la correspondiente fluidez a un puente como pueda ser el puente del Poniente o como pueda ser el Paseo Isabel La Católica con soluciones que no son soluciones que hagan que estemos haciendo o abandonando un sistema de movilidad por otros. Pero si es que en el Paseo Isabela Católica la movilidad de las bicicletas, recuperar como vamos a hacer al día siguiente de ganar las elecciones, recuperar el doble carril, tiene fácil solución. Porque fíjese, si fuera en otra zona de la ciudad... pero anda que no es ancha Castilla, en toda la zona de las Moreras y en toda la ribera del río Pisuerga, para hacer un proyecto además que mire al río, que le dé vitalidad al río y del que forme parte también el carril en la margen izquierda en la zona de las Moreras y que puedan circular por ahí las bicicletas con la correspondiente iluminación, etc. Por tanto, es por el sentido común. Fíjese si lo han hecho mal, que han tenido que revertir determinadas situaciones. Volvamos a hacer de Valladolid la gran ciudad que era desde el punto de vista de la movilidad. Este es lo que se trata. Ojo, le doy un dato: el partido que más kilómetros de carril bici segregados ha dado a la historia de esta ciudad ha sido el Partido Popular. Por tanto, yo no estoy abandonando la bicicleta. Yo creo en la bicicleta. Pero tenemos que hacer que en esas grandes arterias haya la correspondiente fluidez para que usted siga bajando en coche.

O en bici...

O en bici, o en bici, que no está mal.

Pero usted quiere segregar los carriles bici y no integrarlos en la circulación...

Hay que volver a revertir a la situación inicial e ir haciendo y acometiendo actuaciones que permitan llegar a un sistema que es lo que nosotros proponemos de convivencia, de los distintos sistemas de movilidad y no de prevalencia de unos sobre otros.

Pero ahora tampoco hay prevalencia. ¿De qué hay prevalencia?

En Isabel La Católica con un único carril atascado de manera permanente a determinadas horas es una situación desquiciante desde el punto de vista de movilidad. Corríjase y que haya un carril para las bicis. Si es que lo puede haber. Si es que no estamos diciendo que queramos abandonar una idea que es moderna de futuro y que además se aviene bien con el medio ambiente y se aviene con la salud de las personas. Si es que no estamos hablando de eso. Repito, insisto, el Partido Popular es el que ha hecho más kilómetros de carril bici segregados en esta ciudad a lo largo de su historia. Estamos hablando de aportar sentido común.

En cuanto a las zonas de bajas emisiones, ¿Cómo lo abordan ustedes? Porque la tendencia europea es peatonalizar el centro de las ciudades y hacerla más amable para quienes viven en el centro y para quienes se acercan al centro a pasear o a comprar. Y a ustedes no les acaba de gustar.

Es que no es esa la cuestión. La zona de bajas emisiones tiene que ser un cumplimiento de una obligación legal impuesta por Europa. Por tanto, hacerlo hay que hacerlo. Ahora, se puede hacer con muchísimas proporcionalidades o dimensiones. En los propios planteamientos iniciales del Ayuntamiento de Valladolid, sus planes en el plan de movilidad, el Pimuva, pues hablaba como posibilidades de 1,4 kilómetros cuadrados, incluso de reducciones menores. Y al final se decanta por un proyecto de 3,1 kilómetros cuadrados, que es una almendra enorme para dar solución a esa obligación legal europea que en este momento está metida en un cajón, esperando al resultado del día 28. ¿Qué decimos nosotros? Que tenemos que dar cumplimiento a esa obligación legal, pero la vamos a dar con la mínima expresión. ¿Y la mínima expresión cuál es? La que haya de ser, que dé lugar a que se concite la preservación de la salud, que es que esto no es Liverpool, mire usted, que esto no es Manchester, que esto es Valladolid. Que se concite la preservación de la salud con el desarrollo económico y social de la ciudad. Porque sí que le quiero hacer una reflexión. Mire usted, y de esto sé algo: para que haya sostenibilidad medioambiental necesariamente tiene que haber sostenibilidad económica, es decir, actividad económica. Y tiene que haber sostenibilidad social, es decir, gente. Porque la peor de las insostenibilidades medioambientales sabe cuál es, la despoblación. Eso sí que es un ataque medioambiental terrible, porque la falta de presencia del hombre en el mundo rural y la falta de actividad económica da lugar a zonas desérticas. Y por tanto, eso trasladado a lo urbano hace que esas zonas, esos centros, tienen que tener sostenibilidad social, tiene que haber gente, y sostenibilidad económica. Y en esa zona de 3,4 kilómetros o 3,1 kilómetros cuadrados que diseña el actual plan de zonas de bajas emisiones, hay más de 20 colegios. Y los papás y las mamás tienen que entrar a dejar a los niños a esos colegios. Y si se establece un cinturón, no pueden dejarles de una manera habitual y cómoda.

La zona de bajas emisiones es paralizar Valladolid y mi propuesta es reducir la zona a la mínima expresión

Bueno, a lo mejor no se trata de comodidad, a lo mejor se trata de que todos nos acostumbremos a utilizar más el transporte público y menos el vehículo privado, ¿no?

No, mire, de lo que se trata es que resulta que aquí nos vamos a encontrar con una situación que es unas zonas de frontera que no están capacitadas porque no tienen aparcamientos disuasorios, aunque sean muy provisionales, para poder dar respuesta a esa circunstancia. Dicen, no, pero mire usted, en la zona de bajas emisiones va a tener muchísimas excepciones. Y entonces digo, ¿para qué hacemos una zona de bajas emisiones tan grande si la excepción va a ser más grande que la norma, que la regla? Pero el problema, como usted bien sabe, en el mundo del derecho, es que cuando tú regulas y exceptúas, la excepción la puedes ir cambiando a lo largo del tiempo. Con lo cual llegas a una conclusión, que por lo menos es el posicionamiento de quien le está hablando y de mi candidatura, que la zona de bajas emisiones es paralizar Valladolid. La propuesta del actual equipo de gobierno supone la paralización de la ciudad. La paralización de la ciudad, le he dado el dato de los colegios, pero piense usted en el comercio, piense usted en todas las relaciones y todas las transacciones que se producen de tipo social, etc. Supone la parálisis, supone entrar, y por tanto, ¿Cuál es la conclusión ya por terminar? Hagamos una zona de bajas emisiones proporcional a lo que es Valladolid, es decir, reducirla, que es la expresión que yo utilizo, valga la redundancia, porque me parece que es la más acorde con ese sentido común al que me estoy refiriendo, reducirla a la mínima expresión.

Hablemos de uno de los planes estrella del programa cubrir el Estadio Zorrilla. Sí. Y han presentado una infografía que, bueno, comentaba el alcalde en un tuit que menos mal que han quitado el escudo de Real Madrid porque básicamente es el proyecto del Bernabéu...

Bueno, pues no.

¿Cómo es?

Bueno, vamos a ver, se los expreso de manera rápida. Yo como además socio que soy del Real Valladolid de hace muchos años. Mire, el Real Valladolid desde que nace en el año 82, el Estadio José Zorrilla, está en permanente reforma, eso lo sabemos todos los aficionados. Entonces, hay un proyecto, o sea, yo no me he inventado nada, hay un proyecto que tiene el Real Valladolid y tiene el Ayuntamiento, que es por sucesivas fases ir acometiendo sucesivas reformas. La primera de ellas, todo lo que se ha hecho con los fosos y marcadores digitales, que eso ha ido de cuenta íntegra por parte del Real Valladolid. La segunda fase es la cubrición de la zona exterior. La tercera fase es la grada sur, igualarla y que no parezca que acabamos de hacer la obra, que es lo que sigue pareciendo después de 40 años y que eso falta de cerrar, porque esa es la sensación cuando uno entra en el campo. Anoche tuvimos la oportunidad de ver al Valladolid Barcelona, nos llevamos una alegría, pero siempre que vamos al campo lo que da la sensación es que eso falta por hacer. Esa es la tercera fase, la de la grada sur. Y la cuarta, la cubrición de todo el campo. ¿Con qué objetivo? Con un triple objetivo. Dar respuesta a las necesidades del Real Valladolid, dar respuesta a las necesidades de otros posibles eventos deportivos que se puedan celebrar y dar respuesta a la necesidad de otros eventos multitudinarios de carácter cultural que se puedan celebrar. Es decir, tener un gran espacio donde poder llevar a cabo todas estas actuaciones. Lo que vamos a trabajar es una triple alianza. Ayuntamiento, Real Valladolid y empresa privada. Esto no me lo estoy inventando. Es que esto es lo que se está haciendo en Balaídos, es lo que se ha hecho en San Mamés, es lo que se ha hecho en Anoeta, es lo que se ha hecho en Villarreal. Parece de sentido que también los vallisoletanos podamos tener esto. Y eso no es el Santiago Bernabéu, es la necesidad y la respuesta que necesita Valladolid para cubrir todos esos ámbitos. Aparte es una zona que a mi juicio necesita hablar entre ella, entre el mundo deportivo, el estadio José Zorrilla, el Parque de las contiendas, un ámbito medioambiental y el Centro Cultural Miguel de Libes, un ámbito cultural. Es una gran zona de la ciudad todavía por explorar. Esa en concreto, lo que forma ese triángulo con esos vértices deportivo, medioambiental, cultural.

En su programa lleva la propuesta de una piscina fluvial, que es algo parecido a lo que en 2011 proponía León de la Riva, en este caso una piscina flotante en el Pisuerga que nunca se hizo...

No, no tiene nada que ver. Aquí hablamos de una piscina en la zona de las Moreras. Lo que antes se llevó era una piscina flotante que se abastecía de agua de la red, no de agua del río. El planteamiento que hacemos nosotros es una piscina fluvial en la cual se produzca toda la filtración de manera natural. Por tanto, no es nada que tenga que ver con una piscina flotante ni ninguna superestructura en la zona esa. Colaborando con la Confederación Hidrográfica del Duero y haciendo y facilitando que, de lo que se trata, es de conseguir que tengamos un agua en óptimas condiciones para que sea apta para el baño y nada más.

Me gustaría, por último, que me hiciese una valoración de sus rivales en estas elecciones. Sé que con Óscar Puente tiene, a pesar de las críticas a su modelo de ciudad, que usted dice que no existe, tiene buena relación...

Sí, yo mantengo una buenísima relación con el candidato del Partido Socialista y, con independencia de lo que arroje este proceso electoral, por mi parte la voy a seguir manteniendo, eso no lo dude. A María Sánchez, candidata de Valladolid Toma La Palabra, no la conozco tan bien como a Puente pero mantengo una relación educada.

¿Y con Pablo Vicente, de Ciudadanos, o Irene Carvajal, de Vox?

Les conozco mucho menos a los dos, pero mantengo también una relación... Es que no entiendo la política de otra forma. O sea, que es que yo no veo en ellos contrincantes. Yo lo que veo es que yo tengo un modelo que se lo explico a los vecinos y entiendo que ellos tendrán otro modelo de ciudad que se lo expliquen a los vecinos. Por tanto, la confluencia es con los vecinos, no con los candidatos.

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